Cincuenta

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50. ¡Ya soy papá!

Matt Salvatore

Me muevo de un lado a otro mordiendo mis uñas, Tyler trata de detenerme para ayudarme a poner el equipo quirúrgico para entrar al parto, pero no podía controlar mis nervios.

Había conocido a Emily meses atrás, jamás me había sentido de esta manera con una mujer en mis veintisiete años, ella se había metido bajo mi piel, robándose mi corazón en tan poco tiempo, ella y el pequeño ser que resguardaba en su vientre se convirtieron en mi familia, aún recordaba la triste conversación cuando me dijo que ella no sobrevivirá al parto, por su enfermedad. Trató de alejare y mantenerme a raya, pero nuestros sentimientos fueron más fuertes.

"-Por favor- tomo su mano entre las mías llamando su atención, sus ojos humedecidos al decirme que me alejara, que no quería que sufriera cuando su final llegara, pero yo ya estaba terriblemente enamorado.

-Matt, no quiero que...

-Déjame ser su padre- hay duda en sus ojos, conocía el plan de que el joven matrimonio Everly Daniels adoptará al bebé, pero yo los quería y lo sentía como mío, lo amaba como se debe amar a un hijo- te prometo que lo protegeré, lo amaré toda mi vida, veré que sea feliz- quiere replicar pero la interrumpo- y te amaré a ti el tiempo que nos sea concedido, te amaré intensamente, te amaré incluso más allá de la muerte.

Se pone de puntillas para unir sus labios a los míos, sus cálidos, dulces y frágiles labios. Escucho como solloza.

-Si quiero, por favor se su padre- la tomo entre mis brazos feliz de que me dejara amarla tanto como nos fuera posible."

-Por favor, detente, me mareas- mi mejor amiga se ve adorable con su enorme pancita, mi distracción hace que su esposo me tome por los hombros y me siente junto a ella, mientras coloca una cofia desechable sobre mi cabeza, escondiendo todo mi cabello.

-Tengo miedo- ella conoce el significado de mis palabras y toma mi mano para tratar de calmarme.

-Todo saldrá bien, tendrán un bebé sano- Tyler trata de aligerar el ambiente, nadie quiere afrontar lo que viene, no solo el nacimiento de mi bebé sino que su llegada tendría siempre un dejo amargo.

-Señor ya es hora- una enfermera acomoda bien mi cubrebocas y me guía dentro del quirófano, mis amigos me desean suerte y sé que irán a la galería del quirófano para ver el suceso, para acompañarme aun en la distancia, pues no podían estar ahí conmigo.

Me acerco intentando ignorar lo que los doctores hacían sobre su cuerpo, me dirijo hasta entrar en el campo visual de Emily, sonríe al verme, le regreso el gesto, su rostro está más pálido de lo normal, respira de forma pausada, le doy un beso en la cabeza, mientras escuchamos a los doctores decir que ya casi nacía nuestro hijo, al alzar la mirada puedo ver tras el cristal de la galería del quirófano a mis amigos sonriendo, mientras se abrazan.

El silencio se rompe con el inconfundible llanto de un bebé, las lágrimas brotan sin previo aviso, mi corazón se hincha de felicidad en mi pecho, veo al bebé en cuanto lo ponen sobre el pecho de Emily, ella lo besa, mientras llora.

-Hola mi amor, soy tu mami- acaricia el cabello negro del niño- me gustaría llamarlo Kyle – me encuentro con sus ojos azules y le sonrío.

-Bienvenido al mundo Kyle Salvatore- acaricio su mejilla, se ve tranquilo en el pecho de su madre.

-Ojalá tuviéramos más tiempo, mi niño- un nudo se instala en mi garganta y aquellas lágrimas de felicidad pronto pasan a ser de dolor- tómalo mi amor- me pide con una media sonrisa.

-Hola campeón- su mamá le acaricia la mejilla, soy consciente de los susurros urgentes de los doctores y como una enfermera trata de distraernos tomándonos fotografías.

-Serás un niño muy amado mi cielo- su voz es débil, casi un susurro, así que me acerco tanto como puedo para que pueda besar una vez más a su hijo- papá te amará mucho y cuidará de ti, y tu mami también lo hará, desde donde sea que me encuentre debes saberte amado, te amaré más allá de la muerte mi niño.

Contengo las lágrimas cuanto puedo, hasta sentir su caricia, beso sus labios que se sienten fríos, acaricia con ternura mi mejilla, veo sus ojos perdiendo su encantador brillo.

-Los amaré intensamente, por siempre- vuelve su atención al niño.

-Te amaré por siempre- mi voz es un susurro, pero sé que me oye- las caricias en la mejilla del bebé se detienen, su mano cae inmóvil, escucho su último aliento y el pitido de una de las máquinas me confirma lo que sucedía, se había marchado, su rostro se veía tan pacifico, bese su frente y me puse en pie con el bebé, cumpliendo con su deseo de llevármelo cuando ella partiera.

[...]

Dos días después de la llegada de Kyle, estaba listo para ir a casa, mi madre estaba muy emocionada de recibir a su primer nieto, el funeral de Emily fue el día anterior, mi familia estuvo ahí para apoyarme, ahora debía cumplir mi promesa asegurarme de que este pequeño creciera rodeado de amor y felicidad, por lo pronto su nuevo hogar lo esperaba, sus tíos y abuelos eran los más emocionados por recibirlos.

-¡Emma tendrá al bebé!- Mariana salta de su lugar, ella era quien me acompañaría de vuelta a mi departamento- ¡Emma tendrá al bebé justo ahora!

Tomo a Kyle en mis brazos mientras nos dirigimos a donde estaría la castaña, nos detienen en una puerta alegando que no podíamos estar todos ahí, veo discutir a los padres de Tyler y su hermanita, además de Mariana, tomo a la última del brazo y le pido que esperemos.

-Ellos nos llamarán cuando...

-¡Ya soy papá!- el grito de Tyler nos hace respingar, todo el mundo se abraza felices por la bendición de otro bebé en la familia.

[...]

3 años más tarde

Mientras Kyle jugaba con Jake, el primogénito de Emma, la pequeña rubia entre mis brazos se entretenía tratando de morder mis dedos, me hacía feliz ver que mi pequeño se convertía en el mejor amigo de los hijos de mi mejor amiga.

Emma estaba a la espera de su tercer hijo, esos dos no habían perdido el tiempo, Adeline nació 4 meses después del segundo cumpleaños de Jake y de Kyle, ahora ella tenía un año y su madre estaba entrando al tercer mes de gestación.

La veo ser rodeada de por el rubio, quien acaricia su pequeño vientre, ella sonríe y se deja hacer, estamos en una cita de juegos, esperando que mi hermano llegara con su hija para llevarlos a todos al parque, lo que era muy común cada tres días.

-Mamá- veo al pelinegro correr con su amigo detrás mientras lleva algo oculto entre sus manos- ¡mami!- llama la atención de la castaña quien lo recibe en brazos Kyle abre su mano mostrándole una pequeña piedra- la encontré para ti mami, ¿te gusta?

-Me encanta- le responde ella, hay una sensación cálida en mi pecho, siempre que los veo juntos agradezco haberla encontrado, ella me había ayudado a sanar muchas heridas y amaba incondicionalmente a mi hijo.- La guardare para siempre- el pequeño ríe mientras ella frota su nariz con la suya.

Eleanor me observa dedicándome una sonrisa preciosa, estaba tan agradecido con ella por aceptar a mi hijo y por cuidar de él, Kyle había comenzado a llamarla mamá hacía poco tiempo, la castaña lloro la primera vez que él lo había hecho, lo abrazó y beso mientras le hacía repetirlo.

Mire al cielo, sabiendo que su llegada era una bendición que mi preciosa Emily nos había enviado.

Viviendo con un Playboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora