Seis

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6. Perdedor

Tyler Everly

Su aroma me relajaba, ella olía a vainilla, o algo dulce, sentía su calor, la tenía abrazada y su rostro se escondía en mi pecho, se sentía bien, abrí los ojos solo para confirmar que seguía durmiendo, cuando fue así me dispuse a seguir mi siesta, ni bien comencé a conciliar el sueño de nuevo cuando su celular timbró.

Se despertó instantáneamente, quise mantener mi estado de calma y dejé mis ojos cerrados, Emma se estiró sobre mi cuerpo para alcanzar su teléfono, justo cuando la música se detuvo, pensando que sería todo traté de relajarme, pero de nuevo ese aparato infernal me lo impidió.

Abrí los ojos, la vi tallarse un ojo y observar la pantalla, en el contacto se leía "Sexy Mark", vaya chiste.

-¿Si?- su voz suena adormilada- Mark no te entiendo- se sienta soltándose de mi abrazo, yo en verdad esperaba dormir un poco más-¿Qué hacen aquí?, ¡Que estoy bien¡- grita y descubro que no habrá más paz para mi, salgo de la cama y trato de irme pero las pequeñas manos de la castaña me detienen.

-¿Si?- la aliento a hablar

-Mis amigos están abajo esperando a que los invite a pasar para cenar, ¿puedo hacerlo?- me encojo de hombros.

-No lo sé, ¿puedes?- frunce el ceño.

-¿Por qué tienes que ser tan grosero?- ruedo los ojos- habíamos pasado una tarde linda y...

-Para, ¿una tarde linda?- estaba de mal humor, sabía que ella no tenía culpa de eso, pero su mejor amigo si que me sacaba de quicio no soportaba verlo, ni oírlo mencionar- solo estaba siendo amable.

Sus ojos grises tratan de descifrar algo en los míos, sabe que estoy molesto, pero no la razón, bufo estresado.

-Haz lo que quieras, yo saldré con Ashley- me refugio en mi habitación, y Marco el número de mi ya mencionada "novia".

Bueno realmente no había nada serio entre nosotros, teníamos una relación abierta, se diría que solo estábamos dispuestos si el otro lo necesitaba o si requeríamos una cita para los bailes en el colegio. Hacia mucho tiempo que no me enfrascaba en algo serio con una chica. No valía la pena.

[...]

-Este viernes será la competencia de Emma- dice recordándome la apuesta.

-Mamá, ¿en verdad crees que esa niña rica es disciplinada con algún deporte?

-Si lo creo- responde confiada, se asoma por mi ventana- además ya no es una niña, es una jovencita preciosa- me invita a ver lo que ella, es Emma despidiéndose de su amiga, cuando voltea la veo sonreír y saludar al jardinero, siempre tan dulce y atenta.

-Lo es- afirmó inconscientemente lo que mamá ha dicho, la escucho chillar emocionada, mierda- mamá...

Trato de calmarla antes de que se arme todo una historia en su cabeza.

-Sabia que te gustaba- ya es tarde.

-Mamá- la tomó por los  hombros tratando de hacerla entender- nos conocemos hace un par de días, no me gusta.

-¡Oh vamos!- listo, la perdí- te he visto cuando la miras y la he visto mirarte, tal vez aún no se den cuenta pero, ambos se gustan, al menos físicamente se atraen.

Y no lo negaba.

Emma era el tipo de chica que siempre me había gustado, una niña alegre, simpática amable y sencilla, todo eso me atraía, además no dudaba en retarme si era necesario.

No tenía un estándar físico en las mujeres, pero podría decir que ella sería una descripción exacta de lo que elegiría, era delgada y llevaba su castaña cabellera larga, casi a la mitad de la espalda, su piel era bonita, sus rasgos eran delicados, una nariz pequeña y labios carnosos, sus mejillas siempre tenían un colorcito rosa, pero lo más impresionante de su físico eran sus ojos, grises, llenos de amabilidad, cariño y calidez.

-Creo que sería normal que nos atrajéramos físicamente, mamás, somos adolescentes y ella vive en mi casa, pasaremos mucho tiempo juntos, nuestras hormonas solo harán su trabajo.

-Ten cuidado de tus sentimientos, mi niño, si ella logra meterse aquí- señala mi cabeza- No podrás sacarla de aquí – ahora pone su mano sobre mi corazón, solo puedo sonreírle.

[...]

Sospeche que perdería la apuesta cuando llegamos al estadio, había fotos gigantes de Emma en diferentes poses, incluso había de su amiga, Mariana, por no mencionar a los cientos de personas que gritaban su nombre y llevaban un cartel mostrándole su apoyo.

Así que la pequeña Daniels si era popular

No de la manera en la que yo lo era, por Dios, yo solo era conocido en mi colegio, a ella la conocían a nivel nacional, me superaba por mucho.

Junto a mis padres buscamos nuestro asiento, pera mi mala suerte estábamos junto a los hermanos Salvatore y otra chica más, quienes vitoreaban junto al resto de los asistentes el nombre de Emma.

Después de un buen rato, por fin anunciaron el nombre de la castaña.

-¿Estas listo, perdedor?- mamá esta tan emocionada, que no puede evitar temblar.

La tribuna enloquece cuando ella entra en el hielo, saluda y agradece el apoyo antes de tomar su lugar, veo como respira con profundidad y después se acomoda en una pose esperando.

Sus ojos encuentran los míos y me lanza un guiño, la música comienza a  escucharse y al verla  solo puedo pensar....

¡Mierda mi auto!

Nota de la autora: Hello! Hoy es un día muy especial para mi, estoy celebrando junto a mi esposo nuestro décimo aniversario de novios ❤️ y con motivo de este festejo y queriendo compartir con ustedes un poquito de mi felicidad, les he traído un nu...

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Nota de la autora:
Hello!
Hoy es un día muy especial para mi, estoy celebrando junto a mi esposo nuestro décimo aniversario de novios ❤️ y con motivo de este festejo y queriendo compartir con ustedes un poquito de mi felicidad, les he traído un nuevo capitulo.
Pero no se preocupen que el viernes continuaremos con nuestra programación habitual.
Gracias por leer.
Besos.
-Zughey

-Zughey

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Viviendo con un Playboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora