31. Recuerdos
Desperté muy temprano la mañana siguiente, tenía ganas de salir a correr y quizá pasar por el gimnasio del edifico, había dejado abandonado mi lado atlético y deseaba volver a eso, el ejercicio siempre me ayudó a aclarar mis ideas.
Mientras trataba de hacer una malteada, la puerta se abrió estrepitosamente.
-¡Shhh!, lo sentimos señora Perry- dicen arrastrando las palabras, me asomo con curiosidad, Tyler y Seth están apoyados uno del otro, completamente ebrios- casi despiertas a su gatito- reclama el rubio.
-Para empezar, eso era un Chihuahua, y es horrendo- quiero reír pero no se han percatado de mi presencia y su discusión era graciosa- míralo ahí, con sus ojitos saltones y vibrando todo el tiempo- Tyler esta peleando con la cerradura, no podía meter la llave- además una vez me atacó- el castaño le arrebata las llaves y "cierra" la puerta.
-Cárgame- Seth extiende su brazos y espera recibir el peso de su amigo, pero algo falla en sus cálculos y Tyler le pasa por un lado, directo al suelo, me apresuro para ayudarlo, no se ha lastimado.
-¡Shhh!- se pone un dedo sobre los labios y me mira, el azul de sus ojos se ve opacado por la borrachera que se carga- No le digas a Emma, sería muy vergonzoso.
-No sé lo diré, pero ahora a la cama- le ayudo a ir a su habitación, se tira a su cama llevándome consigo, logro detenerme con brazo antes de caer sobre el, me observa.
-Que bonitos ojos tienes- el sueño es el vencedor y no dice nada más, le quito los zapatos para que descanse y lo tapo con una manta ligera dejándolo dormir.
-Seth, ve a tu habitación- en el pasillo me encuentro al castaño abrazado una maceta, se niega con un movimiento lento de cabeza.
-Es mi amigo- señala la planta – además el suelo es fresco- se desliza por la pared, hasta que su mejilla toca el suelo.
-Véte, yo me encargo de este- Evan aparece, asiento, el esta completamente sobrio.
-No te escuché llegar anoche- sonríe con picardía, se pasa el brazo de Seth por el cuello y con algo de esfuerzo lo pone de pie.
-No lo hice, linda- me guiña un ojo y continúa atendiendo a su amigo.
Solo tomo mi celular y audífonos, mientras voy de salida llamo a mi amiga.
-¡Tienes que contarme todo lo qué pasó anoche!- su risita nerviosa la delata- quiero detalles niña, iré a buscarte.- Tal vez el gimnasio sería otro día, al menos podría ir corriendo hasta su fraternidad, lo que sea para tener las novedades de primera mano.
[...]
Cuando vuelvo a casa todo está en absoluto silencio, supongo que no hay nadie en casa, y decido poner música mientras preparo mi comida, canto y bailo sintiéndome con energía.
-¡Ah!- salto y suelto la espátula con la que calentaba mi almuerzo- ¿Qué haces ahí?, ¡casi me matas de un infarto!
-Eres muy dramática- pasa por mi lado y toma una botella de agua helada del refrigerador- y ruidosa además- se frota las sienes, así que apago mi música.
-Pensé que no había nadie, lo siento- sirvo la comida y le ofrezco un plato a él, se sienta frente a mi en la barra, por su cara deduzco que tiene una resaca monumental. – Te hará bien- le acerco el platillo y un frasco con aspirinas.
Comemos en silencio, se siente extraño compartir tiempo solos, pero ahí estábamos, esquivando nuestras miradas.
-¿Te gustaron tus regalos?...-solo hay silencio unos minutos más.
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Viviendo con un Playboy
Genç Kurgu"Lo reconocieron al mirarse, en el ambiente podían sentir esa electricidad que los invitaba a estar juntos, sus cuerpos sentían la atracción por el otro, no podían negar que estaban destinados a grandes cosas juntos, después de todo... eran almas ge...