Once

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11.    ¿Qué me haz hecho?

Después de que mis amigas se fueran ayude a Sara a limpiar todo lo que habíamos hecho, le dije que podía retirarse, pero justo antes de terminar de lavar los trastos uno de los platos se escapó de mis manos y se rompió, mi flamante torpeza hizo su aparición, uno de los trozos de la cerámica, me corto a lo largo del dedo índice derecho, ahogue un grito y metí el dedo bajo el chorro de agua, pero la sangre no paraba.

-Mierda- hice presión en la herida y busque el botiquín de primeros auxilios.

-Emma- dice sorprendido- no escuche cuando se fueron las chicas - me quiero negar a voltear a verlo, pero la sangre comenzaba a escurrirme por la mano, no quería ensuciar todo.

-¿Puedes decirme donde está el botiquín de primeros auxilios?- me giro lentamente y veo que interrumpe su pregunta al ver mi mano escurriendo sangre.

Se acerca tan rápido que no puedo descifrar sus intenciones, me toma por la cintura y retrocedo dos pasos antes de que me pueda alzar para ponerme sobre la barra de la cocina, abre de nuevo el grifo y mete mi mano al agua. Lo veo moverse por la cocina hasta traer lo necesario para curarme.

-Puedo hacerlo- me ofrezco pero el rechaza la petición.

-¿Cómo puedes ser tan torpe?- comienza a limpiar la herida.

-Tengo mis momentos- trato de aligerar el ambiente sonriéndole, pero pone algo en mi dedo que arde y por reflejo trato de quitarme.

-Lo siento.

-Esta bien- lo dejo terminar su trabajo , pone una bandita adhesiva para detener la sangre, mira su trabajo orgulloso, y me sorprende cuando deja un beso sobre mi dedo herido.

-Te sentirás mejor- trato de bajar de la barra, pero él no ha retrocedido lo suficiente, así que termino atrapada entre su cuerpo y el concreto, alzo la cabeza y veo sus preciosos ojos azules, a mi mente vienen todos los momentos que hemos pasado juntos hace semanas.

-Gracias- murmuro y lo veo acercarse, sabía que debía retirarme pero no quería, así que solo elevé mi mentón casi rogándole porque me besara, casi temblaba por la expectativa de mi primer beso y casi lo cumplía pero...

-¡Tyler hermano!- se apartó tan rápido como pudo, y me dejó oculta tras su espalda.

-¿Qué demonios hacen aquí?- se escucha frustrado.

-¿Bromeas?- dice uno de los chicos que acaban de llegar- dijiste que entráramos por la cocina- me asomo por un lado de Tyler y veo a sus dos amigos, Nick y Jason.

-Hola linda, veremos películas, ¿Nos quieres acompañar?- Jason me coquetea no se que decir, pero antes de que él se acerque el rubio frente a mi lo aleja abrazándolo del cuello y llevándolo a otro lado, Nick sigue ahí esperando mi repuesta la invitación.

-No quiero molestar- trato de huir, pero me detiene de la misma manera en la que Tyler lo hizo con su amigo, pasando su brazo por mis hombros.

-No molestas a nadie y a Tyler le encantará tenerte ahí- me sonrojo.

-¿Por qué lo dices?- pero antes de que pueda responder el mencionado hace que su amigo me suelte y me toma de la mano.

-Por nada- tira de mi para llevarme fuera de la cocina- te toca hacer las palomitas, nosotros escogeremos las películas.

[...]

No debí ver esa película, soy pésima para las películas de terror y aquí estaba sin poder dormir en día de escuela, si cerraba los ojos solo podía imaginar que alguien vendría para asesinarme, y en medio de la oscuridad mis otros sentidos se agudizaban y escuchaba todo el ruido en el exterior.

Viviendo con un Playboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora