Hermanos hasta el Fin 2

Grietas en la máscara, un pasado detrás

En un lugar rodeado de un bosque, se puede ver a la silueta de un niño corriendo, parece asustado por algo, pero no mira atrás, solo sigue corriendo, no se puede ver su rostro ya que todo su cuerpo se ve negro, pero en sus ojos puede reflejarse el pánico que siente actualmente, ese niño se encuentra herido, se puede resaltar de su cuerpo borroso el color rojo de sangre sobresalir de sus heridas, puede notar que lo persiguen otras siluetas distorsionadas que muestran unos ojos y bocas brillantes de color blanco, cargan sus armas en lo que van en busca del niño.

Silueta1.- Vamos, no debe de andar muy lejos de aquí.

Se empezaba a cansar el niño, hasta que tropieza y empieza a caer colina abajo, golpeándose y abriéndose nuevas heridas por algunos golpes de piedras que lo golpean, hasta que cae en un río en donde termina cubierto de musgo y lodo, con lo que comenzaba a levantarse con dificultad en lo que cojeaba por el camino, pero durante su camino es agarrado de las greñas, a lo que comienzan a elevarlo al aire con mucho dolor, en lo que gritaban que ya lo tenían, antes de que lo aventaran contra una piedra sin mucho cuidado, causando que la punta de la piedra le doblara un poco la columna, haciendo que gritara.

Silueta1.- ¿Qué dicen si nos divertimos un poco con él?

Todos gritaban que si en lo que pasaba el tiempo, al transcurrir unas horas uno de ellos comenzaba a sacar un frasco, era algo que comenzaba a humear, lo vertió un poco en el suelo para mostrar como derretía al tacto, por lo que trataba de forcejear con las pocas fuerzas que tenía, pero lo empezaban a sostener para evitar que se escape, comenzaron a dejar caer unas cuantas gotas cerca hasta que unas cuantas terminan tocando la palma de la mano del chico, con lo que empezaba a gritar, podía sentir como le quemaba la piel, cuando comenzaba a gritar con mas fuerza lo amordazaron, en ese momento comenzaron a sonreír mientras acercaban cada vez mas el frasco, para poder soltar su contenido en el rostro, quien solo podía ver las gotas colgando para entrar en contacto con su rostro.

Silueta2.- Tal vez así se vea mejor, nadie quiere verte.

El niño se hiperventilaba ante eso, no podía hacer nada mas que mirar y dejar que le hicieran esto, aunque en el fondo odiaba tener que verse en el espejo para tratar de buscar respuestas del porque tuvo que ser las cosas así.

Niño.- (Por favor, solo haz que se detengan, no quiero, no en la cara, es lo único que tengo que demuestra que sigo aquí..., por favor no, no quiero esto, solo quiero que me dejen tranquilo.)

Después de eso todo se volvió borroso, lo único que se pudo notar fue como se inundo todo en un silencio absoluto, hasta que se escucha el sonido de un liquido desparramándose seguido de gritos de agonía, después fueron gritos de horror, junto con golpes y cortes, hasta que todo fue silencio, un silencio que no era ni agradable, ni tranquilo, tampoco agobiante o terrorífico, solo simple silencio, mas tarde todo el lugar se empezaba a aclarar, el niño apenas estaba consciente, estaba solo, sangre, sangre era lo que veía, le dolía el cuerpo, apenas podía caminar, se arrastro hasta el río en el que había caído, tratando de limpiarse las heridas, pero lo que vio lo dejo espantado, ya no se podía reconocerse, al verse en el reflejo solo se podía ver las consecuencias que puede causar la maldad del corazón de la gente, ante esto se arrodillo sin creer lo que veía, quedo en completo shock, sin moverse por un tiempo, sus ojos cambiaban a rojos, se le perdían el brillo, empezaba a llover lentamente a su alrededor, el mirar atrás solo confirmaba lo que paso anoche, comenzaba a temblar del miedo, hasta que el miedo se transformaba lentamente en dolor, después odio, tras eso rencor, hasta que miro arriba en lo que la lluvia caía sobre sus heridas y toda la sangre que lo cubría.

Niño.- ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!

Los relámpagos no se hicieron esperar y comenzaban a caer a su alrededor, había pasado los días y no había vuelto a ser el mismo, se encontraba con la mirada agachada en lo que su fleco le ocultaba su rostro, siendo observado o ignorado por todos, pero eso era lo de menos, solo caminaba tambaleándose de un lado a otro, hasta que un grupo de personas le arrojan una lluvia de piedras, pero eso no le impide seguir avanzando sin prestar atención, incluso algunas cuantas le abrieron la cabeza por detrás, una vez que llego a su hogar por así decirlo, cerro con seguro todas posibles entradas, después se dirigió a la ducha para poder limpiarse en lo que la sangre de las heridas por las piedras pasaban por el desagüe, permaneció un tiempo en completo silencio, de todas formas no era como si importara si hiciera algo de ruido, el vivía solo, nadie le esperaba ni lo extrañaría, una vez que termino de bañarse, todo el lugar se lleno de vapor, con lo que empezaba a pasar su mano por el espejo que tenía frente a él para poder quitarle el vapor que le impedía verse, se quedo inmóvil al verse en el reflejo.