Capítulo 19: Sangre de Muertos

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Salí de la habitación y entré a la oficina donde estaba anteriormente, mamá estaba sentada mirando al suelo, en cuanto escucho la puerta levanto la cabeza y rápidamente salgo del banco a abrazarme.
- ¿Qué sucedió, mi amor? - Dijo liberándome ya de sus brazos. -
- Nada... todo. Lo de siempre. - estaba cansada hasta para hablar con mi propia madre.
- Siento que tengas que pasar por todo esto mi amor, juro que me encargaré de que no entres más a una comisaría.
- Mamá no, no es tu culpa, tampoco puedes evitarlo, estaba en el lugar y en el momento equivocado.
- Pero al parecer, no estabas con las personas equivocadas. – dijo mamá mirando más allá de mis hombros, sonriendo un poco. Cuando me di la vuelta encontré a un Roman con preocupación y una Shelley muy angustiada.
- Oigan tranquilos, no voy a ir a prisión... en todo caso el naranja es el nuevo negro, ¿no?
Entonces Roman me abrazó.
- Lo siento mucho por lo de antes. - me susurró al oído, casi inaudible.
- Esta bien. - me limite a decir.
- No, no lo está. - se alejó y me miró angustiado. - Se supone que soy tu amigo, o al menos debería portarme como uno, pero te deje sola... debes pensar que soy un imbecil.
- Tranquilo, tengo demonios peores. - termine por decirle para tranquilizarlo. Lo cierto es que Roman simplemente se había paralizado ante cierta situación, y quizá si hubieran tocado mi punto débil, habría hecho lo mismo. Esta vez podía jugarla de valiente, o al menos, de la chica que es capaz de conducir luego de vomitar, pero si la situación hubiera sido otra... estaría yo quieta.

Una chica salió de la oficina donde había estado y nos entregó unas hojas para que llenáramos a Roman, a Shelley y a mi.
Genial, papeleo.
Cuando terminamos de llenarlo, se acerco para tomarlos, pero el grosero policía de antes la empujó y tomó las hojas el antes.
- Necesito hablar con ustedes.
- ¿Qué? - mi mamá salto casi lista para abofetear al policía. Le hice señas a Roman para que me ayudara a detenerla. Tuvo un efecto contrario en él, a decir verdad, ya que se paró frente al policía y parecía aún más enfadado que ella.
- Aguarden, con los cuatro, usted también señora Nielsen, hay algo que deben ver ustedes mismos. - el policía está pálido pero algo relajado, como si tratara de dominar la situación, y ante lo que le habían dicho recién, mamá puso la misma cara.
- Antes de ir, discúlpese con la chica. - dije señalando a la mujer que había empujado.
- Niña, se acabo lo de policía bueno y policía malo, esto es serio.
- Discúlpese. - lo desafié por última vez.
La chica aún ahí se puso colorada, ¿estaba enamorada de este imbécil?
- Lo siento Calíope. - dijo finalmente el policía. - Ahora acompáñenme, esto es importante.
Comenzó a caminar hacia un pasillo, antes de irme mire a la chica.
- Lindo nombre. - me guiñe un ojo. - demasiado hasta para él. - eso acabo enrojeciéndola por completo.
Éntramos a una habitación que parecía un laboratorio, lleno de papeles y tubos de ensayo.
El policía levantó unas hojas y nos hizo seña para que nos acercáramos.
- El laboratorio acaba de mandarme la última información recopilada. Resulta que la sangre encontrada en la escena era demasiada, y cuando encontramos los análisis lo vimos. Había aproximadamente medio litro de sangre de por lo menos media docena de personas, sin contar a las víctimas encontradas, y Escuchen: - se aclaró la voz y comenzó a leer una lista de nombres que yo encabezaba. - El laboratorio forense de la policía de Pensilvania declaró que la sangre encontrada coincidía con los ADN de Anya Reagan Nielsen, Esther Reagan Nielsen - esa era mi madre- Conrad Beckland, - ¿qué? ¿Conrad, esto era una broma de mal gusto? - Roman Godfrey, Shelley Godfrey, Olivia Godfrey, Ashleigh Godfrey, Letha Godfrey, Peter Rumancek, Olivia Rumancek, Destiny Rumancek, Christina Wendall y por último Tom Sworn.
- Pero... la mitad de ellos están... - comenzó diciendo Roman con unos ojos cristalinos a punto de llorar.
- Muertos. - Concluyó mi mamá.
- Lo sé. - el policía parecía aún más confundido - Los registros indican que Letha Godfrey murió dando a luz hace 10 meses, Cristina Wendall fue encontrada muerta a causa de un ataque animal hace 8 meses, Tom Sworn se suicido hace 6 meses, Olivia Godfrey fue declarada en desaparición hace 4 hace meses y Conrad Beckland se suicido hace menos de 2 meses. ¿Como consiguieron medio litro de sangre de cada uno de ellos, y de ustedes? Nunca habíamos visto algo así.
Roman susurro algo y la miro a Shelley, está asintió algo apenada y lloró un poco.
- Pueden irse, pero anden con cuidado por favor. Un policía estará de guardia por las noches por al menos dos meses.
Todos asentimos y salimos de la comisaría.
- ¿Estas bien? - Mamá me miro preocupada. Yo, casi a escondidas ya estaba llorando. Es cierto, en menos de una semana se cumplían dos meses de la muerte de papá. Nos llevábamos para la mierda, la verdad es que casi nunca hablábamos pero, su muerte me impactó bastante.
Me di vuelta para buscar a Roman, parecía furioso. Se alejó casi inaudible, subió a su auto, espero a Shelley, quien me sonrió como disculpas por su hermano, y ambos desaparecieron, conducidos por un Roman furioso.
- Supongo que recibió noticias tan feas como los nuestras. - dijo mamá mirándome.
- Parece, habían por lo menos 2 Godfrey en esa lista muertos o desaparecidos. Espero que esté bien.- concluí antes de subirme al auto de mamá.
- Si, y el ex jefe de policía también estaba en la lista, resulta que se quitó la vida cuando murió su hija. Una enorme tragedia.
- Que mala racha. - dije finalmente.
- Parece que compiten contra nosotros. - bromeó mamá.

La Nueva Vargulf - Una historia de Hemlock GroveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora