La Nueva Vargulf - Una historia de Hemlock Grove

Capítulo 22: La verdad sobre Shelley

Llegue al colegio con dos minutos de sobra. Baje con mi mochila y me choque con Shelley en la puerta, me hizo seña de que pare con las manos y comenzó a escribir en su celular.
- Se suspendió la primera clase.
- ¿Estás bromeando? - casi lloro de la desesperación.
- No, lo siento. Una de las víctimas encontradas en la escena del sábado por la mañana eran familiares de la profesora de química.
- Entonces voy a volver a mi auto a buscar mis tostadas, con permiso. - dije frustrada. Shelley río, al menos una de las dos era feliz.
- Te espero aquí, le dije a Román que lo vería pero también tengo que contarte algo.
- ¿Hablamos en la cafetería? - pregunte y caminando. Shelley asintió.
Llegue a mi auto y tomé las tostadas que puse sobre el estéreo. Poco higiénico pero me las iba a comer. También vi la nota de mamá en el suelo "Reg, te dejo en desayuno, me moría de sueño".
Entonces recordé que sus papeles estaba mi guantera, la abrí y ahí seguían.
Mamá estaba tan cansada que los olvido justo aquí.
Era una carpeta de papel cartón, la abrí:
- "Confidencial: información filtrada" - Leí en voz baja.
¿Información filtrada?
Decidí tomarle fotos para volver a ponerlo donde estaba, y entre esos papeles encontré fotos de papá.
¿Por qué mamá quería saber cosas de papá?
Termine de sacarle fotos rápidamente a todas las hojas y lo guarde de nuevo como si nada. ¿Cuánto tardaría mamá en darse cuenta?
Salí del auto con mi tostada, ya habiéndome tragado la primera a las apuradas y tomando lo que quedaba de mi café.
Entre al colegio y choque con Peter.
- ¿Peter? ¿Vienes a esta secundaria?
- Vengo a anotarme, si. La dejé el año anterior y la verdad es que necesito terminarla para conseguir un empleo.
- ¿Empleo? ¿Necesitas dinero?
- Si y no.
- Si necesitas pero no quieres que yo te lo preste.
- No es solo eso, no se si tengas lo que necesito. Apenas nos conocemos y tampoco puedo aceptarlo. Aunque repito, no creo que lo tengas.
- Quizá pueda hacer algo por ti, como conseguirte empleo si así lo deseas. ¿Quieres decirme para que es el dinero o prefieres ahorrártelo? Da igual, yo te ayudaría de todas formas.
- ¿Si te dijera que es para drogas?
- Te tendría que ayudar porque entonces estaría faltando a mi palabra. - Peter río y aprovechó para mirar en todas direcciones. - ¿a quién buscas?
- ¿A quién no busco querrás decir? - me corrigió apenado.
- Roman... da igual. ¿Es para drogas?
- ¿Qué? No, no. Es para pagar un abogado.
- ¿Un abogado? ¿Peter que hiciste?
- Nada, nada tranquila. Solo...
- Reagan. - sonaba enojada aquella voz al final del pasillo.
- Roman. - Dijo Peter.
- Peter. - si, si, eso lo dijo Román. Estaba al final del pasillo en la entrada de la cafetería, con Shelley detrás de él.
- Shelley - mi especialidad era arruinar el momento.
- Reagan vámonos. - me dijo Roman desafiante.
- Ve con él. Estaré bien. - Peter parecía muy avergonzado. Que mierda hizo para sentirse así ante Roman.
- Espera, quiero ayudarte. - le dije.
- Reagan ya vámonos.
- No soy la perra faldera de nadie. Si tienen problemas resuélvanlos solos.
- Miren a quien tenemos aquí.
Me di la vuelta para encontrarme con Veronica junto a otra chica rubia.
- La perra maleante, oí que llegó hace una semana y pasó por la comisaría dos veces ya. - Veronica me miraba con odio y gracia a la vez.
- ¿De que habla? - Roman parecía muy confundido.
- ¿No te enteraste Roman? Tu nuevo juguete tiene varios antecedentes penales. La encontraron esta mañana cerca de la Biblioteca Godfrey. Donde se perdieron un sinfín de archivos y se rompieron varias ventanas.
- ¿Qué? - Roman cada vez más confundido, y yo, furiosa.
- ¿Recuerdan lo que dije de arreglar problemas solos?
- Si, dirás que fue una mala idea y te tranquilizaras. - Peter se escuchaba cada vez más cerca.
- Frío frío. Sigo de acuerdo con lo que dije. Y yo voy a arreglar mi problema ahora mismo. - dije mientras dejaba mi mochila y mi café en el piso para saltar sobre Veronica.
Llegue a tirarle del pelo, y ella me rasguñó, con sus uñas de acrílico, desde el codo hasta el hombro. Fue cuando alguien con las manos heladas me tomo de un brazo, y otro par de manos cálidas tomaron mi codo y me alejaron de Veronica.
- ¿No ves lo que hizo Roman?
- ¿Pero que tenes, 5 años loca? ¿cómo te vas a hacer la víctima ahora si ya vimos que sos una perra? -Yo gritaba ahogada en la desesperación. Todo esto parecía una broma.
- Tiene razón. - Roman y Peter se miraron entre ellos después de hablar.
- Y ustedes - dije levantándome del suelo y soltándome de sus agarres. Me levante del suelo con mi mochila y mi café. - arreglen sus cosas de una puta vez, por favor, porque los peores con esta separación son ustedes.
Mire mi café y luego a Veronica en el suelo mientras su amiga le arreglaba el cabello y escuchaba su lloriqueo. Obvio ahí había combinación.
- No les recomiendo que sigan mi ejemplo. - dije por último y le tire el café encima, me agache para mirarla de cerca. Tenía la boca abierta y no podía creer lo que acaba de pasarle - y la próxima, va con taza y todo.
Camine hasta Shelley que aún estaba en la puerta de la cafetería.
- ¿Vamos? - dije antes de irme con ella- necesito reponer ese café.