Capítulo 41: Charlas Incómodas

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El día había empezado relativamente bien, pero rápidamente se tornó en decaída. Roman se había quedado dormido en mi cama y mamá nos había encontrado, sin mencionar que ocultaba algo, por lo que todo iba a estar medio incómodo en mi casa ahora.
Bien, por otro lado, la escuela. Sola y con compañía desagradable: Veronica, quien con sus séquito de amigas falsas me odiaban y no se preocupaban en ocultarlo. En cada rincón que me las encontraba murmuraban cosas y reían, pero no era nada terrible, la verdad era mejor que las chicas que me miraban con lástima después de oír el rumor de que había sido atacada y había estado en el hospital dos veces en una semana, parece que la noticia se había propagado como la viruela en el siglo 18, con la diferencia que la viruela quien la portaba moría, acá quienes portan en rumor aún tienen varios años de vida. Aunque quien sabe, yo estimé que tendría muchos años de vida y en un par de meses casi muero tres veces.
Lo peor era que no estaba realmente sola, tenía amigos... bueno tenia gente que me salvó la vida, deben contar cómo doble punto de amigos promedio de la escuela. Peter es mi amigo, o mi perro «bromee para mis adentros», Roman también era mi amigo pero ahora nos besamos y eso significa que ya no somos amigos... bueno está Shelley quien hace días que no se comunica... tengo dos amigos... Mi mamá cuenta? Supongo que no, no estamos en Gilmore Girl.
El punto es que estoy sola actualmente, físicamente hablando. Porque nadie camina junto a mí, pero en lo que respecta a una amigo de verdad fiel y valiente, tengo a los mejores.
Pero ahora los mejores no estaban, y a ver, no es como que me molesta que no estén pero si me molesta estar sola.
Realmente me molesta afrontar clases de cualquier cosa sola, o el almuerzo o el receso. Pero eso no le importaba a un profesor, claro. El timbre sonó y yo simplemente caminé a mi clase, con la esperanza de que alguien entrara por la puerta pero no pasó, bueno, hablo de nadie que me importe.
La clase de historia se puso bastante densa sin Shelley, Roman tampoco venía a la escuela hoy y mañana por asuntos de "la Empresa Familiar" que vaya a saber de que era.
La mañana pasó extremadamente lenta, cada vez que faltaban cinco minutos para que terminara la clase parecía que esos minutos se transformaban en cinco eternas horas. 
Pero entonces se hizo el milagro, no hablo de amigos, hablo de mi Gilmore Girl personal, mi mamá. Afortunadamente ella en el receso me avisó que llegaría a casa para el almuerzo y que luego se iría, por lo que después de mi última clase regresé a casa en el autobús para comer juntas.
- Mam...- estuve a punto de exclamar pero estaba en una llamada.
Mamá hacía equilibrio con su teléfono entre el hombro y su oreja y con una de las manos revolvía algo en una olla mientras que con la otra leía las instrucciones de una caja. Me hizo señas de que ya colgaba y fui a dejar mis cosas en mi cuarto ya lavarme las manos.
- Huele bien. - Dije mientras bajaba las escaleras cuando vi que ya no estaba hablando por teléfono pero si tecleaba algo en él.
- Es arroz de caja. - comentó.
- Igual huele bien.
- Lo siento linda, no tuve tiempo de hacer algo más elaborado. - dijo sin sacar la vista de su teléfono. Mientras puse los platos y los cubiertos en la mesa.
- Tranquila ma ¿mucho trabajo? - terminé de poner vasos y fui a buscar agua a la nevera, entonces vi una nota con un teléfono pegada en la heladera.
- Hay ensalada también en la nevera,-su voz me sacó del trance - está en un recipiente rojo.
- Okey, ¿tiene limón?
- No, ni sal. - Tome ambas cosas al oírla y me senté en la mesa. Mamá colocó un protector de calor y arriba una fuente con un arroz con verduras y luego se sentó y comenzó a servirme.
- ¿Qué tal la escuela? - dijo antes de comer ensalada.
- Normal, bastante sosa. - comente probando el arroz.
- Lo soso a veces es bueno. - me miró unos segundos.
- No hagas la mirada de lastima mamá, estoy bien.
- Lo se cariño, pero hoy tus temas de conversación son terribles. - bromeó.
- Cualquier cosa que no sea apelar a la lástima.
- Hablando de apelar, en unos días presentarán la causa de Sebastian.
- ¿Qué caso tiene? Dicen que murió. - Dije frustrada.
- Lo sé, pero el estado decidió iniciar una causa de todas formas, y puede que te pidan que atestigües.
- ¿Y si no quiero?
- La fiscalía puede obligarte.
- Bueno que lo hagas, hasta entonces no voy a ir.- Dije algo enfadada. Se que no era culpa de mamá, pero era como si el mundo no me entendiera. Yo solo quería dejar el asunto atrás. No quería indagar más acerca de ello, no entendía qué me pasaba pero sentía algo raro, no me hallaba en la situación y tampoco se porque me sentía negada a hacer terapia pero se que lo necesitaba.
- Ya sé, sé que estás angustiada, lo siento mucho cariño. De verdad no mereces nada de lo que estás pasando.
- Perdón, se que a veces apuntó contra tí. No tienes la culpa de nada.
- Tranquila... cambiemos de tema. - dijo mamá comprensiva.
- Por favor, porque así no me pasa la comida. - Bromee bebiendo agua para pasar el mal trago.
- ¿Tuviste sexo con Roman? - ante la acusación hubo una secuencia de momentos en cámara lenta bastante graciosa, mi sonrisa se borró simultáneamente cuando escupí toda la bebida, sin mencionar que hubo una fracción que salió por mi nariz. Mamá se alejó de la mesa, para no mojarse, arrastrando la silla hacia atrás causando un estruendo que hirió mis oídos.
No se si fueron minutos o segundos los que pasamanos en silencio hasta que ella comenzo a reirse mientra me alcanzaba algo con que limpiarme- ¡Reagan! ¿Entonces tuviste sexo si o no? - dijo cuando paró de reír pero la diversión no abandonó su falsa expresión seria. - ¡Y no te quedes ahí, busca algo con que secar esto!
- ¿y si me volves a tener lástima? - dije sarcástica.- Tacto nunca la aprobaste en la universidad, ¿no mamá? - me levanté para buscar algo con que secar la mesa.
- Estoy preocupada, encontré en la cama a mi hija con un chico. - mamá levantó la fuente con comida para que sequé bien la mesa.
- Pero teníamos ropa. - seque lo que quedaba.
- No se necesita estar completamente desnudos para pescar una ETS.
- ¿Crees que tengo sexo sin protección? - la miré desconcertada, pareciera que cree que soy estúpida.
- ¿O sea que si estás teniendo sexo? - me acusó.
- Nunca dije eso. - fui a dejar el paño en el fregadero.
- Bueno ahora vamos a tener la charla, siéntate.
- Ya tuvimos la charla. - Aún así me senté.
- Bueno la tenemos otra vez, ¿algún problema?
- Mamá no tuve sexo con Roman.
- Lo sé, pero lo tendrás.
- ¿Cómo es que "lo sabes"? ¿Y para que el interrogatorio entonces?
- Para que sepas qué yo lo sé todo.
- ¿Hay cámaras en la casa? - bromee.
- No hace falta. - se levantó y dejó su plato en el fregadero. - Además eso sería muy creepy, por lo menos dentro de la casa. - Tomé mi plato y también lo dejé en el fregadero y fui a buscar los vasos.
- Quiero que hables conmigo de estás cosas, no seas explícita, pero dime ¿estás saliendo con Román oficialmente?
- A-Algo así.
- Bueno, cuidense y haz todo a tu tiempo. No te dejes presionar, ya has pasado por mucho.
- Roman es... bueno, ya te lo dije.
- Lo sé, pero salvarte la vida no es un boleto a tu vagina.
- Ay mamá qué horror, no hables así. - Le pedí.
- Perdón, "Ser tu caballero de armadura plateada no le da entrada directa al sur del Ecuador". - bromeó con falso acento español.
- Ja-Ja-Ja ¿Desayunaste payaso hoy? - me burlé.
- Bueno, ahora en serio, el lunes tienes turno con el médico. Recuerda anotarlo, no te voy a poder acompañar.
- Tranquila, voy sola.
- Perfecto, o te pueden acompañar tus amigos. - Miró su reloj. - Se me va la hora, me lavó los dientes, - dijo subiendo las escaleras - y vuelvo al trabajo.
- Okey mamá. ¿De qué es el turno médico?
- Ginecóloga. - gritó antes de cerrar la puerta del baño.
Genial.
Terminé de levantar la mesa y guardar las sobras en tuppers y entonces mamá bajó alistandose.
- De acuerdo. Supongo que lavo los platos. - Le dije.
- Yo te hice de comer. - se miró en el espejo de la entrada.
- Hiciste arroz de caja. - retruqué.
- Dijiste que olía bien. Aparte yo abrí la caja y le puse agua, tu solo pusiste la mesa. - se burló.
- Te faltó echarme en cara que me trajiste al mundo.
- Ay claro, también está eso. Saliste de adentro mio por mi preciada vagina.
- Mamá! - Me quejé. - No seas explícita.
- Te alimenté casi 10 meses, de mis bubis que a veces te daban el lujo de mordisquear.
- MAMÁ! - Ella rió mientras tomaba sus llaves y buscaba su abrigo y bolso.
- Nos vemos en la cena, haz algo rico.
- Ah encima está eso, debo hacer de cenar - Fingí indignación mientras abría la puerta.
- ¡Y que no sea de caja, eh! - me advirtió.
- Tranqui, te hago un salmón con reducción de trufas del amazonas, ¿algo más?
- Bubis mordisqueadas - Recitó antes de cerrar la puerta y no dejándome responder.
Cuando termine de lavar los platos me recosté en el sillón para ver una película, como procrastinadora oficial tenía que hacer algo antes de ponerme al día con los estudios. De todas maneras terminé poniendo una alarma por si me quedaba dormida o me distraía.
Resulta que no sirvió de nada. Desperté completamente desorientada y con frío en el sillón, y lo que me había despertado había sido nada más y nada menos que mi teléfono vibrando, eran casi las siete. Mierda, me había quedado dormida y ahora mamá me estaba llamando.
- ¿Mamá? ¿Qué tal?
- Reagan, que milagro me atiendas a la primera. ¿Estás en casa?
- Si, lo que pasa es que ser super popular no te asegu...
- Reagan no tengo tiempo para bromas. Ve a la biblioteca antes de que oscurezca, si puedes dile a Román que te acompañe o mantente en comunicación conmigo. No te quedes sola en casa.
- Okey mamá, tranquila.
- Llévate el auto, después pasaré por la biblioteca para que volvamos juntas.
- De acuerdo, tranquila. ¿De qué se trata todo esto?
- Luego hablamos. Avísame cuando llegues a la biblioteca por favor.
- Si mamá, tranquila. - y me colgó.
Cuando mis pies tocaron el suelo casi me muero del frío, estaban literalmente helados, como si hubieran estado en el agua fría. La verdad no recordaba haberme sacado los zapatos y mucho menos los calcetines pero había tenido un sueño particularmente largo y profundo asique supongo que estaba cansada. Me incorporé y busqué mis medias y mis zapatos, uno de los zapatos yacían tirados frente a la mesa ratona y del otro y de los calcetines no había señales. Decidí buscarlos más tarde porque seguro quedaron debajo del sillón que en lo personal era imposible de levantar, desistí y fui a buscar otros a mi cuarto.
Me pusé unos más abrigados y me coloque unos borcegos marrón claro. Tomé mi mochila con unos libros y mi computadora y baje a buscar mi auto no sin antes cerrar bien las puertas.
Ahí me encontré con el pavimento empapado y mi auto con restos de agua, al parecer había llovido mientras dormía, y eso había aumentado significativamente el frío que hacía. Subí a mi auto y al arrancarlo automáticamente se movió y se apagó.
- ¡Mierda! - Exclamé asustada. - ¿Lo dejé en cambio?
Me quedé pensando para mis adentros, y no recordaba puesto que no conducía hace una semana, o tal vez más, pero quizá mamá lo había usado.
Aunque no sabría para qué.
Volví a encenderlo sin contar el embrague y luego de salir a la calle me dirigí a la biblioteca. Antes de llegar al centro me crucé con varios coches de policía y ambulancias en servicio, extraño, mi teléfono sonó un par de veces pero lo ignoré, seguro era mamá texteando.
Estacioné en los lugares de la biblioteca y en segundos ya estaba entrando. Estaba casi vacío, tres o cuatro chicos máximo, pero había cierto movimiento y afortunadamente estaba bastante cálida por lo que pude quitarme el abrigo y dejarlo en una mesa al fondo, deje mis cosas y recordé mirar mi teléfono, dos llamadas de mamá y un mensaje. Me saqué una selfie y se la envié en respuesta a su "Avisame cuando llegues, estoy muy preocupada. Ve directo de casa, no pares en ningún lugar por favor".
Luego de mandarle la foto bloqueé el teléfono y fuí a registrarme al escritorio de la bibliotecaria, que no estaba, pero su libro estaba ahí.
Entonces leí algo "Broke" ¿el oficial Brooke estaba aquí? En la biblioteca, que extraño.
Y se puso aún más extraño cuando leí "Esther R. Beckland".
Pase hojas para atrás y encontré ese nombre varias veces.
"Esther R. Beckland".
"Esther R. Beckland".
"Esther R. Beckland".
"Esther R. Beckland".
"Esther R. Beckland".
Mi mamá había visitado la biblioteca todos los días desde que nos mudamos a Hemlock Grove, todos-los-días, pero lo extraño era... que usaba su nombre de soltera.
Estaba ocultando su rastro, ¿pero de quién exactamente?
- Nielsen. - la voz del oficial Brooke me sacó, de un susto, del trance en el que estaba.

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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