Mi propio estornudo me saco del sueño.
Estaba en mi habitación extrañamente tranquila, me sentía muy a salvo como para estar en mi casa donde fui atacada dos veces. Pero entonces entendí que el brazo que me estaba rodeando los hombros y el cómodo pecho sobre el que descansaba pertenecían a Roman, quien ahora mismo se despertó igual de asustado que yo por estornudar.
- Salud. - me miró sonriendo, pero rápidamente su rostro pasó de diversión a impacto. Estaba mirando la puerta de mi cuarto, la cual no alcanzaba a ver porque estaba recostada mirando hacia él. Me di vuelta para seguir su mirada y entendí porque su rostro de contrajo en esa preocupación. Mi mamá está cruzada de brazos, muy tranquila y apoyada sobre la cómoda frente a la cama.
- Salud digo yo también.
- Señora Nielsen, de verdad - se levantó de la cama de un salto. - de verdad no pasó nada. Lo siento mucho.
- La próxima vez que invites a alguien intenta dejar una nota en la puerta. - me dijo mamá con un rostro que decía "ay Reagan".
- Lo siento, realmente nos quedamos dormidos.
- No se preocupen, lo sé, el chico todavía tiene el abrigo y los zapatos puestos. - dijo mamá tranquila. Y era cierto, Roman se durmió exactamente como si recién hubiera entrado de la calle, con el piloto y los zapatos. - ¿te quedas a desayunar? Hice café y hay waffles.
Yo estaba coloradisima, sentía que nada podía ser peor. Mamá me sonrió y antes de irse hablo una vez más.
- Bueno, haz lo que desees, en media hora me tengo que ir a trabajar así que si nos acompañas, te espero...
- Roman, soy Roman Godfrey.
- Mucho gusto Roman, te diría que me digas por mi nombre pero me llamo igual que Reagan, así que mantengamos el "sr. Nielsen". -
- De acuerdo, gracias.
- De nada. - dijo, aunque se vio en su cara que no supo porque Roman le agradecía. Salió de allí y cerró la puerta.
- Tu mamá siempre es tan...
- Metida.
- Iba a decir "genial".
- No tenía idea que iba a reaccionar así. - me pare de la cama y lo mire. - De verdad puedes quedarte a desayunar si quieres.
- Bueno... te llevare al colegio si quieres.
- Claro, gracias. Entonces... ¿te importa si uso el baño primero? Es que aún estoy en pijama... no soy tan rápida vistiéndome como tu.
- Todo tuyo. - Dijo moviéndose a un lado haciendo señas reverenciales.
Entré con una muda de ropa que tome de la cómoda.
Diez minutos después, quizá menos, salí ya vestida y con la cara y los dientes lavados.
- Me sorprende que sigas aquí.
- ¿Si? A mi también. - dijo antes de tomarme por la cintura y darme un beso - en realidad necesitaba darte los buenos días como se debe. -
- Mmm, valió la pena.
- Lo sé, ya vuelvo. - dijo antes de soltarme y entrar al baño por donde salí.
- Nos vemos abajo.
Baje las escaleras y me encontré a mamá apoyada en la mesada con un café y tecleando algo en su celular.
- ¿E-Estás enojada? - pregunte cautelosa.
- Buen día. - es lo único que dijo.
- Tengo miedo. - bromeé para romper el hielo, spoiler: no funcionó.
- No estoy enfadada, pero si tienes novio me gustaría saberlo, sobretodo después de todo lo que hemos pasado.
- Tranquila mamá, Roman no es Sebastian.
- Se que todos los hombres no son violadores en serie pero igual a partir de ahora necesito saber quienes son tus amigos.
- Mamá no puedo decirte todas las personas con las que me encuentro en el... - una tos nos interrumpió.
- Lo siento, yo... de verdad no quería quedarme aquí en la noche.
- Tranquilo Roman, puedes respirar. Seré franca contigo, tu reputación en el pueblo es bastante nefasta...
- Mamá- me di vuelta indignada para callarla.
- Déjame terminar. - me miró y volvió hacia Roman que por primera vez en la vida parecía asustado. - Nuestra reputación en Los Ángeles también dejaba mucho que desear, así que dejaré de guiarme por lo que dicen y comenzaré a basarme en tus acciones, y literalmente recibiste una puñalada y bastantes golpes por mi hija. Se que sientes algo por ella, no cualquier chico estaría dispuesto a morir por mi Reagan. - dejó el café en la mesada y tomó su bolso del sofá. - me iré a trabajar y cuento con que la dejes en la escuela y mantengas esta increíble reputación que traes ante mi. - Tomó las llaves y desapareció por la puerta antes de que siquiera Roman pudiera intentar respirar para responder.
- Mierda. - dije por último.
- No se si le agrado o me odia en secreto. - me dijo algo asustado.
- Te ama, pero no bajes la guardia.
- Okey, lo tendré en cuenta. - exhaló el aire que traía.
- ¿Estás bien? Parece que te vas a hacer pipí y estás bastante pálido.
- Si, lo sé, es qué... no comí. - dijo poniéndose colorado.
- Oye, hablando de eso... - como no podía verlo a la cara aproveche para servirnos café en unas tazas mientras hablaba. - ¿qué es lo que comes... habitualmente, ya sabes, para no ir por ahí mordiendo gente? - tomé su taza y voltee para alcanzársela.
- Mírame a la cara. - dijo dulcemente - no tienes que tener miedo de la respuesta, no soy Ted Bundy.
- Bueno... lo siento. - lo mire mientras tomaba asiento en la mesa y el me siguió.
- Suelo usar bolsas de sangre si estoy muy mal pero habitualmente... bueno, le pago a personas para que me vendan sanguijuelas a punto de reventar. - arrugué la cara del asco. - Sí lo se, la textura no es lo mejor, pero el sabor y la sed funcionan bien con esto. - sentí una oleada de náuseas - Aparte no necesito más de seis o siete por día. - creo que vomite y me lo tragué porque de imaginar la textura de una sanguijuela en mi boca termine de arruinarme la psiquis. - Si necesito fuerzas o estoy débil... si recurro a una bolsa de sangre o en caso de ser sumamente necesario a una persona, como la vez de... -bajo la voz y lo interrumpí.
- Si lo sé, tranquilo. No te culpo, después de todo lo que me hicieron hasta yo me bebería su sangre por mero placer. - el río ante lo que dije. - sí, sonó más retorcido que en mi cabeza.
- Tranquila, pero tienes razón. Sufriste mucho por esa familia, ahora hay que ver dónde está Sebastian y que se trae el entre manos.
- Es cierto, después de clases Destiny pasará por mi, iremos a su departamento, encárgate de leer los papeles que le envié. Son sobre... ya sabes, el homicidio de mi padre. Averigüen lo que puedan, veré si puedo leer algo en el almuerzo. - me bebí el café de un trago, mala idea, y agarre mi bolso. Roman se paró al mismo tiempo.
- Vamos, te dejaré de camino a mi casa.
- Gracias.La escuela fue aburrida en comparación a lo que estaba pasando en mi vida. En el almuerzo no pude leer los papeles relacionados al homicidio de papá. De hecho, no podía leer nada relacionado a él. Aún estaba enojada, no solo por lo que hacía sino porque me dejó. Me abandono, entiendo que morir no fue su culpa pero no se piensa igual cuando se pasa por algo así.
¿En que estabas metido papá? ¿Quién te mató y por qué?Pov Roman
Despertar junto a Reagan, literalmente fue de las mejores cosas que hice en mi vida, y eso que probé cocaina de la buena. Pero esto lo superaba por mucho.
Y dejarla en el colegio fue doloroso pero también me apetecía llegar a mi casa.
En casa, ya establecido, me comí un par de sanguijuelas y me fui a bañar. Estaba bastante alterado por el hambre que pase junto Reagan, se que le gusto y ella a mi, pero cada vez que la besaba su corazón se aceleraba y entonces podía sentir su sangre bombear por todo su cuerpo más rápidamente. Podía oler la sangre que enrojecía sus mejillas cuando la tocaba.
Todo.
Ella palpitaba para mi, y yo para ella.
Pero ahora tenía que calmarme.
Entré a bañarme y a relajarme, aproveché para beberme un wisky.
Ya en la bañera me relaje al punto de comenzar a perder la conciencia hasta que unos golpes en la puerta me sacaron de mi momento relax.
- ¿Quien es? - pregunté incorporándome un poco, pero nadie respondió, en cambio la puerta se abrió y Reagan apareció.
- Perdón estaba la puerta abierta y pensé... que no sería una mala idea. - Dejó caer su bolso, sus zapatos y a medida que se acercaba se quitaba más prendas de ropa. Hasta llegar a mi lado completamente desnuda, como Dios, con quien ahora estaba rotundamente agradecido, la trajo al mundo.
Metió su pierna en la bañera y un embriagador gemido de sorpresa por el agua caliente salió por su boca.
Termino de entrar y apoyo su cuerpo contra el mío.
- ¿No se supone que estabas en clase? - pregunté nervioso.
- Mmm - me besó la oreja y empezó a bajar por el cuello. Podía sentir todo su cuerpo sobre el mío. - Estaban aburridas las clases.
- T- Tu mamá Reagan, ella cree que estás en... - me paso la mano por el abdomen y me perdí completamente. - No, en ser... - me tapó la boca con un beso profundo y apasionado. Cuando nos separamos se quitó el cabello del cuello y me dejo ver su yugular, que prácticamente brillaba, palpitaba anormalmente.
Lamí su cuello para sentir aquel jugoso pozo por donde pasaba esa enorme vena y luego suavemente inserte mis colmillos.
No se que era más excitante, el sabor de su sangre o su hermosa piel ardiendo bajo la mía.
- Roman, me estás lastimando. - trató de alejarme pero era inútil, mi fuerza era notablemente superior a la de ella ahora que estaba bebiendo sangre caliente y humana.
Pero entonces sentí que no podía parar de beber. Podía sentir su corazón hacerse más y más lento y ni siquiera podía parar para respirar, la estaba matando y yo me estaba ahogando.
Mi cara estaba muy caliente y entonces abrí los ojos para encontrarme con que estaba bajo el agua. Me estaba ahogando en la bañera y ninguna milagrosa, hermosa y desnuda Reagan habían entrado a mi baño. Estaba yo solo, ahora fuera del agua pero empalmado como un perro excitado.
Me iba a volver loco, si no es que ya lo estaba.Lo que era un relajante baño de inversión termino siendo una ducha de agua fría y un wisky que tire por el inodoro. Necesitaba calmarme en todos los sentidos, en todos. Y no podía perder el control, no ahora que Reagan palpitaba para mí en cuerpo y alma, y eso me encanta.
Ya cambiado y listo me senté en mi oficina a leer unos papeles de la empresa y de paso le eche un vistazo a los papeles que envió Reagan por mail.
Reagan... desnuda...
Solo podía pensar en aquel estupido sueño.
Estupido y exageradamente vivido y sensual.
Dios si existes lánzame una buena porque esto se va a prender fuego.
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La Nueva Vargulf - Una historia de Hemlock Grove
FanfictionReagan es nueva en el pueblo, nadie sabe por qué una chica tan popular y rica como ella de pronto se ve obligada a vivir en un lugar como Hemlock Grove. Peter y Shelley han vuelto a la ciudad, luchando por fingir que tienen una vida medianamente no...