Prólogo

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Mamá también la estaba pasando mal.
En su trabajo ya no la trataban como se merecía.
El hijo de puta de su jefe seguía tratándola como la mierda porque pensaba que era su única opción.
Me hubiera gustado estar ahí para ver su cara cuando mamá le dijo que consiguió un trabajo muy lejos, donde le pagaban mucho mejor.
Ella me dijo que puso una cara terrible.
Como si esperara que mamá después de renunciar iba a denunciarlo.
No hacía falta. Ese tipo iba a la perdición solo.
Igual mamá como buena ciudadana que es, lo denunció anónimamente.
Mañana nos íbamos.

Último día de clases.
Celeste, mi compañera de estupideces, ya me había despedido.
Hasta lloro un poco.
Yo no.
Supongo que aún estaba enfadada con ella. ¿Y cómo no estarlo? Creo que se portó como la peor de las amigas.

Creo que la idea de irme no era mi favorita pero si quería tratar de olvidar tenía que desaparecer de mi anterior vida. Aunque no me iba a ir sin causarle un sentimiento de mierda a Sebastián para cagarle el resto del mes y que siempre se pueda acordar de mí.

Él era algo así como mi ex, adivinaron.

En realidad nunca habíamos llegado a hacer algo, de hecho él estuvo cerca de arruinar mi vida por no poder dar el "siguiente paso" en nuestra "no" relación. O quizá finalmente me arruinó, pero todavía no me daba cuenta.
Gran parte ya la había desmoronado, me tuve que ir de Los Ángeles porque nadie me creyó, solamente escuchaban a ese idiota.
Pero no se preocupen, le dejé una carta escrita con labial en los vidrios laterales de su auto.

No lo deje escrito en el vidrio de enfrente porque ese estaba roto por un ladrillo.
Una perra total.

Salió de la escuela y cuando vio su auto ya estaba en un taxi camino al aeropuerto. Pudo verme. Y se que me gritó una grosería. Estoy casi segura de que fue un:
- ¡Reagan, la puta que te parió!

Pero yo solo lo saludo. Espero que no estén pensando que moviendo las manos como una niña que saluda a su mamá entrando en el jardín. Fue un saludo más fuerte. Y cuando dicen que las maldades no duran mucho al hacerte sentir mejor... es mentira. Estuve todo el viaje en avión sonriendo. De hecho, nadie podía quitarme la sonrisa de encima. Hemlock Grove: listo o no, aquí voy.

La Nueva Vargulf - Una historia de Hemlock GroveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora