Capítulo 21: Los ojos de un lobo

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Llegue a donde estaba mi mamá, apagué las luces y comencé a ir a muy baja velocidad.  Chequee mi teléfono y verifiqué que mamá estuviera adentro para poder acercarme lo suficiente.
Casi termine en frente a la biblioteca de archivos clasificados, cruzando la calle.
Apague el motor, baje los seguros y casi agachada busque a mamá.
Veía la linterna de su celular, que se movía acorde a lo que mi teléfono indicaba, con unos segundos de retraso.
Entonces finalmente confirme que la vi. Mamá salió por la ventana de un costado. Camino pegada a la pared del callejón por el fondo hasta llega a otra ventana más atrás y entró. Ahí ya no podía ver su linterna, antes lo hacía a través de la ventana junto a la puerta, pero al parecer ahora estaba en la habitación de atrás...
- ¿No encontraste lo que buscabas Esther Reagan Nielsen? - pensé con ironía.
El auto de mamá no estaba cerca, pero tampoco lo había visto en el garaje de casa, por lo que supuse que lo dejo a unas calles para no levantar sospechas... no se si era una buena idea ahora que se qué hay un lobo gigante rondando la ciudad, entonces recordé que mientras estaba ahí podía llamar a la policía. Lo hice.
Marque el 911, pedí hablar con el policía de hoy y me dijeron que estaba de guardia así que me pasarían en breve. Espere al menos unos 20 segundos.
- ¿Nielsen, es usted? - me dijo extrañado. - ¿Encontraste información sobre lo de hoy o... algo extraño?
- Si encontré algo extraño. Acabo de salir a buscar a mi mamá a... - puta mierda, no se me había ocurrido pero ,¿a donde iba la gente un día de semana a esta hora en un pueblo? - me levante hace una hora y mi mamá había salido, la puerta de mi casa estaba abierta de par en par y había algo o alguien en mi cocina. Salí a buscar a mi mamá después de lo que vi, y por su teléfono encontré que estaba en la farmacia y apenas saqué el auto un animal salto sobre mi capo. Por favor, informe una alerta o algo, aquí hay algo señor. Algo peligroso. - mientras hablaba miraba la biblioteca, y entonces lo vi. -
- ¿Y donde estás ahora? ¿Nielsen? ¿Nielsen estás ahí? ¿Estas bien? Dime tu ubicación ahora mismo.- me preguntó. Apenas lo oí porque había visto movimientos raros. Había algo en la ventana junto a la puerta. Vi otra linterna y las cortinas se movieron.
- Me tengo que ir. - colgué.
¿Mi mamá estaba ahí con alguien más? No podía llamarla para avisarle porque entonces delataría su posición... vi "Celular" cinco mi veces y entonces entendí que mi escena favorita se convirtió en mi mayor pesadilla.
Entonces toque un bocinazo largo y fuerte y luego me escondí.
Había varios autos en la calle. Jamás sabrían de donde vino.
Apenas me asomé, pero casi no pude ver nada, entonces de nuevo me dio un infarto. Una persona salto de la ventana de la biblioteca.
No era mi mamá, era alguien más. Parecía un hombre grande y algo corpulento. Miraba a todos lados buscando el auto que lo asusto, o eso espero, y entonces mamá asumo su cabeza de la ventana de atrás, desde el callejón.
Para mi suerte el hombre jamás la vería a mi madre si está no se movía de ahí. Casi rezaba para que mamá se quedara donde estaba.
El hombre volvió a entrar a la biblioteca por la ventana y desapareció en la oscuridad.
Al mismo tiempo mamá salto por detrás y apenas baje un vidrio y le hice señas con la mano.
Me vio.
Que suerte por favor. Pero se escucho un grito. El hombre.
- Mamá corre. - Grite y le abrí la puerta mientras arrancaba el auto. Ella corrió con todas su fuerzas, el hombre le pisaba los talones. Cuando entro finalmente e intento cerrar el tipo no la dejo. Aún así arranque el auto, aunque despacio, ya que el hombre casi la estaba por agarra a mamá de la pierna.
- Mamá el bate. - le grite. Lo agarro de sus pies y comenzó a golpear sus dedos y manos para poder cerrar la puerta. El tipo no se rendía, hasta que mamá tomó algo de impulso con el bate y el hombre se soltó antes de que ella golpeara.
El tipo miraba con miedo, impresionado.
- Así es, suéltate o te irá peor. - grite y puse el auto en marcha más rápido. Mamá cerró la puerta por fin con el auto andando.
Y entonces lo vi por el espejo. El hombre no se asustó de nosotras. Se asustó del maldito animal, que ahora nos seguía.
Doble casi exageradamente en la siguiente calle.
- ¿Qué haces,Reagan, a dónde vas?
- Le haremos una visita a la comisaría, toma -le lance mi teléfono. - estaba hablando con el Idiota del poli, llámalo. Dile que vamos en camino con el animal.
- ¿El animal?
- El espejo. - le ordene sorprendida de que no hubiera visto a esa cosa. Ella agrandó los ojos como platos y rápidamente marcó el 911.
Mamá obedeció y explicó lo mejor que pudo.
El animal corría rápido, pero no tanto con mi mi auto mezclado con mi desesperación.
Llegue a la comisaría y habían por lo menos 5 policías apuntando atrás nuestro con sus armas.
La bestia salto hacia el bosque y desapareció.
Mamá escondió unos papeles en la guantera del auto. Ni si quiera había visto que los traía en la mano.
La miré algo extrañada pero me limité a hacerle la seña de cerrar la boca.
- Mamá si preguntan, tú estabas buscando la farmacia de turno, y no la encontrabas, por eso te fui a buscar.
Mamá asintió.
- Pasó algo en casa, ahora adentro te cuento. Quizá pido demasiado pero tienes que creerme.
- Después de lo que vi, te creería hasta que viste al payaso de It.
Reí algo angustiada.
Mentirle a la policia... era prácticamente nuestro talento.
Ese y escapar de situaciones extrañas y arriesgadas... pero parecía casi lo mismo ¿no?

Terminamos de declara por separado. Mamá lo poco que dijo es que estaba caminando buscando una farmacia y se perdió, y entonces vio a alguien salir de la biblioteca por el vidrio roto y allí la encontré, le grite que subiera al auto y una bestia nos empezó a seguir.
Afortunadamente estábamos salvadas de la declaración porque no teníamos diferentes versiones de los mismos hechos ya que no estuvimos juntas en toda la noche. No hasta que salí a buscarla y la encontré.
Yo a los policías les explique que la busque con la aplicación del teléfono que busca donde está una persona, y como no queda registrado nada más que el movimiento actual, no había pruebas de que nunca había estado en una farmacia, excepto por el auto de mamá que estaba estacionado quien sabe donde.
Mamá dijo que estaba muy asustada, que no recordaba donde lo había dejado. Balbuceó algo así como que a una o dos cuadras del centro y que no estaba segura donde.
Un policía nos acompañó a casa. Para mi suerte tenía clase, pero nos habían dicho que una patrulla haría guardia un par de días.
- Será mejor que hoy no vayas a clases. - Mamá estaba pálida y tenía enormes ojeras.
- Tengo que ir, es apenas la segunda semana y aún no me pongo aiul corriente. Me iré a bañar y voy. - le dije mientras mamá cerraba la puerta saludando al policía a lo lejos. Yo ya estaba subiendo las escaleras, pero recordé algo. - Mamá tu no vayas a trabajar eso si, yo dormí al menos 8 horas pero tu, no estabas en la cama cuando desperté, lo que me recuerda que espero que en algún momento me expliques que hacías ahí.
- Solo quería averiguar algo.
- ¿Algo? ¿Desde cuando me ocultas cosas? Te cubrí, y siempre mentiste por mi, pero yo siempre te dije la verdad detrás de la mentira, espero que seas la mitad de sincera conmigo.
- En la cena hablamos.
- Júralo, esto no es un juguete de los que me dices "después lo compramos" esto es una mentira mamá. Y espero que no evites la cena de hoy porque voy a estar esperando. -
- Lo juro. - me miraba como preocupada.
Termine de bañarme y me seque un poco el pelo. Me senté en la cama y comencé a buscar unos apuntes que me había pasado Shelley a mi computadora.
Entre las cosas que me pasó había una foto.
Una foto de mi atacante.
Del lobo. El mismo. De color café claro con unos ojos azules y una mancha debajo de su ojo... como si fuera un lunar.
Un lunar que me sonaba muy parecido. Y esos ojos. Era unos ojos raros. Eran... eran ojos compasivos. Eran ojos con sentimientos, no ojos con hambre, no eran ojos animales sino... humanos.
Entonces me desperté.
Mierda me había quedado dormida, mire la hora en mi computadora, 10 minutos para mi primera clase.
- Mierda, mierda, mierda. - guarde la laptop en mi mochila y baje casi corriendo. Mamá me había dejado una nota que no llegue a leer, pero la agarre con un café y tomé dos tostada en la mesa con una servilleta.
Recuerdo que salí y había un policía.
- Buenos días, soy el oficial de guardia.
- Buenos días. - grite y me subí al auto, lancé mi mochila al asiento acompañante y arranqué con el café en una mano.
Uf, su cara fue increible. Aún así estaba llegando tarde a clases.

La Nueva Vargulf - Una historia de Hemlock GroveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora