Capítulo 37: Te extrañe

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Fue una tarde de mierda.
Mamá primero me hizo sentir como la peor hija del mundo por preocuparla, y tal vez lo era.
También me dijo que hallaron rastros de Sebastian en las escenas del crimen, mataron a una profesora y a dos corredores en la madrugada. Al parecer los colocaron a todos en el mismo lugar, en un aula. En un aula donde yo debía estar después de hacer tiempo. Encontraron sangre mía y de Sebastian pero me descartaron porque salgo en las cámaras de la casa de Roman.
Tengo miedo. Quizá Sebastian no solo esta loco y enfermo sino que además parece indestructible.
Aceptaré el trato de que vaya a un manicomio y no a la cárcel, pero solo lo haré porque sé que no llegará. Yo me encargaré de él, aunque sea lo ultimo que haga.

Mamá acabó cansada y llorando, la hubiera acompañado sino estuviera enfadada por el sermón que me acababa de tirar.
A veces la entiendo, pero hoy ya traía suficiente con que me vean la cara de estúpida, solo faltaba mi madre gritándome como si no le importara ni ella ni yo misma.
En fin, me quede en el sillón viendo una película de superhéroes o algo así... no recuerdo que pasaba porque realmente estaba mirando algunos videos en mi celular cuando me llego un mensaje.
«Auxilio» de: Desconocido.
¿Auxilio? Teclee rápido un «quién eres?»
«Solo estoy recitando tus últimas palabras.»
Casi pude leer esto con su voz, un ruido en la cocina hizo que me levantara casi de un salto. Mi teléfono cayó al suelo y me agaché para buscarlo, ¿donde mierda estaba?
Entonces la televisión se apagó.
- ¿Quien anda ahí? ¿Peter, Destiny, son ustedes? - pregunte hacia la cocina.
Nada.
Tome un paraguas y caminé hacia la cocina para no encontrar nada, solo una estúpida paloma aleteando en la ventana.
- ¡Qué susto paloma! ¿No tienes nada mejor que hacer como dormir?
Alguien rió detrás mío. Ahí estaba Sebastian.
- Lo qué pasa es que es la hora de los murciélagos. - recitó antes de saltarme encima.
- ¡Auxilio! - grité con todas mis fuerzas pero se sentía bajo, irreal.
- Mis palabras favoritas. - tenía sus rodillas sobre mis piernas y sus manos sobre las mías, entonces hundió su cara en mi cuello. - Tienes un hedor único siempre que estoy por violarte.
Quería gritar pero no podía, algo me detenía.
Quizá el miedo o mi respiración.
¿Iba a ser violada?
Entonces cerré los ojos llenos de lagrimas y traté de gritar a pesar de lo imposible que se sentía.
- ¡No! - conseguí decir y entonces me sentí empapada, choque contra algo extraño que me abrazo.
- ¿Reagan? Tranquila soy Roman, estabas soñando. Mírame.
Abri mis ojos y lo vi, estaba frente a mi, lo estaba apretando con todas mis fuerzas, casi rompo su camisa por como me aferraba. Estaba en el sillón sentada junto a él.
Y creo que lo entendí. ¿Era un recuerdo?
- É-Él, ¿él me... me...? - No podía ni hablar con mi respiración tan dificultada.
- Shhh, no lo hizo, el desgraciado no pudo. - me tranquilizo - Convulsionaste y se asustó. Resultó aún más cobarde de lo esperado. - me dijo aún abrazándome.
No se que me pasó pero de golpe me aleje y él me observo, su rostro mostraba vergüenza y entonces me soltó y se alejó un poco.
- Perdón, entiendo si no quieres que te toque...
Sus ojos no parecían los de un monstruo, pero no podía sacarme esa imagen de la cabeza.
Pero ahora solo quería abrazar a alguien así que simplemente me acerque y lo abrace en silencio. Lloré un rato y él, confundido pero en silencio, se limitó a contenerme.
Un rato después estábamos acostados en el sillón.
- Reagan... de verdad siento no habértelo dicho. Te lo iba a decir pero... tenía miedo.
- Pues debiste darme el beneficio de la duda en vez de asustarme directamente comiéndote a mi ex-cuñado frente a mí. - soné más hiriente de lo que esperaba y lo note aún más cuando Roman miró para otro lado. - F-Fue una broma.
- Entiendo si me ves como un monstruo.
- No es eso, es... solo necesito tiempo. De verdad. Está todo bien pero... dame tiempo para aceptarlo del todo.
- Todo el del mundo.
Lo observé mirándome avergonzado. Miró hacia abajo aún más triste. Coloque mi mano en su rostro.
- Tranquilo, se que no eres un monstruo. - dije finalmente y lo pude sentir respirar más aliviado y finalmente me miró a los ojos y sonrió.
- No tienes idea del alivio que traen tus palabras.
Y lo observé y entonces sólo quería saber más de él. De donde había salido o como funcionaba su mundo.
- Tienes preguntas.
- Demasiadas.
- Haz la que quieras. - soltó confiado.
- ¿Qué pasaría si te besara ahora?
Me miró tan sorprendido que hasta yo note lo fuera de contexto que estaba mi pregunta.
- Me refiero a...
- No perdería el control, no es tan facil en realidad. Me alimento bien.
- ¿Matas?
- No, pero prefiero no decirte cómo consigo la comida si no te importa.
- Me parece... bien. - tenía muchísima curiosidad pero a la vez me asustaba lo que podría descubrir, decidí no obtener todas las respuestas.
- Tranquila, de verdad no mato. - asentí porque de verdad le creía. - Reagan, de verdad lo siento. - me tomo entre sus manos. - Siento tanto todo, no sabía lo que podía ocurrirte si forzaba el control mental, te lo juro que no tenía idea todo el dolor que te causaría o todos esos efectos. Jamás lo hubiera hecho si lo hubiera sabido.
- Tranquilo Roman, creo que ahora se que fui quien eligió olvidar... de solo recordar el olor de Sebastian o de él tocándome me dan ganas de... - me estremecí- me quiero bañar como si pudiera quitarme el hedor y el recuerdo.
- Tranquila, estas a salvo ahora. -
Entonces ese recuerdo volvió más vivaz.
Roman mirándome con sangre en el rostro, en el suelo con una herida en el abdomen.
«Me besó un ángel»
Me quedé petrificada, ¿entonces eso fue real?
¿Por qué me siento a salvo contigo?
- Creo que eso sólo puedes responderlo tú. - me sorprendí al notar que había hablado en voz alta y él había respondido muy tranquilo. - ¿quizá confías en mi?
Sentí mis mejillas calientes. Estaba colorada.
- Es la primera vez que me pareces tierna. - me dijo entonces.
- ¿Qué se supone que responda a eso? - pregunté riendo nerviosa. Él me miró con profundidad.
De pronto lo tenía tan cerca que escuchaba su baja respiración, era casi inaudible, si embargo estaba casi segura que la mía era nerviosa y entrecortada.
Nuestros labios se tocaron como aquella noche, aunque ahora se sintió más real, me acercó a él y me abrazó. Mi cabello cayó sobre mi rostro y él dejó de besarme para moverlo detrás de mi oreja y observarme.
- Te extrañe Reagan. - me dijo.
Me quede enternecida con sus palabras, cuando se acercó nuevamente nos separamos al oír un celular.
- Pensé que era un tipo de chiste cliché. - Suspiró. Saco su celular sel bolsillo y hasta yo llegue a leer el mensaje.
«Puerta» de Cachorrito
- ¿Cachorrito, en serio?
- Soy muy creativo. - se levantó del sillón conmigo y se me acompañó a abrir la puerta, no había nadie.
- Mierda, le dije que Peter que trataría de llevarte casa.
- Vaya ¡Godfrey que jugador!
- Fue justo por ese comentario que no me atreví y encima olvide decírtelo.
- Mmm si como no.
- Ya, tengo una sorpresa por eso. - lo mire mal. - ¿no era que confiabas en mi?
- No abuses.
- Ya en serio, vamos, llamaras a Peter para decirle que estamos en camino.
- Pero debemos volver, mi mamá está muy preocupada por mí y Sebastián estando suelto.
- Lo sé, te regresaré y ni sabrá que te fuiste. Lo prometo. - hizo una seña para que saliera antes que él. - Después de ti.
- ¿Qué pretendes Godfrey? - bromee mientras salía.
- Las bromas no son mi fuerte. - abrió el auto y entré.
- El primer paso es aceptarlo. - me miró ofendido y me reí.
- Al menos te relajaste.
- No significa que baje la guardia. - contraataqué.
Arrancó el auto y me tendió el teléfono para que hablara con Peter. El teléfono ya estaba soñando.
- Bueno, se que no eres fácil, eh. - dijo rodando los ojos.
Peter finalmente atendió en la línea.
- Estamos en camino. - le dije.
- ¿en camino? ¿No se supone que están en casa de Román ya?
- Pasaron cosas, ya llegamos, espera en el auto.

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Me emocionan este tipo de capituloooooos gente, y próximamente no se pierdan mi fanfic de Peter. No se maten en esta cuarentena plz.

La Nueva Vargulf - Una historia de Hemlock GroveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora