Capítulo 24: Tratos y oportunidades

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Los papeles estaban actualizados desde hacía dos días aproximadamente, al parecer el detective de verdad me había investigado.
Decían lo del laboratorio forense, que la policía de Pensilvania declaró que la sangre encontrada coincidía con los ADN de las siguientes personas...
Anya Reagan Nielsen: 17 años de edad. Hija de Reagan Esther Nielsen y Conrad Beckland.
Víctima de intento de violación y abuso sexual. La menor declaró que fue drogada y alcoholizada, a causa de su condición de diabetes tipo 1 y una reacción alérgica fue trasladada al hospital Saint L.A luego de presentar convulsiones, luego de un coma de 72 horas presento moretones y hematomas que confirman su historia. Principal/es sospechoso/s: Sebastián Vega (18).
La menor presenta antedentes por delitos menores de ebriedad en público, revocados, probado legalmente mediante el perito Conrad Beckland que la menor estaba bajo efectos de alucinógenos en contra de su voluntad. Sospechoso/s principal/es: Sebastián Vega (18), Jackson Lewon (19), Celeste Smith (17).

Aguarden un momento, ¿Celeste era sospechosa del día que me drogaron por segunda vez? Y nadie nunca me lo dijo...
Al parecer esta hoja estaba llena de datos de casi todo el mundo, mamá estaba pero no presentaba antecedentes.
Sin embargo papá si, un par por delitos menores, y un cargo mayor por soborno y chantaje, también otros como sospechoso de contaminar escenas del crimen, entre otras cosas.
Seguí buscando y lo encontré a Román.
Roman Godfrey: 19 años de edad.
Hijo de Olivia Godfrey y J.R Godfrey (parentesco no confirmado).

¿Parentesco no confirmado? Significa que uno de ellos no era su verdadero padre?
Cuando iba a seguir leyendo alguien golpeó la ventana de mi auto y me causo el segundo peor infarto en la semana.
Era Peter.
- Es tarde, Rubia. - me dijo agachado para estar a la altura de mi ventana. Mire el reloj, y era cierto.
- Mierda. - me baje rápidamente del auto.
- ¿Qué paso que estabas tan concentrada?
- Nada, solo me enganche con algo.
- Okey. - comenzamos a caminar al colegio. - tengo física, ¿nos vemos luego?
- Si, tengo que hablar contigo.
- Sobre... - especuló él chico.
- Ya sabes sobre que. - lo mire como si fuera su madre.
- Esta bien, te espero en el almuerzo.
Me fui a clases de matemáticas y todos los profesores me preguntaron por Shelley y Román. Conteste que no sabía, que ninguno contestaba mis mensajes. Obvio que mentí.
¿Qué podía decirles?

Finalmente tocó el timbre de la cuarta hora y fui a la cafetería a comer algo.
Peter ya estaba allí con su comida esperándome.
- Agarro una hamburguesa y vengo. Juro que estoy muriendo de hambre. - Peter asintió.
Agarre una hamburguesa, una gaseosa de dieta, una naranja y fui a sentarme.
- ¿Me puedes contar ahora que sucede con el abogado?
- Alguien que me importa esta en prision.
- ¿Quién? -dije luego de tragar el primer bocado.
- No es relevante.
- Peter. - lo desafié - puedes confiar en mi.
- Mi mamá. - cuando dijo esto me atraganté con el segundo bocado, e intente calmarme.
- Okey, y puedo saber que hizo.
- Estupideces... muchas estupideces.
- ¿Como...?
- Haces muchas preguntas.
- También resuelvo muchos problemas, gracias por esa hermosa acotación, ahora dime algo más. Quizá tu mamá hace trata de blancas y yo termino ayudándote a sacarla.
- Fraude con tarjetas de crédito, cheques sin fondo, matrículas ilegales para discapacitados y otras cosas. -
- Mira, se que puedo ayudarte. De verdad, creo que puedo hacer algo pero necesito la verdad, no puedo llevarme sorpresas en ese momento. Mientras más sepa mejor.
- ¿Que harás?
- ¿El dinero es para una fianza o para una abogada?
- Aún no se lo de la fianza, trato de pagar un abogado decente por lo menos.
- Entonces puedo ayudarte, conozco a una abogada que me haría un favor.
- ¿Gratis? A mi me quisieron cobrar 20.000 dólares de honorarios.
- ¿20.000? Eso es un robo. O tu mamá hizo algo más que no me quieres decir.
- Allanamiento de morada y venta de carne ilegal certificada falsamente.
- Siguen siendo estupideces. Supongo que la juzgan como una "amenaza para la sociedad", también le aplican cargos de religión o algo así y el estado prueba que nos protege. - Peter me miró extrañado.
- ¿Acaso estudiaste abogacía?
- No, mis padres eran abogados. Pero déjame ver que puedo hacer.
- ¿Eran?
- Mi padre murió hace un mes y mi mamá estudió periodismo después de recibirse de abogada, ahora se dedica más al tema de los medios de comunicación. Pero aún conozco gente.
- De acuerdo.
- Igual a cambio me gustaría que termines la secundaria aunque solo sea para un trabajo. - Peter sonrío.
- Oye, eres muy buena para haberme conocido recién.
- Cualquier enemigo de Román es amigo mío. - el rió ante mi comentario.
- Hablando de los Godfrey, ¿donde están hoy?
- A Shelley la van a intervenir quirúrgicamente por un doctor que al parecer metió la pata varias veces...
- ¿El Dr. Johann Pryce?
- Supongo... solo dijeron que... - trate de recordar el nombre de la chica. - que tuvo una especie de mala praxis en el parto de una tal... ¿Lilith?
- Letha. - me corrigió.
- Letha, cierto. - cuando lo vi a Peter miraba su bandeja triste. - ¿Cómo sabias? - Peter no respondió. - supongo que es la razón por la que tu y él se pelearon.
- Supones bien.
- Lo siento, supongo que era alguien cercano para ustedes. Román está enfadado con Shelley porque su operación será realizada por ese tipo.
- Siempre, Roman, es quien peor la está pasando.
- No sé, creo que no debemos suponer nada. Quizá todo sale bien.
- El doctor Pryce es un genio, pero esta loco. Casi enfermo.
Al decir esto me dio un escalos frío.
- ¿Crees que Shelley estará bien?
- No lo sé. Al menos eso espero.
- También yo.
Nuestro enorme silencio de angustia fue cortado por un timbre del turno tarde.
- Tengo literatura clásica, ¿tu? - pregunte a Peter que aún estaba sentado.
- Nada, termine hace dos horas. - sonreí ante el comentario relajado.
- No me mientas.
- De verdad, solo tengo que dar cinco materias que me quedaron, me ofrecieron venir a clases aquí y dar los exámenes libres.
- ¿Me esperaste solo por eso?
- Es mi mamá.
- No bobo, me refiero a qué, nos hubiéramos juntado más tarde.
- Pensé que tal vez tenías cosas que hacer.
- Okey... te creo. Pero si me mientes, meteré tu cabeza en un excusado con pis de Román. - lo mire amenazante.
- Para ser tan inteligente eres bastante ruda.
- Gracias.
- No fue un cumplido.
- En ese caso... doble gracias. - dije moviendo mi cabello exageradamente. - No vemos luego... o mañana supongo.
- Nos vemos.
Sali por la puerta de la cafetería y me lo pensé más veces.
Volví por donde había salido.
- Hey, rubio. Me debes unas cervezas.
- Supongo que eres rencorosa. Además no soy rubio. - soltó algo ofendido.
- Puede ser. ¿Pasó por ti como a las 8?
- No sabes donde vivo.
- Es Hemlock Grove... todos viven a menos de 30 cuadras. ¿Cuanto crees que me tomará encontrar tu casa?
- Días.
- Minutos. Y te lo probaré hoy cuando veas a las 8, mi auto estacionado frente a tu casa.
- Hecho. - extendió la mano y se la estreche.
Entonces finalmente me fui a mi clase de literatura clásica.

Cuando termine la clase llame a la Señora Thompson para pedirle que me avisara el estado del caso de la mamá de Peter.
Me pidió unos datos por mail y me dijo que más tarde se comunicaría.
A partir de qué tipo de caso habláramos entonces le diría a un amigo de papá o a un amigo de mamá.

Por la tarde le envíe un mensaje a Shelley y a Román para ver en qué estaban y cuando podría visitarla, ninguno contestó pero me fui a bañar para hacer tiempo.
Cuando salí solo me había contestado la amiga de mamá, la señora Thompson me informó que el caso de la mamá de Peter no era fácil, sin embargo con un buen abogado y fianza no tardaría más de una semana en salir.
Llame a un amigo de papá.
Si bien odiaba su estilo de vida, necesitaba que saliera lo antes posible. Peter estaba muy preocupado y me había recordado que su mamá era gitana, y eso le traería varios problemas adentro.
El amigo de papá, Erison me dijo que para mañana estaría afuera, pero debían negociar una fianza, y el mínimo iba a ser de $3.500.
Le hice una transferencia y le pedí que me avisara cuando estaría terminado.
Cuando se hicieron las 7:30 busque el expediente de la mamá de Peter que me había enviado la señora Thompson para ver la dirección e ir a buscarlo.
Encontré su casa con expedienté que decía que el año anterior los habían interceptado en la carretera para revisarlos.
Vivía en una casa rodante a las afuera de Hemlock.
Increíble.
Lo espere afuera.
Me llamó.
- ¿Qué pasó rubia? - le dijo desafiante.
- ¿Qué pasó con qué?
- Dijiste que ibas a estar en la puerta. No encontraste mi dirección eh.
- Salí afuera. - lo desafié. Y abrió la puerta y me vio. Río ante la derrota.
- Bueno ahora si bebamos hasta morir.
- Me parece justo. - le dije.
Subió al auto y fuimos a un bar distinto, afuera de la ciudad.
- ¿Y cómo encontraste mi dirección?
- Leí tu expediente.
- ¿Cómo? - parecía un poco enojado.
- Lo siento, me desafiaste y aquí estoy.
- Oye rubia, me das miedo.
- Debería.
Nos entregaron unas cervezas y nos sentamos en una mesa cerca del billar.
- ¿Sabes jugar? - pregunto Peter.
- ¿Qué si se jugar? Claro que no. - bromee.
- Vamos intentémoslo.
Cuando estábamos en la mesa me llego una llamada.
El oportuno Román.

La Nueva Vargulf - Una historia de Hemlock GroveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora