Sam es un chico que lo tiene todo, una linda familia, amigos y hasta es parte del equipo de fútbol en su escuela como uno de los mejores jugadores del año.
Es un lobo muy codisiado y amado por todos en su manada.
Pero la vida de este chico dará un...
Habían pasado un par de semanas desde que el problema de Gerardo había llegado por lo que ahora este pasaba el mayor tiempo posible con su mate para regular sus hormonas y controlarlas así no sería tan difícil sobrellevar sus celos, además de una larga explicación y reuniones con los padres y Min-Yuu el cual accedió a atrasar el desarrollo de Gerardo y acelerar ligeramente el de la niña, claro todo esto con la autorización de los padres.
Sam: supongo que se soluciono el asunto...
Alex: y da gracias que las investigaciones que hice y a las reuniones que fuimos, no fueron gratis cariño.
Habló el lobo en tono cansado, ya que si estas semanas no habían parado de buscar alguna solución a esto, pero ya que estaba resuelto dejó que sus padres y hermano se encargarán, a fin de cuentas Bobby sería el siguiente alfa, estaba muy seguro de eso.
Hoy era su día de descanso por lo que luego de estar en su habitación por unos minutos recibió una llamada inesperada. Muy extrañado contestó al ver que no tenía registrado el número.
Sam: ¿diga?
Blake: hey Sam, perdona por hablarte desde el teléfono de mi amigo, pero me preguntaba si podíamos vernos en el parque, necesito decirte algo.
Sam: claro, ¿te veo allí a las 3:00?
Blake: a las 3 será, nos vemos lobito.
Pero antes de que este pudiera reclamar por el apodo la llamada ya había sido finalizada, a decir verdad su relación con Blake iba de bien a mejor, salían casi siempre, Sam se sentía muchísimo más cómodo al platicar con el, este se había vuelto en pocos meses una de las personas más inportantes de su vida, le hacía tener sensaciones nuevas que jamás había sentido, su ternura, amibilidad y cariño que le demostraba eran muy diferentes, tanto así que hacían que su corazón latiera con rapidez.
Con el simple roze de sus manos o una cálida sonrisa que le daba era suficiente para alegrar su día, sin contar que este era muy atento con el, siempre consientiendolo con cosas pequeñas pero que hacían que su corazón fuera más cálido.
Se vistió con rapidez buscando un conjunto lindo pero no tan exagerado, luego de darle muchas vueltas decidió por un siempre suéter banco con unos pantalones de mesclilla, muy cómodo a decir verdad y con sus preciados tenis bancos.
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Una vez listo, le aviso a sus padres que saldría por un rato, estos aceptaron y lo dejaron salir. Mientras caminaba la gente lo saludaba con una gran sonrisa algunos hasta realizaban pequeñas reverencias hacia su persona, si bien además de que Sam era hijo de los alfas además era muy respetado al ser el descendiente de la diosa luna y ser bastante inteligente ademas de amable.
Cuando llegó al dichoso parque no encontró al chico por lo que se sento en uno de los columpios para esperarlo, saco su teléfono para jugar un par de juegos que tenia si se llegase a aburrí como lo hacía en ese momento, estuvo allí por unos minutos hasta que sintio el característico olor de su mate, levantó su vista buscándolo con la mirada, hasta que pudo apreciar que se encontraba al fondo del parque.
Se paro con lentitud de donde estaba y muy exteañado se encaminó hacia el, este parecía un poco nervioso y de mirada sería aunque parecía ocultarlo, aunque sin duda alguna se había dado cuenta Sam. El vampiro iba vestido muy bien, como si se hubiera esforzado para que pareciera simplemente perfecto... O por lo menos eso es lo que pensaba Sam.
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Sam: hey, ¿que pasa?
Preguntó con una sonrisa al ver cómo este bajaba la mirada apreciando los bellos ojos que veía, el vampiro tosio un par de veces para luego sonreírle, este tenía las manos hacia atrás como si ocultará algo, y cuando las puso al frente, pudo notar algo tan bello que no pudo evitar abrir los ojos con sorpresa.
En sus manos traía unos bellos girasoles y en la otra una caja roja grandes, las típicas en las cuales contenía siempre chocolate.
Sam: ¿para mi?
Blake: claro, tomalo.
Sam: pero no es mi cumpleaños ni na-
El chico algo tímido recibió los regalos pero al abrir la caja pudo apreciar todas las gomitas que a él le encantaban, eso le sorprendió mucho ya que lo típico son chocolates, el había pensado de nuevo en el...
Cuando alzó la mirada con una sonrisa, Blake se había hacercado peligrosamente a él acortando la distancia entre ellos con un pequeño beso en su mejilla derecha.
Blake: ven... Te quiero mostrar algo...
No muy lejos de allí se encontraba una sombra vigilando a aquella bella pareja, cada movimiento que realizaba era ágil no dejando rastros ni nada. Tenía un propósito en mente... Y no fallaria...
