"Un Omega Diferente"

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¡¡MARATÓN!!

Una semana y media, habían pasado casi dos semanas y el chico seguía desaparecido, para este punto ya se encontraban desesperados, pero aún no perdian las esperanzas, muchas personas estaban dispuestas a encontrarlo y así sería.

Teo: ¿vuelvo a repetir los lugares que ya visitamos?.

Esta era la quinta vez que los leía y nadie le prestaba atención, aunque no era culpa de nadie, todos ya se encontraban mentalmente y físicamente cansados, en ese momento todos volvían a estar en una improvisada reunión para llevar un orden, justo en ese momento entró una pequeña niña con una enorme sonrisa en su rostro, gritando el nombre de todos sus hermanos.

Nidia: ¡Hermano Sam!, ¡Hermano Bobby!, ¡¡Tato!!.

La niña corría con una enorme sonrisa aunque está cambió a una de dolor al sentir como la tomaban de la cintura y la cargaban para luego apretar sus megillas.

Gerardo: Ya te dije que no me digas así.

Sam: Dejala Gerardo, ¿qué es lo que pasa Nidia?.

El muy cansado moreno miró a la niña con una sonrisa incomoda, Nidia ya en el suelo frunció el ceño y con sus manitas frotó el rostro del mayor, a lo que este sonrió más calmado.

Nidia: No te preocupes por el primo Rodrigo, el estará aquí en unos días.

Todos se pararon de sus asientos con los ojos abiertos mirando a la dulce niña, esta asintió efusivamente para luego colocar su dedito en sus labios y pronunciar un "Shhh" de su parte, el moreno tomó a la niña y con mucha tranquilidad le preguntó porque había dicho eso.

Nidia: Lo vi en mi visión, estaba el primo pero se veía algo cansado.

Murmuró lo último recordando, sus mates al escuchar esto se acercaron a la niña con desespero, aunque Sam al ver esto cargo a la pequeña y les gruñó molesto, a lo que estos se detuvieron avergonzados por su comportamiento.

Sam: Hablaré con mi hermana en privado ya que solo ella y yo podemos saber sobre las visiones, Bobby continuará con la organisacion de la búsqueda.

Brown: Sam, debes decirnos, el es nuestro mate.

Recalcó con enojo el chico, el moreno al escucharlo gruñó aún más enojado, sabía que era necesario encontrarlo pero si su hermana decía algo de más podría ocasionar un problema más grande del que ya tienen, por eso prefería hablarlo de manera calmada con ella.

Sam: ¡He dicho que no, te quedaras aquí y seguirás buscando... no quiero a nadie junto a mi hermana...

Murmuró este enojado dejando ver sus raros pero característicos ojos naranjas con verde, estos temblaron del miedo ante su mirada y guardaron silencio, Damian tomó del hombro al castaño y negó frustrado, el también deseaba saber lo que había visto Nidia pero sabía que era peligroso, además Sam seguiría ayudando y si lo creía conveniente les contaría.
Sin más el moreno se llevó a su hermanita a un lugar más apartado, este la sentó en una de las sillas del lugar y aún con sus ojos bicolor la miró seriamente, lo cual hizo que la niña bajara la mirada apenada.

Sam: Nidia, ¿cuántas veces te hemos dicho que no digas nada de tus visiones?.

Nidia: Muchas veces...

El moreno suspiro con cansancio al ver lo arrepentida que estaba la niña, este peinó su poco cabello y la miró con más clama, se sentó junto a ella y tomó su mano con tranquilidad, observando como esta se relajaba con su tacto.

Sam: Hermanita, debes contarme lo que viste, ¿bien?.

Nidia: Mmm... En realidad es un poco confuso hermano, pude ver a mi primo correr entre el bosque, parecía... Estar escapando de algo, o quizá de alguien porque miraba constantemente de tras de él, luego se volvió borroso, aunque pude ver una luz blanca, el la estaba persiguiendo... Al final no se como pero lo vi en la entrada de la casa, creo que estaba llorando.

La niña como toda pequeña de su edad no lograba explicar bien lo que había visto, haciendo que al mayor le doliera la cabeza de tan solo pensarlo, el chico le agradeció a la niña y le pidió que no le dijera a nadie lo que había visto, esta muy feliz por haber ayudado asintió y se fue corriendo para buscar a su padre, dejando a un confundido lobo.

Debía admitirlo Nidia tenía sus poderes más desarrollados, el con trabajo podía percibir largas escenas en una visión, donde muchas veces no lograba escuchar nada, pero la niña le pudo decir que había escuchando y visto varias cosas, si ella estaba en lo cierto, quería decir que Rodrigo estaba bien lo cual lo aliviaba de alguna forma, lo malo es que alguien lo perseguía, no se podía imaginar quién sería ni porque, por lo cual aún con la mente confusa corrió directo hacia alguien que de seguro le daría buenos consejos... Su padre Cristian.

Le tomó varios minutos pero por fin lo pudo ver con su delta Tom, quienes administraban el agua, comida y otros suministros de quienes llegaban de la búsqueda, los adultos al verlo se miraron un par de segundos para luego ver cómo el pelirrojo se acercaba a su hijo con una mirada tranquilizadora.

Papá: ¿Necesitas algo cariño?, pareces algo alterado.

El muy amable hombre tomó las mejillas de su hijo frotando con su pulgar esa sona, el menor lo miró con una sonrisa pequeña y negó más relajado.

Sam: Papá, necesito tu ayuda, Rodrigo... Aun no aparece pero, Nidia tuvo una visión de el, ¿que debería hacer?, ¿debería provocar una visión?, ¿esperar?, ¿seguir buscando?... Papá, yo... No se que hacer...

El hombre lo miró enternecido, para luego mirarlo con cariño, este lo abrazo por unos segundos para luego sonreírle ya que el moreno tenía una mirada triste y abatida.

Papá: Cariño... Ya eres un adulto, linderas la manada con tu hermano, eres muy fuerte aunque no lo parezcas y se que encontraras la respuesta a lo que buscas, si crees que es conveniente tener una visión, hazlo, yo te apoyare, pero si continuas con la búsqueda o esperas también lo haré, no importa que hagas o no yo siempre te apoyare.

El chico soltó una pequeña lágrima, realmente necesitaba escuchar esas palabras.

Ahora sabía lo que tenia que hacer. Ambos estaban apunto de entrar a la casa cuando una agitada Hana llegó con desespero.

Sam: ¿qué pasa Hana?.

Hana: Damián y Brown colapsaron...