Si no ves, cuenta conmigo

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En nuestro viaje nos topamos con una zona de géiseres, el vapor era visible en todo el amiente alrededor nuestro. El olor era extraño y fuerte, resultaba bastante desagradable. Dororo se quejaba desde el primer momento que nos acercamos al lugar. Como Hyakkimaru no reaccionaba, intenté resistir esa fetidez ambiental, sin embargo, mientras más nos acercábamos, más potente era.

-¡Apesta! Como huevos podridos. –decía cubriendo su nariz.

-No lo digas, Dororo. Me vas a revolver el estómago.

-Aniki, ¿no te molesta? ¿Siquiera puedes oler?

-Creo que no puede. Recuerda que cuando su rostro cayó, no lo hizo su nariz.

-Cierto… Ah, solo hablamos nosotros. Aniki, puedes hablar ahora, ¿no?

-Tienes razón. –miré a Hyakkimaru recordando que su primera palabra fue el nombre de Mio.

Dororo se plantó frente a él. Puso los brazos como jarra y sonrió pícaramente.

-Bien, vamos a practicar. –dijo. –Vamos, dime algo.

-Venga, Hyakki-kun. –lo animé.
Él miró al otro lado de la montaña, nosotros también lo hicimos. Un grupo de hombres vestidos de blanco llevaban a una joven vestida de novia en una plataforma por un camino al costado de la montaña.

-Vaya, un desfile de novia. –comentó el niño. –Pero… algo es extraño.

-Para ser una boda feliz, todos se ven un poco serios. –me percaté. –Parecen hasta… tristes…

Cerca de nosotros, bajando como una avalancha humana, un chico con piel de lobo como vestimenta y arco y flecha como armas, se plantó y apuntó a las personas del desfile. Aunque su flecha dio en el camino, estuvo muchos metros atrás del objetivo.

-¡Hey, espera! –Dororo y yo nos colocamos frente a él y abrimos los brazos.

-¿Qué haces? –pregunté molesta.

-¡Fuera de mi camino! –gritó el chico.

-No, no dejaré que dispares flechas a una feliz novia. –respondió mi amigo. -¿Qué te pasa?

El chico rió con sarcasmo, lo que nos dejó confundidos por un momento.

-¡Nada de feliz novia! Nee-chan está siendo enviada a casarse con un monstruo. –¿acaso eso era posible?

-¿Con un monstruo? –Dororo estaba tan sorprendido como yo.

-Así que los detendré. –dijo el chico con determinación e intentó irse, pero Dororo no lo dejó. -¡Muévete, o te dispararé también!

-Cálmate. –mi amigo colocó su mano en el pecho del otro chico, había aprendido que eso calma a las personas al ver cómo entre Hyakkimaru y yo eso era normal hacerlo. –Dime más al respecto. Nosotros sabemos cómo derrotar monstruos.

El chico nos guió hacia la cima y nos mostró a lo lejos una oscura nube que cubría un pueblo completo. Esta no se movía de su lugar y era tan sombría como un incendio sin fuego.

-Ahí es. –señaló.

-Una nube justo sobre la aldea. ¿Ese es el monstruo? –observó Dororo.

-Sí, Nee-chan me lo dijo. –respondió el chico.  –La gente lo llama Nokosaregumo. Desde hace mucho tiempo, aparece de vez en cuando para devorar a la gente. Una vez, los aldeanos ofrecieron a una novia para evitar que comiera a los demás. Entonces se fue sin matar a nadie más. Desde entonces, ellos ofrecen una novia cada vez que viene. Si no ofrecen una, se molestará y comerá a toda la aldea.

No estás solo, Hyakkimaru.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora