Mi corazón dice que lo intente

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"El corazón es lo que nos impulsa y determina nuestro destino." Isabel Allende

Piper se quedó pasmada con la encantadora sonrisa que le dedicó arrogante su nueva profesora tras hacer el comentario sobre su inteligencia, para luego dejarla e irse a pasos apresurados a atemorizar a otro grupo de alumnos.

Apenas había pasado un día desde que conoció a Alex, y Piper no había podido dormir pensando en esa soberbia mujer que en dos horas los había dejado como niños de kínder asustados. Le encantaban las mujeres que sacaran el máximo potencial de su sapiens y más si ese intelecto estaba acompañado de un cuerpo de tentación y un precioso rostro.

La joven rubia como todas las mañanas se levantó a recorrer las frías calles de Boston cobijadas por el otoño, esta vez no podía tener su mente en blanco y apreciar las hojas caer mientras escuchaba música, ahora ansiaba que llegara el miércoles y volver a ver a Alex en clases.

Llegó hasta el Boston Center Hospital, el mejor centro hospitalario del estado y del cual su madre, la doctora Carol Chapman era la directora. Piper gracias a las influencias de su mamá había conseguido hacer sus prácticas pre profesionales en ese lugar, sin embargo no le gustaba que la ligaran con su madre, así que evitaba a toda costa acercarse a ella y prefería trabajar con una vieja amiga de Carol, la doctora Red Reznikov.

- Hola, Wendy ¿la doctora Reznikov, esta con alguna paciente? - preguntó la rubia a la recepcionista del área de ginecología.

- Sí, acaba de entrar una paciente - contestó amable la joven.

- Ok, la esperare.

Mientras tanto en la oficina de Red Reznikov, una guapa pelirroja, jovial e inteligente ginecóloga, muy reconocida en el país, leía atentamente el archivo médico de su paciente.

- Alex Vause, 32 años, ninguna enfermedad crónica, excelente salud, a excepción leves enfermedades estomacales hace varios meses - repasaba concentrada la doctora.

La profesora mientras tantos frotaba sus manos en su falda mirando atentamente a la doctora.

- Vine a verla porque mi ginecóloga, la doctora Laura Prepon me dijo que usted era la mejor doctora en tratamientos de fertilidad del país - soltó algo nerviosa Alex.

- ¡Ay mi buena amiga Laura, como siempre de linda! - se conmocionó la doctora - Alex, ¿no entiendo el motivo de su visita? - dijo la pelirroja con el rostro confuso.

- Mi pareja y yo llevamos cuatro años intentando tener un bebé, hemos intentando varios tratamientos pero hasta ahora nada ha funcionado - confesó triste la profesora.

- Pero, según su registro usted está perfecta, haré unos análisis y programaré una nueva sesión con usted y su pareja.

Luego de explicar su caso Alex entabló conversación con Red como si fuesen amigas desde mucho. La pelirroja le habló de la perfecta familia que tenía y la profesora le contó de su trabajo y de su noviazgo. La doctora acompañó a su paciente al pasillo caminaban conversando animadamente cuando fueron repentinamente interrumpidas.

- Miss Vause - gritó Piper tras las dos mujeres.

Las dos se voltearon rápidamente y observaron a una dulce rubia con una sonrisa encantadora.

- Disculpe señorita ¿me hablaba a mí? - reparó seria a la joven la profesora, mientras tanto Red cruzaba los brazos y fruncía el ceño presenciando la escena.

- Sí, solo le quería decirle que tenía razón, estoy maravillada con Allan Poe - exclamaba emocionada la joven estudiante.

- ¡No sé de qué me habla señorita, no la conozco! - cortó seria Alex.

MISS VAUSE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora