New York

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"Si dos personas están destinadas a estar juntas, aunque tropiecen mil veces igual se encontrarán al final del camino"

— Red, ¿has tenido una conexión tan especial con alguien que no necesitas hablarle para comunicarte? o ¿Que sientes que tu cuerpo y tu alma se completan a la perfección como un rompecabezas con esa persona? ¿Qué tienes la necesidad de estar entre sus brazos porque es el único lugar donde crees estar segura? — se desahogaba Piper con su amiga acostada en la camilla de consultorio de la pelirroja, mientras esta la escuchaba atenta desde su escritorio.

— Eso, según lo que he leído pasa cuando encuentras a tu alma gemela — se burlaba la doctora.

— Sí, yo siento que Alex es mi alma gemela, tenemos los mismos gustos casi en todo, siempre estamos ahí una para la otra, aunque sea de la manera más cruda, por muy loco que parezca lo que odio en mi lo amo en ella. Por eso no soporto que nadie se le acerque.

— ¡Piper, tienes que controlar esos celos! Alex no es Maritza, ella es una mujer madura que tiene que cuidar su imagen, no la presiones con boberías de noviazgos adolescentes. Además en las relaciones tienen que haber diferencias mira la situación de hoy.

Las amigas no pudieron continuar su reflexiva conversación ya que tocaron la puerta, escucharon que se trataba de Carol. Piper se escondió para no enfrentar a su madre.

— ¿Carol, pasa algo?

—¿Has visto a mi hija, Red?

— No, tú eres su madre.

— ¡Sabes perfectamente lo que ha pasado! tú eres una de las culpables por apoyar la relación con esa mujer ¡Quiero a mi hija de vuelta! — reclamó imperativa Carol.

— Acéptala tal y como es y ahí estará, no es tan difícil, Carol.

— ¡Jamás consentiré la relación con esa desgraciada! está pervirtiendo a mi muchacha.

La rubia no soportó la despreciable actitud de su progenitora y la enfrentó.

— Si jamás consentirás mi relación con Alex, entonces haz de cuenta que tu hija murió, Carol — desafió la joven parándose frente a su madre.

— ¿Piper, mi amor dónde has estado? — preguntó Carol tratando se acercarse a Piper para abrazarla, pero la joven retrocedió.

— ¿Por qué me tratas así, Piper? ¿Dónde has estado? ¿Estás viviendo con esa mujer? hija, aún no la conoces bien, no sabes la intenciones que tiene contigo, tu padre y yo estamos muy preocupados — lloraba amargamente la madre.

— ¡Qué raro! yo hablo a diario con papá, de hecho está feliz por nosotras, está tranquilo, porque él si me acepta y sí, estoy viviendo con Alex — dijo la rubia con los brazos cruzados.

— Cariño, hablemos, arreglemos muestras diferencias — se acercaba de nuevo Carol.

— ¡No me toques! estoy contaminada con perversión, ahora si me disculpas me tengo que ir mi horario ya acabó. Red nos vemos la próxima semana.

— ¿La próxima semana? ¿Te iras de nuevo, Piper? ¿Por qué no vendrás los próximos días?

— Voy a New York de parte de la universidad, Méndez va a de encargado y compartiré cuarto con Maritza, les puedes llamar a verificar — escupió enojada saliendo del consultorio.

La rubia llegó a su casa directo a darse un relajante baño su día había estado pésimo; había peleado con las dos mujeres que más amaba, estaba aburrida leyendo y escuchando música, extrañaba a Alex. Cerró los ojos y susurró su nombre apretando entre sus dedos el colgante de infinito que le había regalado su novia.

MISS VAUSE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora