¡Felicidades Miss Chapman!

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"Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar entre millones y millones de estrellas, es suficiente mirar al cielo para ser feliz pues puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte..." Antoine de Saint-Exupéry

Un hermano, esa fue la gota que derramo el vaso. La rubia los observó a los dos sin creer lo que escuchaba. Le dio un golpe en la cara a Red, que no decía nada, solo permanecía llorando con el rostro bajo. Miró a su padre con asco y salió de la habitación - ¡púdranse los dos! - dijo tenuemente antes de tirar la puerta.

Bill intentó seguirla para hablar con ella pero fue imposible. La rubia conducía a exceso de velocidad mientras gritaba llorando llena de dolor. Condujo sin rumbo por varias horas, estaba perturbada por lo de su padre y su mejor amiga.

- ¿Sabes dónde está Piper? - preguntó a Alex la madre de Piper - mira la hora que es y no sabemos nada de ella ni de Bill.

Alex aún se encontraba en la mansión de los Chapman junto a Nicky y Lorna esperando por Piper.

- ¡También estoy preocupada! desde hace tres horas que me dijo iba a hacer algo urgente y ya no supe nada más - respondió nerviosa la profesora.

- ¿Y si les pasó algo? - cuestionó nerviosa Carol.

- Espero que no haya pasado lo que creo - susurró Alex.

- ¿Qué dices, Vause? - preguntó Nicky.

- Ehhh... no nada cuando estoy nerviosa hablo sola.

La rubia atravesó la puerta de su casa con un aspecto estremecedor; su vestido rasgado, cabellos despeinados, maquillaje corrido y rostro inflamado de tanto llorar. No volteó a ver nadie y solo se arrojó a llorar en las piernas de su madre. Sin levantarse del regazo de Carol confesó todo lo ocurrido. Se sumergieron ambas en un terrible y tenue dolor por varios minutos.

Alex, Nicky y Lorna solo estaban de espectadoras a un lado, no sabían que decir ni qué hacer ante aquella confesión. La rubia de pronto se levantó y observó a su novia con mirada triste, caminó lentamente hacia ella y le dio un conmovedor abrazo. La profesora le besaba la cabeza y sobaba su espalda mientras Piper lloraba desconsoladamente.

Piper soltó el abrazo y con sus ojos azules tan intensos, llenos de lágrimas la escrutó seria.

- Ella... es una de tus mejores amigas...

- Piper, yo...

- ¡No digas nada, Alex! estuve horas pensando en que debería odiarte por ocultarme algo así - le habló con la voz entrecortada - pero tú me has enseñado a ser independiente y comprendo que la amistad es algo muy importante, pero también me enseñaste que hay heridas que se debemos curarlas solas - Piper le acarició el rostro la profesora que respiraba nerviosa llena de incertidumbre - gracias por estar aquí con mi madre mientras no estuve, pero ahora quiero estar sola con ella. Adiós chicas - dijo la rubia yendo tras su madre que subía llorando hacia su cuarto.

Cuando Bill se presentó a la casa lo esperaban con sus maletas afuera, no dejaron que les diera ninguna explicación. Madre e hija estaban dolidas, traicionadas por las personas que más amaban.

Días después, Alex atravesó furiosa sin permiso el consultorio de Red. Ella estaba maquillándose el pómulo para que no se le notara el hematoma que le había dejado el golpe de Piper.

- ¡Te lo advertí, Red! te dije que no la hicieran sufrir, ahora cree yo soy cómplice de ustedes.

- Alex, no queríamos que las cosas pasaran así fue culpa de mi Carol.

- ¿Culpa de Carol? fue a ti a quien encontró a cuatro patas cogiendo con su padre - soltó furiosa - ¿Y esa historia de que va a tener un hermano? Piper tiene 23 años ¿y va a tener un hijo y un hermano de la misma edad? - expresó con el rostro fruncido.

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