Capítulo 2: La sangre de algún marinero

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- Aún no era de día cuando ya estaba escuchando a mi padre desde la puerta.

Juanjo: Vamos chicas hay que ponerse en pie.- Tras decir eso se fue.

- Miré a Valentina la cual estaba despierta mirándome.

Úrsula: ¿Es que no tienes sueño?.

Valentina: Quiero subir al barco.- Dijo poniéndose en pie y saltando encima de la cama, sonreí.

Úrsula: Pues vamos.

- Me puse en pie, le busqué la ropa a Valentina y después la mía, la vestí primero a ella y después yo, fuimos a desayunar con mi padre y volvió el momento incómodo, él intentaba hablar con Valentina, pero para ella él era un desconocido al igual que para mi.

- Él nunca ha estado, nunca, ni en mis últimos diez cumpleaños, ni en los siete de Valentina, ni cuando murió mi madre, no se lo voy a perdonar nunca, sé que para él...ahora somos una carga, intentaré no acercarme a él...para no tener que ver su estúpida cara.

- Tras terminar de desayunar cogí las maletas de mi hermana y mías y las puse en el coche, cuando ya todo estaba listo, nos fuimos hacia el puerto.

- El trayecto en coche me relajaba, pero saber que este desconocido conducía a mi lado no me agradaba tanto, él hablaba, intentaba tener conversación...Pero que pereza.

Valentina: ¿Y van más niños como yo?¿Podré jugar con ellos?

Juanjo: Bueno...lo cierto es que son algo mayores, casi de la edad de tu hermana, son de su clase, aprenderán muchas cosas.- Le miré y él me miró.- Pero tu no estarás sola Valentina, estoy yo, está Salomé y las amigas de tu hermana.

- Negué con la cabeza y miré la carretera, este hombre era tonto, ¿qué iba hacer una niña de siete años con unas chicas de diecisiete?...Valentina no encontrará amistad en este mes de travesía.

Úrsula: No te preocupes Valentina, yo no iré a clases, estaré contigo.

Juanjo: ¿Como qué no irás a clase?...debes ir

Úrsula: A las clases de marineros deben asistir los que no han pasado el curso o les han quedado asignaturas pendientes, yo las tengo todas aprobadas y no tengo por que ir a clases.

Juanjo: Aún así son clases de marineros y está bien que vayas y te enteres.

Úrsula: ¿Por un momento piensas que voy hacer lo que tu digas?.- Él se quedó en silencio.- Si quiero quedarme en el camarote con Valentina, me quedaré allí.- Le dije molesta.

Juanjo: Está bien...Como quieras.- No le apetecía discutir conmigo, sabía que no le iba a obedecer.

- Miré hacia atrás para ver a Valentina, volví la vista y miré la carretera, aún no era de día pero había tráfico ya, casi las siete de la mañana.

- Nos detuvimos en el semáforo y sentí una frenada a mi lado, miré a mi derecha y vi a un motorista, con chaqueta y casco negro, con una mochila, desvió su mirada y nos miró, solo se le veía la parte de los ojos, ya que su casco le cubría completamente.

Juanjo: ¿Le conoces?.- No se por qué pero no podía dejar de mirar aquél motorista, al igual que él a mi, por momentos sentí que miraba a Valentina, que miraba hacia atrás pero después a mi.- Úrsula...- Sentí los coches pitar, miré él semáforo y lo vi verde, ni la moto, ni mi padre se habían movido. Mi padre aceleró y la moto se quedó parada, miré a mi padre.- Te estaba preguntando si le conocías...

Úrsula: ¿Cómo voy a saber quién es si llevaba un casco?.- Le pregunté molesta.

Juanjo: Puede ser un amigo tuyo...

A 200 millas de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora