A 200 millas de ti.

Capítulo 39: Agua pura

DOS SEMANAS DESPUÉS...

*EMILIA:

- Estabamos desayunando, todos menos Úrsula, desde que pasó lo de Berta Úrsula no había salido de su habitación, no la veía, no abría la puerta, no hacia caso a nadie.

Brisa: Aún veo el cuerpo de Berta.- Miró hacia las escaleras.

Oliver: Tal vez era su final.

Jesús: No sé vosotros, pero era lo que todos queríamos.

Emilia: Yo no quería que muriera y créeme que Úrsula tampoco.

Jesús: Úrsula era la primera que la quería muerta.

Daniel: Úrsula está enamorada de Berta.

Oliver: Estaba padre, Berta ya no está.

Daniel: Siempre estará presente.

Jesús: Que positivo Daniel.

Emilia: Es cierto, aunque no nos guste, Úrsula estaba enamorada de Berta.- Miré a Daniel.

Brisa: Tal vez deberías hablar con ella Dani.- Dani bajó su cabeza.

Daniel: Lo intenté pero no me abre la puerta.

Emilia: A mi tampoco.

Capitán: Emilia.- Dijo detrás de mi, me puse en pie y le miré.

Emilia: Capitán.

Capitán: ¿Podrías hablar con Úrsula?, apenas come, está pálida, no quiere salir de la habitación.

Emilia: De eso hablabamos Capitán, pero no nos abre la puerta.

Capitán: ¿Y a ti?.- Miró a Jesús.- Siempre habéis estado muy unidos.

Jesús: No creo que quiera verme, la verdad.- Se miraron.

Capitán: ¿Y eso? ¿por qué?

Jesús: Por que me la sopla que Berta haya muerto, la verdad.

Capitán: Mi hija no le duele Berta, le duele todo esto que ha pasado.- Oliver comenzó a reir, le miramos molestos.

Oliver: Perdón.

Jesús: Capitán, perdóneme.- Se puso en pie.- Pero su hija estuvo encariñada con Berta, ¿de verdad piensa que está asi por lo que ha pasado?

Capitán: ¿Que insinúa?

Emilia: Nada Capitán, no se preocupe hablaremos con ella.- El capitán me miró serio, se retiró, miré molesta a Jesús.- ¿Que coño te pasa?

Jesús: Se va a enterar..¿que más da?

- Me fui molesta, bajé hasta las habitaciones de los marineros y caminé por el pasillo que me llevaba hasta la habitación de Úrsula, me detuve cuando vi la habitación de Berta, cerrada, es una pena, no era esto lo que quería. Continúe mi camino y entré sin llamar, vi a Úrsula en la cama, cubierta hasta arriba con sus sábanas, cerré la puerta y me tumbé a su lado.