Adam
Llegando a la capital nos quedamos en un apartamento prestado. Tenía dos cuartos separados, un baño y una cocina, todo el espacio era reducido, pero no me incomodaba.
—¿De quién es el lugar? —pregunté a Pato, giré la cabeza para ver todo mejor.
—Pues de sus dueños —respondió hurgando en el refrigerador.
Medité unos segundos y preferí no cuestionar más. Me fui al que sería mi cuarto por esos días, me tumbé en la cama mientras recordaba que en la misma ciudad vivía el hermano de Jeca; incluso pensé en llevarla conmigo y dejarla con él una vez llegando, pero era algo estúpido y riesgoso.
Estuvimos mensajeando algunas veces durante los días posteriores para ver cómo estaba ella... y mi casa, extrañaba mi casa. Parecía que todo iba bien, salvo por algunos chismes regados, hasta qué:
"Calma a tu novia o la calmamos por las malas".
Me escribió Jessica, yo no entendía un carajo.
"De que hablas? Te equivocaste??" .
"No te hagaaas, última advertencia".
Jessica estaba celosa de Jeca. Al principio se llevaron bien, pero con las horas empezó a ponerle cara de fastidio. Además, tenía una excusa para desquitarse porque no dejó entrar a Janeth a mi casa. La ignoré, pero por si las dudas llamé a Jeca. Llamé, llamé y llamé sin obtener respuesta. Empecé a preocuparme:
"Está todo bien? Quiero preguntarte algo"
No respondió sino hasta horas más tarde:
"Nada está bien, Adam. Hice algo horrible, me siento fatal".
Sabía que la respuesta de Jeca no era una exageración debido a su forma de vida, así que le marqué. La primera llamada fue al buzón, la segunda respondió. Primero hubo un silencio absoluto que me llenó de miedo. Parecía que ninguno de los dos quería hablar realmente:
—¿Jeca? ¿Qué hiciste? ¿Qué pasó?
—¡Dios mío, Adam, exploté!... Primero me peleé con Janeth al punto de golpearla y eso es lo que menos me importa. Apenas entré a casa, mi madre me confrontó por una discusión de días atrás. Empezó a gritarme, me dijo que era una puta muy barata y yo... yo le contesté, no quiero repetir lo que le dije, fui muy dura, muy mala, pero eso no fue lo peor. —La voz de Jeca era una mezcla de dolor y ganas de llorar reprimidas, hablaba rápido, como si así todo fuera a terminar pronto.
—Tranquilízate, apenas te entiendo —pedí. Yo seguía procesando su pelea con Janeth.
—Adam, golpeé a mi propia madre. La empujé. —Luego de esa declaración hubo un silencio corto que fue interrumpido por el llanto de Jeca. Admito que seguía esperando la parte horrible del relato—. Soy un monstruo, debí irme a mi cuarto y no responder sus ataques.
—Basta, no te tortures a ti misma. Lo que hiciste no estuvo bien, lo sabemos, pero ella tampoco tiene porque insultarte, gritarte o golpearte cada día. Mereces un poco de respeto, has aguantado demasiado.
—Adam, ella es mi madre y está enferma...
—No está enferma, es adicta —aclaré sobándome el puente de la nariz.

ESTÁS LEYENDO
Solo una razón
General FictionAdam es un vendedor y adicto a las drogas que se ve envuelto en un dilema cuando Jeca, una adolescente que él conoció años atrás, le pide ayuda con un encargo peculiar. ••••• Dos personas que viven y ven la vida de forma o...