AdamMe habían cambiado el horario sin previo aviso por falta de personal. Trabajaba durante la mañana, entrábamos a las ocho para acomodar las mesas, sillas y recibir a los surtidores; Para las once de la mañana ya estaba abierto el local. Estaba ganando menos, pero tenía más tiempo libre, aunque no lo pasaba con Jeca porque ella estaba la mayor parte del día en la escuela y con Alicia.
El viernes después del trabajo estaba en mi casa, con toda la flojera del mundo. Me estaba fumando un blunt de uva en la sala mientras escuchaba música, cuando llegó Malcom:
—¿Vamos? —preguntó casi como saludo, mientras estiraba la mano para pedirme una calada.
—¿A dónde?
—Habrá una fiesta aquí cerca...
—¿Cuándo?
—Mañana.
—No, que flojera. Trabajo el domingo en la mañana.
—Oh, pues falta... Vamos, anda, hace mucho no salimos... irá Jeca.
—¿Y eso qué? —cuestioné intentando sonar tan despreocupado como siempre.
—Ya Adam, todos sabemos que te gusta... No los entiendo, ¿han dormido en el mismo cuarto y no pueden decidirse a fornicar un poco?—Tiene diecisiete años, Malcom.
—¿Qué hacías a esa edad? Seguro te pasabas estudiando y yendo a la iglesia, ajá. No seas... a los diecisiete ya estabas cogiendo y sin condón, hasta con dos chicas diferentes el mismo día.
—Pero ella no es así.
—Por favor, deja de santificarla. Ambos sabemos que sí es así, recuerda que cogió con el mejor amigo de su novio sin remordimiento.
—Bueno, errores cometen todos.
—Pues ahí está, métete en ese error. Solo hazlo y ya, no lo pienses tanto. Si sigues sin decidir se va a cansar y buscará verga en otro lado —aseguró Malcom convencido de que su comentario fue inteligente, yo solo negué con la cabeza—. ¿Entonces irás?
—¿A dónde?
—¿Dónde tienes la cabeza? Pues a la fiesta que te dije.
—Aaah, no quiero... —contesté haciendo muecas como niño.
—Vamos, irá Alicia, después de que tuvimos sexo ya no me habla, quiero intentarlo otra vez, pero si no logro me quedaré solo... necesito a mi amigo.
—¿Y si tienes suerte, me dejas solo?
—Estará Jeca...
—Estará con Alicia —puntualicé pesadamente.
—También irá Jessica, Janeth, Esther, Alonso... te llevas con todos, no eres como yo.
—Lo pensaré. ¿Dónde será?
—Será aquí cerca, en casa de Alonso —respondió Malcom emocionado.
—Bien, ¿entonces mañana?
—Sí. Voy a pasar por ti, más te vale ir —amenazó achicando sus ojos.
Me quedé hablando con él hasta que el sol se ocultó, y el estorboso se fue a su casa. Yo estaba por ponerme a ver una película cuando tocaron la puerta, eran Alicia y Jeca. Abrí un poco confundido.
—Ey —saludé. Alicia se metió como la humedad, se sentó en mi sillón y se comió la botana que había preparado, Jeca intentaba sacarme platica de manera muy efusiva. Ella iba vestida con un pantalón de mezclilla ajustado y una blusa anaranjada que le quedaba bien. Me pareció raro no verla con ropa grande.

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Solo una razón
General FictionAdam es un vendedor y adicto a las drogas que se ve envuelto en un dilema cuando Jeca, una adolescente que él conoció años atrás, le pide ayuda con un encargo peculiar. ••••• Dos personas que viven y ven la vida de forma o...