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El precio de los juguetes para gatos salía de mi boca, pero la sonrisa de Taehyung era lo único que realmente vivía en mi mente por lo que parecía imposible recordar tales precios.

—Me los llevo. —Sonrió la mujer después de analizar cada uno de los juguetes disponibles en este lugar. Los juguetes fueron guardados en una bolsa y los billetes que salieron de la cartera de la mujer pasaron a ser guardados en la caja registradora; después de tales actos, la mujer salió y me dejó sola, tal como me encontró.
Los sábados resultaban frustrantes y aburridos, pues ninguno de los rostros que podría llegar a ver hoy, igualaban la belleza de Taehyung; quien por cierto había jurado venir a visitarme.

Las horas pasaban como siglos y los minutos como horas, incluso estoy segura de que los segundos tardaban más de lo que debían, ¿Cuánto tiempo debía seguir esperando para salir a almorzar?

Solo un segundo más, dijo el reloj.

Las puertas de la tienda fueron cerradas y caminé al área de comida en busca de algo que sacie la desesperada hambre que tengo desde hace horas.
Cómo cualquier sábado a esta hora, Jimin también almorzaba, en las mesas respectivas de McDonald's. El bonito joven comía con gran afán lo que contenía la cajita feliz que había pedido solo por los lindos juguetes de The Justice Ligue, los cuales analizaba lentamente.

—Todo mundo te ve como un chico rudo y muy maduro, pero estas aquí sentado mirando juguetes que tienen la cara de Superman. —Dije riendo, Jimin dejó de hacer lo que hacía y me miró inexpresivo. Tal vez estaba molesto por el hecho de que ahora más que nunca, sus órdenes sobre alejarme de Taehyung, eran más que inútiles.

El rostro inexpresivo de Jimin duró poco al momento en que sus dientes hicieron acto de presencia: —Superman es increíble. —Rió guardando el juguete entre sus manos.

—Creí que nadie era más increíble que Hulk.

—¡Nadie es más increíble que Hulk! —Exclamó rápidamente logrando que muchas miradas cayeran sobre nosotros. —Superman es increíble, pero Hulk es superincreíble. —Terminó.

—Ya entendí. —Reí viendo cómo Jimin continuaba comiendo. Levantándome para comprar algo para comer, no dejé de pensar en porque aún no salía un comentario controlador sobre mi nueva relación con su rubio mejor amigo.

Regresando a la mesa que hice de Jimin y mía al llegar por primera vez, comencé a comer, pues había olvidado mi hambre solo por unos segundos.

La comida era mala, pero la compañía era buena; al igual que en los últimos 13 años.

—Hmm, pensaba en que tal vez, puedas venir a cenar a mi casa. —Habló rompiendo el silencio que había comenzado hace unos minutos. —Mamá no te ha visto en vario tiempo y creo que le encantaría hablar sobre mi yo de jardín de niños contigo.

—Jimin de jardín de niños es el mejor tema para hablar con tu madre. —Reí.

El de cabello platinado rió también: —Entonces, ¿Aceptas? —Preguntó sonriendo con sus abultados labios.

—Acepto. —Confirmé.

☁️☁️☁️

—¿Podrías mostrarme el otro de nuevo? —Preguntó el hombre mayor.
Con la desesperación en su máximo potencial, tomé la bolsa de alimento que le había mostrado hace unos segundos y la puse en manos del hombre de nuevo.

Su expresión se mostraba pensativa y analítica ante las bolsas que tenía frente a él, aún si estás contenían las mismas proteínas y solo cambia la portada.

𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐞𝐬𝐭𝐫𝐢𝐚𝐥. | 𝐊𝐓𝐇 ⌏ 𝐀𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐚 𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora