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Yoongi reía con la madre de Hoseok. Seokjin sonreía con Namjoon al ver que éste decoraba el pastel. Jungkook veía por la ventana si Hoseok estaba cerca y, Jimin arriesgaba su vida al estar arriba de una silla pegando globos junto al cartel que tenía escrito: “Feliz Cumpleaños, solecito.” con bonitas y coloridas letras, que él mismo se dispuso a hacer.

—Yoongi hyung, ¿Se ve bien? —Preguntó pacífico. Pero Yoongi ni siquiera había escuchado la respiración de Jimin, por lo que no tuvo respuesta. —Hyung, ¿Se ve bien? —Volvió a preguntar, esperando a que esta vez respondiera. Yoongi sonrió ante la respuesta de la madre de Hoseok y pasó a guardar los churros que preparó con su madre en el horno. Jimin, miró el caminar de Yoongi y desesperado decidió llamar su atención sí o sí. —¡Yoongi hyung, te estoy hablando maldita sea!

El grito sonó por toda la sala de estar, y claro que lo escucho Yoongi. Mi risa comenzó a tomar poder sobre mi cuerpo y comenzó a evitar que la silla en la que estaba Jimin continuara con el equilibrio que nos costó siglos conseguir.

—Se ve bien, Jimin. Tranquilo. —Dijo continuando con el camino que había comenzado. Jimin recuperando el equilibrio casi perdido, decidió bajar de la silla.

—Casi muero y es lo único que dice. —Bufó.

—¿Por qué tan poca tolerancia? Yoongi estaba lejos como para escuchar, pudiste preguntarme a mí o a Jungkook. —Reí a los berrinches del bebé frente a mí. Jimin levantó los hombros y negó con la cabeza: —No lo pensé. —Rió avergonzado después.

Jungkook seguía con la mirada en la ventana, pues aún si Hoseok planeó celebrar hoy su cumpleaños, él no sabe que planeamos llegar antes.
La madre de Hoseok contestó la llamada que su hijo le hacía e intentando silencio absoluto, comenzó a escuchar la voz de Hoseok del otro lado del celular.

—Esta bien. Yo te abro. —Terminó la llamada. —Olvidó sus llaves, tocará la puerta. Dijo que está a pocas calles de llegar.

—Por lo que debemos limpiar todo rápido. —Apresuró Namjoon. Jimin asintió y comenzó a guardar todo lo que usó para arreglar tan alegremente. Jungkook como excusa para no ayudar, dijo que él seguiría vigilando desde la ventana.
Seokjin y su alto novio pusieron el pastel en la mesa de centro y vieron si la botellas que escondieron discretamente junto al refrigerador seguían ahí. Por otro lado, Yoongi y yo nos llevamos los churros que Hoseok pidió ansioso a la mesa.

—¿Ya está? —Preguntó Jimin.

—Ya está. —Contestó Yoongi.

—¡Ya llegó! —Gritó Jungkook. Tal grito provocó que Seokjin golpeara su cabeza rápidamente para evitar que Hoseok descubriera todo antes de entrar. —Perdón, hyung. —Dijo tapando su boca.

Hoseok tocó la puerta dos veces y esperó a que su madre fuera a abrirle, la Señora Jung se percató de que todos estuviéramos detrás de ella para darle la bienvenida que la luz de nuestra amistad merece.

—Creí que las había guardado, lo sient...

—¡¡¡SORPRESA!!!

Y claro que fue una sorpresa, pues el grito alegre que dimos todos al mismo tiempo provocó que Hoseok dejara caer al piso todas las bolsas que cargaba en sus manos.

—¿Qué hacen aquí? —Preguntó riendo y levantando todo lo que nuestra voz tiró. La madre de Hoseok cerró la puerta después de que éste entrara: —Quisieron darte una sorpresa. —Le sonrió a su hijo. Hoseok no dejó de sonreír y nos atrapó entre sus brazos a cada uno.

—Gracias, chicos. Los quiero mucho.

—Nosotros a tí. —Respondió Yoongi al que le ha hecho sonreír todos los días desde que se conocieron. Hoseok con un pequeño puchero en sus labios abrazó de nuevo al mayor de cabello negro y con las pequeñas lágrimas que salían de sus ojos, se acercó a las bolsas que traía.

𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐞𝐬𝐭𝐫𝐢𝐚𝐥. | 𝐊𝐓𝐇 ⌏ 𝐀𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐚 𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora