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Octubre 12, 2009.

No hay peor sentimiento que el de ser nuevo.
Ser nuevo en la ciudad, en el instituto o en el trabajo; en el caso de Park Dayoung, eran los dos primeros.

Sus padres prometían que su vida sería mejor si siguen los pasos de la madre de su mejor amigo, los cuales consistían en dejar Busán para trabajar en Seúl y con ésto llevar a su única hija a un nuevo instituto, lleno de niños y niñas, parecidos a ella en muchos sentidos, pero diferentes también.

En este momento, Dayoung está sola, comiendo el almuerzo que compró con el dinero que su madre le dió pues “no hay tiempo para preparar algo”.

Con ojos melancólicos y grandes miraba a los niños jugar y a las niñas conversar entre ellas; miraba como solo ella era la única que estaba sola.

—Ser nuevo y estar solo es algo triste. —Hablaron detrás de ella, la niña nueva miró a quien le habló y levantó los hombros.

—No ser nuevo y estar solo es algo más triste, supongo.

El niño rió y se sentó junto a Dayoung.
La castaña de ojos grandes y serios no dijo nada ante los actos de quién se acercó sin pena alguna, por lo que siguió comiendo.

—¿Como te llamas? —Preguntó minutos de silencio después, Dayoung antes de pronunciar su nombre, recordó lo que Mina le dijo, “Yun suena mejor, deberías cambiar tu nombre por ese.” —Soy Yun. —Murmuró mirando a Mina, muchos metros lejos de ella.

Taehyung. —Sonrió a la castaña.
Dayoung, apartir de este momento, Yun, sonrió también y miró los ojos de Taehyung. En los cortos diez años que lleva de vida, Yun jamás había visto algo semejante; los ojos del niño de palabras fluidas eran brillantes, y muy enigmáticos; como si el cielo estrellado de Busán viviera en sus ojos o como si un universo entero viviera en cada uno de los ojos de ese bonito niño.

La campana sonó, pero aún así Yun no apartó la mirada de esos ojos, o mejor dicho, no pudo; el sonriente niño de ojos inexplicables, miró hacia el frente y se levantó.

—Deberías ir a tu aula, los maestros se molestan cuando llegas tarde.

Taehyung, se levantó y caminó lejos de Yun.

Yun, perpleja por el cataclismo que fueron los ojos de Taehyung, se levantó muchos segundos después de que solo ella se quedara en el comedor y caminó hasta su aula; con la excusa de ser nueva y no saber cuáles son sus aulas, pudo entrar a clase sin un regaño de por medio. Las palabras de sus maestros entraban por sus oídos, pero ninguna de ella se quedaba en su cabeza, solo esos ojos tan terriblemente ilarantes.

Pero, ahora no sólo veía los ojos de Taehyung, también veía a Taehyung. Junto a ella, frente a ella o incluso en los pasillos, los ojos de Yun necesitan lentes pero, ella está segura de que Taehyung estaba en cualquier parte en la que ella estaba.
Hasta a la hora de la salida: —¿A quien buscas? —Preguntarón de nuevo detrás de ella, Yun sonrió al escuchar la voz del que ha sido el más amable desde que llegó y giró para encontrarse con él.

—A nadie. —Sonrió a quien buscaba. Taehyung levantó una ceja y miró en los ojos de Yun: —Parece que me buscabas a mí.

Claro que sí.
—Claro que no. —Respondió Yun después de hablar en su mente. Taehyung sonrió de nuevo y con esa dulce sonrisa geométrica acompañada de ojos sonrientes también, Yun sonrió.

Y para Taehyung, jamás ha habido un recuerdo más precioso que el de ver por primera vez sonreír a Yun y saber que él, era el motivo.

Octubre 13, 2009.

El problema llegó el día siguiente. Porque no, a pesar de no poder dejar de ser atormentada por los ojos de aquel niño, ese no era un problema real.

El problema real llegó junto con la hora del almuerzo, cuando Yun buscó a su confuso nuevo amigo. Sus ojos se paseaban por todo el comedor, por todos los pasillos y por todas las aulas por las que pasaba.

¿Donde estaba Taehyung?

—Taeyang, Taeyeon, Taehyun... Hmm, no, no hay ningún Taehyung, ¿Quien te dijo que estudia aquí? —Yun miró a su tutora confundida y no le quedó más que negar.

—Tal vez escuché mal. Lo siento, debo ir a clase.

Yun no fué a su clase, fué al baño y lavando sus manos trató de entender que fué lo que sucedió.

¿Taehyung existe, o fué alguien más con un nombre falso y malas intenciones?

Después de no encontrar respuesta, Yun caminó a su aula y entró con discreción, esperando a que su profesora no le regañara; su banca estaba vacía, pero con los libros que correspondían a la clase sobre su mesa. Dichos libros directamente llegaron a su mochila y dejó solo el que todos tenían fuera, su mirada se veía atrofiada al mirar tantas letras en la pizarra y se apresuró a abrir su libreta para comenzar a anotar, pero no lo hizo.

Yun no comenzó a escribir porque había palabras que no entendía escritas sobre la primera hoja:

“No importa en qué universo, galaxia o planeta estés, haría todo lo posible para poder protegerte y verte sonreír.”

Yun nunca lo comprendió, incluso lo olvidó por ella misma, Taehyung jamás se vió envuelto en su memoria en ese entonces. Pero lo que Taehyung si hizo fué, confundir a Yun con sus ojos, su presencia y sus palabras desde que ella tenía solo una década de vida.

Esa, fué la primera señal que Taehyung le dió a Yun sobre quién es él, y sobre quien es ella también.

Esa, fué la primera señal que Taehyung le dió a Yun sobre quién es él, y sobre quien es ella también

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𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐞𝐬𝐭𝐫𝐢𝐚𝐥. | 𝐊𝐓𝐇 ⌏ 𝐀𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐚 𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora