𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐞𝐬𝐭𝐫𝐢𝐚𝐥. | 𝐊𝐓𝐇 ⌏ 𝐀𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐚 𝐈

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Taehyung me encontró en mi última clase, y digo me encontró porque no hubo una clase en la que alguien no me dijera algo como “El alienígena rubio preguntó por tí.”, por lo que pienso que su búsqueda no resultó hasta ahora.

Su mirada estaba perdida en el piso del pasillo, sus labios hacían muecas cada tres segundos y sus dedos crujían ante la presión que su mano derecha hacía sobre ellos.

—¡Yun! —Saludó cuando llegué a estar frente a él. —Te estuve buscando, ¿Alguien te dijo?

—Si, me lo dijo la mitad del instituto. —Reí.

—Entonces supongo que ya tienes tus apuntes de Biología listos. —Taehyung extendió sus manos y esperó a que dichos apuntes estuvieran en sus manos. Cuando por fin llegaron a tan fascinantes manos, Taehyung sonrió dulcemente con los labios y tomó mi mano. —Te acompaño a la salida.

Nuestras manos entrelazadas, nuestros pies caminando a la par y la sonrisa nerviosa de ambos, llegaron a la salida, junto con más de la mitad del instituto.
Después de más dulces sonrisas, tiernos besos en las mejillas y unos cuantos “Te veo mañana”, Taehyung tomó camino a su casa y yo, también.

Seokjin acompañó la mitad de mi camino ya que iría a visitar a su abuela por su cumpleaños, cuando comencé a caminar sola no dejé de pensar en el tormento propio que Taehyung reflejaba cuando estaba esperando por mí. ¿Qué lo tenía así?

Casa sola, refrigerador lleno el cual compensa la ausencia de mis padres, un pasillo frío que me conduce de las escaleras a mi cuarto y energías gastadas por todas las actividades escolares. Todo eso soy yo y lo que me rodeaba.

Cuando mi estómago se llenó, mis tarea se terminó y las conversaciones controversiales con Min Yoongi dejaron de tener continuidad, comencé a hacer lo que debía hacer desde hace más de un mes. Limpiar mi mochila.
Papeles, más papeles y muchos más papeles eran lo único que había dentro de lo que parecía una pequeña mochila, pero era un gran bote de basura.

Ahora estaba rodeada de libros, libretas y muchas hojas arrancadas vanamente. —En verdad debo dejar de guardar tanta basura.—Dije cuando leí otra hoja con solo tres palabras escritas.

☁️☁️☁️

—¿Donde dejé esa basura? —Preguntó Taehyung hojeando lentamente los apuntes que Park Yun le dió. Y es que él realmente recuerda haber dejado esa hoja ahí, en medio de alguno de esos organizados apuntes.
Tal vez se cayó por la calle, por algún pasillo o incluso él mismo lo tiró, pero no lo recuerda.
Desearía que fuera así, pero su terrible mente le hacía saber que Park Yun la tenía, lo que no le hacía saber era, donde.

Ahí, en la llamada entrante de Park Yun.

—¡Yun! ¿Sucede algo? —Saludó y preguntó. La chica que estaba del otro lado de la llamada, saludó también y trató de encontrar palabras. —¿Yun? —Preguntó Taehyung en medio del silencio.

—¿Por qué necesitas mis apuntes de Biología? —Preguntó Yun, Taehyung bajó la cabeza y confirmó lo que su mente le hizo saber al ver la llamada de la castaña.

—Supongo que, la encontraste tú. —La voz de Yun respondió positivamente y Taehyung dejó de hojear los apuntes pues, ya no tenía sentido buscar algo que ya se encontró. —¿Puedo ir a tu casa?

☁️☁️☁️

Taehyung, apesar de vivir a más de una hora del instituto, llegó en tan solo 12 minutos a casa de Park Yun, la cual queda a 15 minutos del instituto; reflejando la misma tortuosa expresión que reflejaba en el instituto.

Taehyung movió sus manos unos segundos y rascó su nuca antes hablar: —Creí que si buscaba detenidamente entre tus apuntes, la encontraría yo, tuve que cambiar mi tarea en cuanto el señor Choi me pidió leerla frente a todos. —Su risa terminó y su voz comenzó a sonar más seria. —¿Donde estaba?

—Entre el montón de basura que mi mochila guardaba, pude haberla tirado pero debía asegurarme que no era algo que necesitaría después, por lo que la leí y de alguna manera supe que era lo que buscabas al pedir mis apuntes. —Taehyung tensó su mandíbula y rió un poco.

—Bueno, pues no te equivocaste. —Volvió a reír. —Era lo que buscaba.

—¿Por qué ese lamento? —Taehyung miró a quien rompió el silencio y trató de escuchar lo que quien estaba a su lado iba a decir. —¿Por qué cuidarías de mí alejandote? Taehyung, sé que todos piensan lo peor de tí, pero yo no. —Taehyung rió en silencio y bajó la mirada. “Si, si lo haces.” pensó. —Creo que ahora sé el porque cambiabas repentinamente conmigo, y quiero decirte que te equivocaste y al mismo tiempo me hiciste daño. Estar juntos no causaría ningún mal, aún si Jimin no deja de decirnos eso.

La lucha interna que Taehyung llevaba cargando desde hace tiempo, creció aún más. Él trataba de pensar que realmente no habría ningún daño si aceptaba lo que él sentía; mientras pensaba que todo terminaría realmente mal si aceptaba lo que él sentía.

—Mis ojos, mi sonrisa, mi voz y también mi reflejo piensan que no hay dicho peligro al querer estar junto a tí. ¿Qué piensas tú?

“Que estás en completo peligro.” pensó.
—Que, estás a salvo. —Respondió.

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      Park Yun.

Creo que te has dado cuenta de lo poco que me llegas a importar, aunque es claro que me importas. Cualquiera lo sabe, pero evito que te lo hagan saber.

¿Por qué? Porque me metería en problemas al querer estar contigo. Porque no quiero que tengas tantos problemas conmigo como yo los tengo.

Tus labios son rojos, como si un millón de granadas hubieran besado y hubieran dejado su dulce sabor sobre ellos.
Cada vez que hablas, sonríes. Y cada que sonríes giras la cabeza hacia otro lado, como si tu sonrisa fuera algo que no debe apreciarse.
Cada que caminas y ves tu reflejo sobre algún cristal, miras tu rostro. Se puede ver tu reflejo, pero en tus ojos se puede ver el universo entero; y puedo asegurarte que es tan hermoso como tú.

Lamento tanto tener que ignorar eso. Lamento tanto tener que cuidar de tí, alejándome.

Si tus ojos, tu sonrisa, tu voz e incluso tu reflejo fueran capaces de aceptar mi ser, intentaría cualquier cosa con tal de hacer que ni mi propio ser te lastime.
Park Yun; quizás no soy el chico de tus sueños, pero puedo ser el que te dé la mano para salir huyendo de tus pesadillas; porque ten por seguro que tú me has salvado de las mías.

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