La Hija De Stark

3.

Torre Stark. 6:39am

—Entonces, llegaste ayer— la voz del otro lado de la línea telefónica afirmó.

—Sí— La única Stark reafirma mientras volteaba un panqueque.

—No me gustó para nada la decisión de tus padres, pero supongo que ya era hora.

—Fué más una decisión mía que de ellos, pensé en papá y en lo mucho que ha sufrido. Conmigo aquí sé que se distraerá un poco— habló suavemente.

—Espero y así sea. Estaremos en contacto señorita Stark.

—Cuando me necesite, sabe dónde encontrarme.

Al culminar la llamada, María procedió a sacar del refrigerador una  jarra con hielo y jugo de naranja, vertió un poco en un vaso de vidrio y lo dejó en una bandeja junto con un plato de panqueques con miel de maple.

—Jarvis ¿Sabes dónde está papá?.

—El señor Stark se encuentra en la sala de Inventos.

La chica ríe al escuchar ese nombre, agarra la bandeja entre sus manos y camina al ascensor con ella, toca un botón para llamarlo, espera y las puerta se abren haciendo que ella entre.

—¿Desde qué hora está allí?

—Desde las 4:56 am— responde

—Llevame a esa sala Jarvis, por favor.

—Enseguida señorita.

...

—¿Sala de Inventos? ¿Enserio?— su hija trato de no soltar una carcajada.

Tony se encontraba sentado reparando un casco de color rojo y dorado que estaba en una mesa de metal, al ver a su hija entrando y dejando una bandeja con comida en la mesa sonrió y se quitó los lentes que lo protegían contra la máquina de soldar.

—¿Porqué estás desde tan temprano aquí?— pregunta la muchacha apoyando una mano en la mesa y la otra se la coloca en la cintura.

—¿Calentamiento global?— dice mientras se sienta frente a la bandeja.

Su hija lo observó, tenía ojeras y estaba un poco pálido.

—Pesadillas, ¿cierto?— intuyó.

Su padre la mira, tenía el ceño fruncido.

—Puede ser— dijo dando un sorbo al jugo de naranja.

—Sabes que estoy aquí para ti, si eso vuelve a ocurrir, sólo ve a mí habitación y hablaremos, no importa la hora— abrazó a su padre por sus hombros.

—Tranquila hija— murmuró.

—Ya me iré a la universidad, vendré en unas horas, ¿Bien?— Tony asintió y luego de que su hija le diera un beso en el cabello, ésta se marchó.

Stark quedó pensativo, de verdad que la necesitaba con él.

...