26.

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La fiesta terminó alrededor de las cuatro de la mañana con un Tony y Clint borrachos, Pepper tuvo que llevar a su novio a la gran habitación que compartían y Natasha tuvo que hacer lo mismo con Barton.

—¡Papá está loco!—exclamó María soltando una carcajada. Steve también rió.—recuerdame no darle más alcohol—salieron del ascensor y caminaron hasta la puerta de ambos.

—Nos vemos después—dijo acercándose a la chica.

—Bien—sonrió tristemente.

Steve colocó las manos en la cintura de la chica y la pegó a él causando que ella sonriera más.

Luego de un juego de miradas, unieron sus labios en un suave y a la vez desesperado beso. María enrolló los brazos en el cuello del rubio haciendo que él la acercara más.

Sus labios se movían en una perfecta sincronía, tuvieron que separse por falta de aire. Steve dió un largo suspiro uniendo sus frentes.

—Prometeme que me llamarás Steve,  que no perderemos el contacto—susurró mirándolo a los ojos.

—Te lo prometo—murmuró.

Ahora, decidían dejar a un lado lo que antes pensaban, sólo querían estar juntos aunque aún no tenían la fuerza para aceptarlo ambos querían que con lo que ha pasado éste día bastara para expresar un poco.

Querer ir despacio, porque lo bueno se hace esperar.

Con un último beso se despidieron esa madrugada del domingo.

Con un último beso se despidieron esa madrugada del domingo

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Domingo, 1:00pm

—Desperté hace poco—dijo la hija de Stark a su madre por una llamada telefónica.

¿Cómo estuvo todo?—preguntó mientras la chica se sentaba en el sofá más largo de la gran sala, el lugar había quedado realmente limpio y organizado después de la fiesta de despedida y de eso se habían encargado de las personas que contrató Happy para la total limpieza del lugar.

—Pues, emotivo y divertido. Papá se emborrachó y terminó imitando a Thor—ambas rieron.—mañana se irán—recordó tristemente.

Ay mi pequeña—se escuchó un suspiro de su parte.—sé que no es fácil y ni siquiera lo de Steve...—María miró a los lados antes de interrumpir a su mamá.

—¡Nos besamos ayer mamá!—chilló en un murmuro.

La línea quedó en silencio y María frunció el ceño quitando el aparato de su oído para ver si la llamada se había caído, hasta que escuchó un gritó que hizo que se asustara y apartara el teléfono de su oreja cuando lo volvió a poner ya que había comprobado de que no se había cortado.

La Hija De StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora