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La música resonaba hasta la habitación de María Stark, ella se encontraba terminando de maquillarse un poco y tarareando las canciones.

Puso sus tacones y se miró en el espejo de cuerpo completo y sonrió con el resultado.

El vestido azul que había comprado junto a Natasha y Pepper le quedaba muy bien y además tenía bolsillos, era el favorito de las tres.

El vestido azul que había comprado junto a Natasha y Pepper le quedaba muy bien y además tenía bolsillos, era el favorito de las tres

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Era muy cómodo al igual que los tacones negros y podría bailar todo lo que quisiera sin algún problema.

Su cabello estaba ondulado cómo naturalmente siempre lo tenía pero más arreglado.

Dió una vuelta riéndose, estaba de un muy buen humor y las razones eran obvias.

Salió de la habitación caminando al ascensor.

—¡María!—exclamaron por detrás de ella causando que girara con una sonrisa.

—¡Natasha! ¡Mírate!—le dijo sonriendo ampliamente. La pelirroja traía un vestido color vino ceñido al cuerpo y escotado dejando ver un poco más sus pechos, su cabello corto estaba ondulado y tenía un perfecto maquillaje.—Éstas hermosa—alagó mientras la rusa se posicionaba a su lado.

—¡Tú también lo estás!—exclamó y las dos se rieron.

Entraron al ascensor. Al abrirse las puertas metálicas salieron de él fijándose en el lugar, personas aquí y allá bailando, hablando y riendo, el DJ, las barras libres con meseros que servían a cada persona y unas mesas de billar dónde hombres jugaban.

Sí que era una fiesta.

—¿Dónde estarán todos?—preguntó Natasha alzando la voz por la música.

—No lo sé—miró a todos lados.

Steve Rogers quién ya se encontraba en la fiesta estaba hablando cómodamente con Clint con cerveza en mano.

—Algo te sucedió—dijo Barton dando un trago a su cerveza.

El Capitán sonrió levemente.

—No es nada—contestó restándole importancia.

—¡Oh vamos Cap!—se quejó causando la risa de el nombrado.—tengo una sospecha.

—A ver—se cruzó de brazos con una sonrisa divertida esperando a que su amigo hablara.

—Tiene que ver con María—alzó las manos.

Steve suspiró y sonrió.—Puede ser—bebió un trago de su cerveza.

—¿De verdad?—rió.

—Pasó algo que no creí que pasara—admitió fijando la vista en la gente.

—¿Que cosa?—alentó a decir Clint.

Clint era una muy buena persona y sabía que podía confiar de él, además que insinúa que hay algo entre María y él.

La Hija De StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora