«Y todos los caminos que tenemos que caminar son sinuosos. Y todas las luces que nos guían nos están cegando. Hay muchas cosas que me gustaria decirte y no sé cómo»
«En tu miedo, sólo buscas la paz. En su miedo, buscas sólo amor»
«Nada me...
—¿Volverás a una misión pronto?—preguntó interesado mientras tomaba un sorbo de café.
—No lo sé. Fury no ha llamado—se encogió de hombros con la taza de café en sus manos.
—Trata de que no te disparen a la próxima—bromeó riendo. María rodó los ojos con una sonrisa en sus labios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—No me ruede los ojos, señorita—le sonrió levemente mientras daba otro sorbo.
—¿Y si lo hago de nuevo que?—le sonrió.
«María ¿Estás coqueteando con él?» se dió un golpe mental.
Steve puso la taza en la mesa y no respondió sólo la miró de una manera intensa y una sonrisa arrasadora, María sonrió nerviosa mientras bajaba la mirada pero inmediatamente la levantó mirando los ojos de aquel hombre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Que harás después de graduarte María?—le preguntó tratando de liberar un poco de tensión, y también estaba interesado en saber.
—Pues, Banner y yo hablamos sobre hacer investigaciones juntos. Creemos que ambos podremos lograr varias cosas muy buenas para la ciencia. Él a hechado un vistazo a lo que llevo de la tesis y a quedado bastante impresionado a mí parecer, es un gran honor que él me ayude y oriente. Lo admiro mucho, se podría decir que gracias a él y a mí padre elegí ésta carrera—relató y respondió con un brillo en sus ojos. Steve no perdió ni un sólo detalle de lo que decía, le prestó mucha atención
—No sabes cuánto me gusta escucharte hablar así—murmuró inconcientemente lo cuál causó que la chica quedara estática pero por dentro algo se removió, quería dar un salto de la felicidad que sentía en el pecho.—¿Y SHIELD? ¿Seguirás llendo a misiones?—dijo pasando las palmas por su pantalón para tratar de quitar la sudoración de sus manos. La chica lo ponía nervioso pero a la vez le tenía una confianza inexplicable.
—No lo sé, ya veré—se encogió de hombros dando un sorbo al café.—pero mentiría si dijera que no quisiera algo de acción—el Primer Vengador le sonrió.
—Creo que tú madre me matará ya que te he tenido aquí un buen rato—dió el último sorbo a su café.
—No te preocupes, está viendo sucursales para abrir una de sus tiendas aquí—se inclinó hacía delante poniendo el codo en la mesa y apoyando su cabeza en la palma de su mano.
