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Martes

—No la quiero en la graduación, ni en la fiesta—se negó María en el asiento del copiloto. Su madre conducía mientras en los asientos de atrás se encontraban Pepper, Liz y Natasha.

—¿No crees que exageras?—dijo su madre con la vista en la carretera, iban de camino a la sucursal de Amanda para la prueba de vestidos.

—La tipa se quiere ligar al Cap, es obvio que esté celosa—habló Liz haciendo reír a todas menos a María.

—Hablo en serio, no la quiero presente—se cruzó de brazos.

—Ella es mi asistente María, tiene que ayudarme con varias cosas ese día—alzó una ceja mirándola levemente.

Suspiró.—Si se acerca a Steve habrán problemas—dijo Natasha socarrona.

—¿Lo dudas? Se volverá Tony—todas rieron por el comentario de Pepper.

Minutos después llegaron a la tienda de Amanda; Latin angels.

Bajaron del auto después de estacionar, entraron a la tienda con el gran logo fuera en la parte superior. Su madre hacia un gran trabajo en ésta industria. Era una sucursal amplía con diferentes secciones para identificar cada prenda, los colores del lugar eran en blanco y negro, habían varias flores decorando diferentes partes haciendo un contraste de colores. Las empleadas vestían unos uniformes algo formales en negro. El lugar estaba un tanto habitado. Caminaron sobrepasando la recepción hacía una sala que era de los probadores, Karina en cuanto las vió se acercó a Amanda comunicándole unas cosas mientras las demás mujeres se sentaban en los muebles, frente a ella habían varios espejos de cuerpo completo y vestidores a un lado. Tres empleadas se acercaron a las mujeres sonriéndoles.

—Bien—llamó la atención de las mujeres.—será un día largo, así que dejen sus bolsos y vayan viendo que les gusta—señaló la sección de vestidos para todo evento. Las chicas lo hicieron riendo por una broma por parte de Liz seguidas de las tres empleadas.

 Las chicas lo hicieron riendo por una broma por parte de Liz seguidas de las tres empleadas

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—Fué un día largo—murmuró con los ojos cerrados.—increiblemente estuve parada un buen rato y caminé escogiendo vestidos y zapatos, odio los vestidos—arrugó la nariz sin abrir los ojos gracias al cansancio.

—Pensé que si te gustaban, te quedan muy bien por cierto—dijo Steve mirándola desde su posición. Era de noche, pasadas las diez. Ambos estaban acostados con una cobija encima y abrazados, podían verse cara a cara.

María soltó una pequeña risa.—Me gustan, pero los cortos—aclaró acurrucandose más en Steve. El rubio acarició con sus dedos la cintura de la chica por sobre su camiseta.—¿Podrías quedarte a dormir?—preguntó en un murmuro negándose a abrir los ojos.

La Hija De StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora