La Hija De Stark

7.

—¡María Antonella Stark Rivera ¿Dónde demonios estabas?!—un altanero Tony Stark la mira. Eran las 9pm. Ella se había dado una ducha y puesto una pijama, había terminado de arreglar una maleta y un bolso para su misión. En la sala estaban Pepper, Natasha, Clint, Banner y Tony. La chica pensó en que Steve de seguro se había acostado temprano y ya se había despedido de él, ahora quería despedirse de los demás.

—¡No me grites!—lo apunta con un dedo y tono amenazante.

—¡Soy tu padre! ¡Te grito si quiero!—le dice apuntándose y luego la apunta.—¡Tú no me grites a mí jovencita! ¡¿Dónde estabas?!.

—¡Salí a tomar un café con Steve!—los ojos se le iban a salir de órbita a Stark.

—¡¿Qué?!—dijo atónito—¡¿Qué haces en una cita con él?!—se alteró más.

—¡No era una cita!—respondió.

—¡Era una salida de amigos Anthony!—cuando se pone furiosa con él lo llama por su nombre sin piedad. Dejó sorprendido a los presentes con excepción a Pepper que ya había podido presenciar unas cuantas peleas de ese par.—¡Deja de hacerte mente donde no cabe Stark!—lo miró furiosa. Pepper se levantó del mueble y se acercó a Tony quien botaba humo por los oídos.

—Tony ya cállate y siéntate—lo mira con tono de advertencia. Él bufa furioso.

—Siéntate—le repitió María.

—Lanzaré del último piso a ese vejestorio—murmuró frustrado mientras obedecía.

—¡Por dios!—su hija lo miró con los brazos cruzados. Suspiró.—No fue una cita—suavisó la voz.—solo una salida de amigos. Es como si fuera salido con Clint, entiendelo.

—Bien—bufó y se relajó un poco.

—María lleva los pantalones entre los dos—se rió un poco y Nat reprimió una risa al igual que Banner. La chica no se le callaba ni a su padre.

—No han visto nada—dice Pepper cruzándose los brazos.

María suspiró.

—Quería despedirme, el lunes estaré aquí—dijo sentándose en el mueble.

—Suerte, enana. Si mueres no me molestes de noche, gracias—Clint bromeó causando la risa de la chica.

—Hierba mala nunca muere—lo golpeó en el hombro suavemente.

...

Sábado. 11:37am
Ámsterdam.

—¿Que hago aquí?—preguntó María a Nick Fury mientras tiraba en una silla su mochila.

A las 4:00am había salido de la cuidad de Nueva York y ahora se encontraba en Ámsterdam en el primer piso de un edificio de 3, en el cual tuvo que entrar poniendo un código de seguridad y huella.

—¿Y porqué estás vestido así?—la chica señaló su vestuario. Fury estaba recostado en un sillón con los pies sobre otro. No había nadie más en ese piso. La chica rió.

—Deja de reírte—la señaló amenazante.

—Pareces un ladrón—le sonrió divertida.

—Error. Estoy encubierto—María frunció el ceño extrañada y confundida.

—¿Porque?—el sonido provenido de la puerta de la entrada abrirse no dejó que hubiera respuesta. Dos morenos se hicieron visibles al entrar y la puerta detrás de ellos se cerró. María sonrió con amplitud.

—¡Te dije que estaría aquí!—habló John a su hermano refiriéndose a Fury. La chica estaba extrañada pero no dejó de sonreír al ver a sus amigos.

—John, Ice—los saludó la chica dándoles un abrazo a ambos.

—Muchacha, tiempo sin verte—habló Ice con su típica seriedad y lentes oscuros.

—Cada vez estás más fea—dijo John.

—Y tú más enano—contraatacó haciendo reír a Fury.

—Jefe—dijeron al unísono.

—Que bueno que ya todos están aquí—dijo levantandose del sillón.—me alegra verlos reunidos. Cosas buenas salen de eso—razón tenía. Esos 3 trabajaban muy bien juntos.

—¿Todos?—preguntó Ice.

—Sí. Ustedes—respondió con cierta obviedad.

—¿Cuál es la misión, Nick?—la hija de Stark se cruzó de brazos. Cuando sólo los 3 estaban era porque iba a ser una misión más que clasificada, pero se le hacía raro a María que Fury estuviera encubierto y sin María Hill.

Nick se acercó a una pared que tenía pintado un relieve. Puso su mano en ésta, una luz azul apareció por debajo de su palma registrando la huella, se vió el color verde después causando la abertura de la pared a la mitad. Una puerta secreta. Se abrió automáticamente dejando a la vista una habitación con unas escaleras a un lado, una mesa en el centro y en las paredes habían armas de todo tipo. John soltó un silbido al ver tanta armería. Fury procedió a entrar al igual que los demás, se acercó a la mesa blanca y cuadrada. Presionó un botón de debajo de ésta y apareció un teclado holográfico. La puerta se cerró. El moreno comenzó a teclear y imágenes aparecieron en la mesa. Con sus dedos hacía zoom o las alejaba. Se centró en una foto de un hombre castaño de traje.