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—¡Estoy tan feliz y orgullosa de tí mi princesa!—exclamó su madre llorando y abrazándola.

María extendió un brazo a su padre quién tenía lágrimas en los ojos y lo acercó para abrazarlo también.—Esto es por y para ustedes—dijo agitando un poco el diploma y señalando la medalla en su cuello.

—Y por tí, porque te la guerreaste y no paraste hasta lograr ésta meta tan importante—dice su madre separándose de ella y tomando su rostro.

María asintió sin poder hablar mientras lágrimas también caían de su rostro.

—Bien, ¡es hora de ir a la fiesta!—exclamó Liz haciendo reír a su mejor amiga quién abrazó fuertemente.

—Bien, ¡es hora de ir a la fiesta!—exclamó Liz haciendo reír a su mejor amiga quién abrazó fuertemente

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Torre Stark

La música retumbaba en el lugar, los estudiantes y sus familiares disfrutaban la celebración al igual que demás personas que entraban por el ascensor, había barra libre, la decoración era maravillosa y habían luces dando un ambiente disco.

—¡Hill, que alegría verte!—exclamó la cumpleañera en voz alta por la música y dándole un abrazo.

—Lo mismo digo María, feliz cumpleaños y felicidades por la graduación—le sonrió levemente.

—Muchas gracias. No esperaba verte aquí.

—Pues comenzaré a trabajar con tu padre y me invitó a venir, o más bien me lo ordenó—ambas rieron.

—Que te diviertas entonces, anda a saludar—señaló a los demás Vengadores. Ella asintió y comenzó a caminar con destino a ellos.

—Ese Wilson sí que es lindo—habló su mejor amiga haciendo acto de presencia con una sonrisa.

María soltó una carcajada y Liz le hizo entrega de una cerveza y ambas bebieron sorbos.

—Hablo en serio, es muy simpático—comentó caminando a su lado hacía una de las barras.

—Sí, es muy agradable y divertido—dijo sentándose en un taburete colocando una pierna encima de la otra mostrando la abertura de su pierna.

—Pocos hombres me hacen reír y él lo ha logrado la mayoría de veces que lo ha intentado—sonrió sentándose a su lado, el vestido rojo le favorecia en cantidades industriales.

—Que bueno—rió un poco bebiendo otro trago de su cerveza.—hablando de él, ahí se acerca—dijo fijándose en cómo se acercaba el moreno junto a Steve ambos riendo.

Elizabeth sonrió y acomodó mejor en el taburete. Steve miró a María quién rió mirando a su amiga, el rubio sonrió admirando lo hermosa que lucía su chica.

La Hija De StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora