-Señor, mi sistema fue intervenido hace 15 min. Por lo que algunas fallas aún se singuen presentando en todo el circuito de la torre. No logro identificar al sujeto, pero si he podido identificar una ligera onda infrarroja, quizá dos, que aún se mantiene en el área de la cocina.
-Muy bien Jarvis, ¡bien hecho! Quiero que enseguida bloquees todas las salidas del área y sus alrededores, esta vez no escapara, o me dejo de llamar Tony Stark.
-Enseguida señor!
Por otro lado...
La pareja de vengadores seguían en la misma posición, el soldado sosteniéndola por la espalda contra su pecho, y sus brazos rodeándola por la cintura.
-Nat, ¡estás temblado! - Dijo el cap preocupado, aún seguía sosteniendo a su chica entre sus brazos sin querer soltarla. Ella seguía sin decir una sola palabra a Rogers, definitivamente se estaba haciendo la difícil... Steve había cruzado la línea y si, era verdad que ella jugaba pesado con él, pero nunca se esperó que alguna vez éste decidiera responderle de la misma forma. Que osado de su parte...
Al no obtener respuesta alguna, Steve se concentró aún más en ella, intentando que ésta lo mirase, notando ahí que el cuerpo de la pelirroja vibraba entrecortadamente, quizá de frío, ya que por alguna estúpida razón andaba descalza sobre el piso helado de la torre. Steve actuó instintivamente, comenzando a sobar los brazos de la chica para proporcionarle calor.
-Nat, debemos ir a tu habitación para cubrirte o pescaras un resfriado...
Al no obtener respuesta nuevamente, Steve subió una de sus manos hasta el rostro de la espía, tomándola por la barbilla para ladear su cabeza y que esta lo mirase mientras su otro brazo seguía sosteniéndola por la cintura, apretándola para que no decidiera escapar, otra vez.
-Nat, háblame sí... -Le dijo el rubio con la mirada triste y el ceño fruncido.
La rusa le sostuvo la mira sin expresión alguna, llevando una de sus manos sobre la del rubio que seguía sosteniendo su rostro. Sus miradas profundas expresaban todo sin necesidad de usar las palabras, comenzando a cruzar la línea de lo profesional a lo íntimamente personal...
Nat llevó su mano hasta el cuello de Steve, ladeando cada vez más su cabeza para acercarse aún más al rubio, exponiendo su blanco y largo cuello desnudo ante él. Y sin haberlo planeado el Cap se perdió en el verde de sus ojos, bajando la mano de su barbilla hasta el cuello de la espía para así comenzar acercarla a sus labios con mucha delicadeza, sentía como si la chica se deshiciera en su agarre. Ni él mismo sabía de donde había sacado el valor de hacer eso, pero sintió la necesidad de unir sus bocas y sellar ese pacto que los había unido esa noche.
Sus labios estaban tan cerca que ambos podían casi rozarlos y sentir el aliento cálido salir de ellos. Ambos cerraron los ojos, esperando el momento de ser uno solo, cuando las puertas y ventanas del lugar comenzaron a cerrarse, interrumpiendo su lindo y tan ansiado momento.