-¡Alto, alto, alto! -Natasha apenas pudo alcanzar a gritar por el terrible aire frío que revolcaba todo su cabello ahora mucho más revuelto que antes.
-¿Qué? ¿Qué sucede? ¿Quieres vomitar? -Comenzó a preguntar Steve como bobo despues de haber aparcado junto a una banqueta.
El rubio se bajó de la moto y observo a Nat hacer un intentó inutil por trenzarse el cabello de lado para capturar todo su cabello enmarañado. Sacó una especie de liga y aseguró su peinado improvisado.
-¡Listo regresemos a ese bar! -Soltó con gran emoción y voz arrastrada, comenzando a reírde de algo que Steve desconocía.
-Ningun bar, iremos a casa. -Le habló firme, ganándose finalmente su atención mientras ella trataba de no caer de su asiento.
-¡No, quiero, abuelo! -Su euforia se había ido al diablo para ser remplazado por la ira, una ira que llenó de empujones flojos la espalda del Cap cuando se subió nuevamente a su Harley.
-Solo sujetate bien, Nat... -Volvió a tomar sus manos y la obligó a abrazarse a él de nuevo para retomar su camino aún debían cruzar el gran puente y tratar de llegar con ella a salvo.
-¿Por qué tienes que ser tan idiota y sexy? -La pelirroja se recostó sobre la espalda de Cap y se abrazó fuerte a los cuadritos de su abdomen bronceado y malditamente sensual.
Rogers no consiguió escuchar nada de lo que Nat venía balbuceando durante todo el camino, riéndose entre ratos como una loca y rascando su torso desnudo de vez en cuando con las yemas de sus dedos, causando que el viaje fuese mucho más tortuoso de lo que ya era.
Steve aparcó cuando finalmente estuvieron fuera de su apartamento, bajó de la moto e intentó ayudarla a bajar, pero un manotazo fue lo que recibió a cambio. Ahí estaba nuevamente la berrinchuda Natasha frente a él, con la frente y nariz arrugada mientras refunfuñaba algo que no conseguía entender.
-Yo puedo sola... -Lo miró mal y se apoyó con sus dos manos sobre el asiento para tratar de erguirse, pero apenas conseguía levantar un poco el trasero volvía a caer sentada entre maldiciones.
-¿Ya acabaste? -Preguntó el rubio después de ver su tercer intento fallido, acercándose a ella para que lo mirase.
-Bien, bájame... -Bufó y se cruzó de brazos en espera.
El Cap simplemente rodeó su espalda con un brazo y metió una mano debajo de sus rodillas y como si fuese una plumita la levantó como damisela en peligro y la llevó hasta la entrada del edificio.
-Este no es mi edificio, ni el complejo... -Natasha fue consciente del lugar en el que se encontraba para después comenzar a patalear para que la bajara.
-Estamos en mi apartamento, Natasha, te lo he dicho al menos una 10 veces. -La bajó de sus brazos dentro del elevador.
-Pues yo me largo... -Refunfuñó entre dientes y salió disparada de ahí apenas vio las puertas del elevador abrirse en busca de otra salida.
-Natasha, basta, despertarás a los vecinos. -El rubio se vio en la necesidad de volver a atraparla y echarsela al hombro como costal de patatas.
-Bájame, yo no te pedí que fueras por mi, estaba pasándola bastante bien hasta que llegaste. -Pataleó todo lo que pudo, pero el rubio la tenía bien agarrada mientras abría la puerta de su apartamento.
-Claro que no, fue el pobre hombre del bar a quien le destrozaste todo el negocio. -Rogers sintió que su poca paciencia se estaba yendo al diablo y ella no cooperaba.
-El es mi amigo...
-Me parece haberlo escuchado decirte, el pequeño monstruo cuando me habló desesperado para ir a buscarte... -El Cap bufó y rojo los ojos.