Eran alrededor de las 12.00pm, muy temprano para su gusto, Nat ya no se sentía tan cómoda ahí, no quería embriagarse ya que para que eso sucediera tendría que amanecer con los chicos y se sintió demasiado cansada para hacer aquello, aparte de que la punzada en su tobillo aún se mantenía latente al afirmar. Solo se imaginaba descansando en pijama con una copa de vino tinto en su mano o mejor aún un delicioso vodka seco ruso.
-Chicos yo me retiro. -Nat se despidió de sus amigos para luego salir de ahí siendo una verdadera ganadora.
-¿Qué? ¿Tan pronto, arañita? - Apenas pronunció un muy borracho Tony.
-Sí, Tony, algunos si tenemos vida fuera de del complejo. En fin, me encantó el detalle, definitivamente me sorprendiste, esperaba todo menos algo así Stark.
-Obvio. -Dijo engreído el filántropo, para luego reír.
- ¿Cómo llegaras a casa arañita?
-Pediré un taxy, tranquilo.
-¿Qué? ¿La mejor espía de Shield en un corriente Taxy? No, no, definitivamente no. Toma, elige el auto que quieras del garaje, tómalo como un regalo de cumpleaños. Solo no teques a mi bebé, ¿ok? -En ese momento Nat supo que auto elegiría, soltando una risita para sí misma.
-De acuerdo Tony, y gracias por todo chicos. -Sus compañeros se despidieron de ella con un cálido abrazo y beso en la mejilla, para luego dejarla ir.
Por otro lado del jardín, Steve yacía ignorando a la encimosa de Sharon y observando cada movimiento de la rusa. Vio como reía y hablaba con sus compañeros para luego despedirse.
-Se estaba marchando... Demonios -Dijo esta vez el soldado, para pararse de pronto y alejarse de ahí, dejando a Sharon con la palabra en la boca, tenía más de una hora escuchando sus tonterías sobre algo de la CIA y su perro Dogger.
-Hey, Stevie... ¿A dónde vas? Espera te acompaño... -Alcanzó a decir pero sin tener éxito en sus palabras. El rubio había desaparecido del lugar para dirigirse a la salida y esperar a Nat.
Mientras tanto la espía caminó hasta la salida, para enseguida dirigirse al garaje en busca del bebe de Tony, un hermoso convertible blanco. La rusa iba perdida en sus pensamientos hasta que una voz la regreso a la realidad.
-Nat, espera ¿ya te vas? ...
-Como siempre preguntas bobas, Steve Rogers - Pensó para sí mismo el Cap, sonrojándose.
-Mmmm... -Susurró la rusa, girándose hacia su compañero quien caminaba a paso apresurado hasta donde estaba ella.
-Si ya te vas... -Repitió el chico.
-Sí, me siento algo cansada. Nos vemos Rogers -Respondió seria para girarse y seguir caminando hasta el auto.
-Nat espera, deja que te lleve a casa...
-Oh no, no, no te molestes Cap, regresa a lo tuyo, te vi algo ocupado, no todos los días tienes la oportunidad de coquetear con una chica tan hermosa como ella. -Le dijo caminando sin mirar que venía nuevamente siguiéndola.
-No, Nat, anda, deja que te lleve a casa, es tarde para que vayas sola. -Dijo parando su paso, ya que la pelirroja se había girado para mirarlo a la cara con total seriedad mientras ladeaba una ceja.
-¿Qué quieres Rogers? -Dijo cruzándose de brazos, con la mirada fría hacía el americano, sonando algo enfadada, pero él no dijo nada.
-En serio Steve, olvida ya tú tonta misión. No necesito que me lleves a casa, me iré en el auto de Tony. -Steve la miró confuso con una mueca de preocupación en su cara. No sabía cómo arreglarlo.