-¿En qué piensas, ehhh, soldado? -Preguntó una indiscreta Natasha, levantando una ceja y dejando escapar una sonrisa coqueta hacía su compañero.
-¿Mmmmm? -Gimió Steve, fijando nuevamente la mirada en los ojos juguetones de Natasha.
-Yo, yo, no estada, digo, no, en nada.
-En nada... ya veo, Rogers. -Se miraron por unos segundos sin decir nada... Hasta que Natasha decidió romper el hielo.
-Bueno, me encantaría seguir esta tan interesante platica contigo, Steve, pero se ha hecho tarde y creo que aún puedo dormir un poco, deberías intentar hacer lo mismo... O si prefieres puede quedarte aquí, en la cocina y terminar con lo que has empezado. -Le dijo Nat en forma sugerente.
Aquello lo había dicho con la intención de darle un doble sentido a sus palabras, pero obviamente Steve nunca entendía nada de eso. Sin embargo, dio por hecho a que se refería a los pastelillos. Después de aquello Nat hizo un movimiento en automático para zafarse del rubio, quien por reflejo reaccionó al instante. Steve frunció de nuevo el ceño fijando su mirada de molestia sobre ella, apretando su agarre sobre su cintura con un poco más de fuerza, pero sin la intención de lastimarla.
El observó fijamente y a detalle el rostro de la pelirroja, notando algo muy muy raro en ella... Entre cerró los ojos un poco, fijando su mirada profunda en sus labios rosas, levantó su mano derecha y la llevó hasta el rostro de Nat, recorriendo su pulgar sobre todo el contorno de los labios carnoso de la espía hasta llegar a la comisura de sus labios, en donde su pulgar se detuvo, sintiendo el tacto suave de su piel blanca.
Nat se quedó por un instante sin aliento, sosteniendo todo el aire que pudo en sus pulmones, no le gustaba el camino que estaba tomando todo esto aún así solo podía observar los delicados movimientos de él, esperando que dijera algo que rompiera ese inquietante momento.
El cap siguió examinando a la chica, retirando su pulgar del lugar para esta vez sostener el rostro de Nat con ambas manos, acercando peligrosamente su rostro al de ella. Natasha sin haberlo evitado, abrió sus ojos desmesuradamente sin decir nada, sentía que la sangre se le congelaba ante el tacto de sus dedos, y que una corriente eléctrica bajaba desde su pecho hasta su estómago. Ella no solía ponerse nerviosa ante ningún hombre, pero con Steve era diferente, algo producía en ella que era incapaz de controlar las reacciones de su cuerpo al tenerlo tan cerca. Su razón comenzaba a traicionarla.
Éste siguió acercándose a ella hasta rozar su nariz sobre sus mejillas. La espía entre abrió sus labios pensando por un segundo que aquel fornido rubio de los 40's uniría sus labios con los de ella en un cálido beso, pero no fue así.
En lugar de eso, el Cap comenzó a olfatear su rostro, como un cachorro que busca encontrar algo mientras ella sentía todos sus vellos erizarse, fuera lo que fuera que estuviese haciendo Steve con ella, le parecía erótico y excitante y en el fondo no quería que aquel arrebato y valentía del Cap parase.