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-¡No!No lo hare.
-Si, lo haras, te guste o no lo haras.
-Deja de darme ordenes. ¡No eres nadie!
-Pero ese bebé también es mi hijo. No permitiré que le suceda algo por un capricho tuyo. Dejarás de trabajar, aceptará a una muchacha de aseo, y, tomarás todas las tarjetas de crédito que te corresponden. No te quiero volver a ver trabajando, no quiero que dejes de dormir por estudiar. Quiero que te cuides.
-¡No te obedecere! No pienso permitir que me controles.
Andrea se cruzó de brazos molesta. No pensaba ser una mantenida. Nunca lo había sido y no comenzaría ahora.
-¡Lo haras!
-No
-Si
-Que no
-Eres una maldita egoista. Ese bebé hoy estuvo a punto de desaparecer. Hoy, casi dejo de ser padre, por una estupidez.
-No sucedera otra vez.
Dijo ella avergonzada por eso. Realmente se sentía culpable. Aun tenía las manos en su abdomen y sentía miedo de despertar y que le dijeran que su bebé no estaba. Pero aún así, no pensaba ceder ante él.
-Respondeme algo,¿Por qué no te deshiciste de esa barriga, por que no seguiste con tu sueño de ser bailarina?
Eso la hizo enfurecer.
-¡¡¡Porque es mi hijo, esta vivo, yo no soy una asesina!!!!
-Demuéstralo. Porque si no aceptas mi ayuda solo por orgullo, es como si lo matarás tambien. Piensa bien lo que haras de ahora en adelante.
Eso si le dolio, los ojos se le llenaron de lagrimas. Realmente ella no tenía intención de matar a su bebe, solo de pensarlo se horrorizaba.
-¡Largate de aquí!
Le grito enfurecida.
-Yo no se porque pensé que eras una mujer responsable. Después de todo eres una simple niñita más que no sabe nada de la vida.
Y con eso salio del cuarto dejándola en un mar de llanto. Sintió un fuerte dolor y grito por ayuda. En seguida entro una enfermera y tras ella un doctor.
Se sintio azorada, los ojos le picaban, necesitaba saber que su bebé estría bien.
-Mi bebé, doctor salve a mi bebe!!!
Andrea estaba desesperada y Blas que aún estaba afuera se sintió culpable.
-Tranquila señorita, debe tranquilizarse.
-No puedo, yo necesito a mi bebe!!!
Ella lloraba y estaba muy alterada, por eso el doctor le suministro un sedante para que pudiera descansar. Le volvieron a hacer pruebas y efectivamente había estado a punto de abortar nuevamemte.

-Señor ella debe estar tranquila,Le voy a pedir que no la altere, que intente mantenerla en paz. El bebé se encuentra en estado critico, por lo tanto necesito que cuide de su mujer.
-Si doctor así sera.
Neptali había visto a su amiga y se había ido a trabajar, y Alma había decidido irse luego de mucho rato. Aun estaba un poco consternada pero sabía que ella estaría en buenas manos.
Andrea no despertó en toda la noche y Blas estuvo junto a ella. Vigilando que su sueño fuese tranquilo y reparador.

-Mamá ella esta bien. Mientras se cuide nada malo sucedera.
Blanca se encontraba nerviosa. Caminaba por todo el salón preocupada por el estado de su nieto.
-¿Cariño estas seguro?,Puedo enviar a Gonzales, de seguro la atiende bien.
-Mamá,  ella esta en perfecto estado. No es necesario que molestes a Gonzales. Mañana en la mañana le darán el alta.
-Pues que sepas que va a venir a vivir aquí, así podré cuidarla.
-No la vas a convencer de eso. Además el apartamento es suyo y le queda cerca de la Universidad.
-Pero es que...
-Mamá tranquila, ella esta bien.
Blanca solto un suspiro y asintio, aunque su hijo no pudiera verla.
-de acuerdo. Mantenme al tanto de todo.
-Si mamá. Te quiero.
Blas corto la llamada y se volvió a concentrar en la chica de piel blanca que tenía el cabello desparramado en la almohada. Parecía un angel, era tan hermosa que incluso dolía verla. Sus pestañas descansaban sobre sus pómulos y su pecho subía y bajaba al compás de su respiracion.
La mañana llego, Andrea abrió los ojos y miro en derredor. Cuando vio a Blas una molestia la invadio  pero desaparecio al fijarse en que el estaba profundamente dormido. Era guapo el condenado. Tenía el pelo despeinado y se veía cansado. Ella se acomodo de lado para observarlo mejor y soltó un largo suspiro de satisfaccion. ''Ah, que hermoso era él y más hermoso aun era poder mirarlo''
Con ese pensamiento sus ojos volvieron a cerrarse.

-Angel se te acaba el tiempo.
Dalila estaba presionando al diablo. Necesitaba que cuanto antes Andrea recibiera esa caja, si Eva había desidido dársela cuando fuese madre era porque adentro había algo importante. Ademas esa era la voluntad de su mejor amiga, ella lo había prometido y lo quería cumplir.
-¡Deja de presionarme!, Dijiste una semana, aun me quedan tres días.
-Eres un maldito cinico. No se como Eva confío en ti para esto. No se como yo le permití que confiara en ti.
Angel estaba mirando la fotografía de Eva con Andrea que tenía en su estudio.
-¿Pudes dejar de mencionarla?
Levanto la mirada y choco con unos ojos molestos y llenos de rabia.
-Eva queria...
-¡¡Ya sé, lo que Eva queria!! No necesitas repetirlo a cada instante. Deja de recordarme día tras día que Eva murio, que no esta y que si existe esa maldita caja es porque nunca me pudo amar a mi. Es porque Andrea no es mi hija.
Su voz salio alta. Estaba molesto y dolido. Recordar la forma en la que ella había muerto siempre le causaba dolor.
Dalila se arrepintió de tanta incistencia. Noto que realmente era doloroso, no sabían lo que había en la caja y lo más posible es que fuese el nombre del verdadero padre de Andrea.
-Yo..lo lamento vale. Se que la amaste y se que hubieras dado todo porque esa caja no hubiese tenido que existir. Pero Andrea merece saber lo que hay ahí, quizás es algo que necesita. Ella nunca dejará de quererte y de verte como lo que siempre has sido en su vida. Un padre.
-No lo entiendes.
-Entiende que si no lo haces tú, lo haré yo. Andrea es como una hija para mi y no permitiré que viva en la ignorancia por siempre.
-Ella nunca necesito un padre. Ella siempre ha sido independiente.
-Andrea es una muchacha fuerte, pero en el fondo tu siempre has sido su única familia. Que sepa quien es su padre no cambiará las cosas. Además puede que haya algo más.
Angel se quedo pensando en que ella tenia razon. Despues de todo era enviar la caja o permitir que su niña se quedara sin saber las últimas palabras de su madre para siempre.

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora