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Andrea estaba pérdida en un mar de sensaciones demasiado profundo, su mente le gritaba que saliera a la superficie pero su propio cuerpo la insitaba a seguir cayendo y cayendo. Blas la tomo por la cintura. Su cuerpo entero comenzó a tener reacciones que ella no conocia. Un frío la recorrió completa y la paralizo. Sentía que si él la soltaba caeria, sus piernas no eran lo suficientemente fuertes para sujetarme.
El no la estaba tratando con brusquedad, pero su beso no era nada timido, era un beso apasionado, el le estaba robando el aliento.
Todo estaba bien hasta que un ruido los obligó a regresar a la realidad. En el piso había un vaso que anteriormente traía agua y como estatua con los ojos bien abiertos etaba Neptali.
-Yo...OMG, rubita. Nunca paras de sorprenderme.
Sonrió con picardia, le quitó un ojo y volvió a desaprecer dejando un ambiente no muy comodo.
-Eh...
Ella trato de justificar la pasión con la que había respondido a su beso pero el la interrumpió.
-Ves lo que pasa?, Es solo besarte para que todo en mi cabeza se vuelva nada. Me dejas en blanco y no consigo detenrme.
Ella estaba algo atonita, no quería seguir por esa linea, bajo su cabeza, respiro profundo y lo volvió a mirar.
-Blas, mejor vamonos. Quiero comprar algo y luego podremos ir a la consulta. Ya no pregunto si quieres ir porque era a eso a lo que te refeias.
Él se quedo sin poder creer que ella hubiese pasado del tema como si cambiara el canal del televisor. Quiso decir que no, que quería quedarse y volverla a besar.
-Vamos.
Dijo en su lugar sabiendo las consecuensias que podrían tener sus palabras.
Juntos por primera vez en un espacio tan pequeño fueron hasta el un supermercado. Andrea debía hacer algunas compras, últimamente tenía antojos y quería cumplirlos al pie de la letra.
Cerca de las una ya estában esperando su turno para ver a la ginecóloga. En la sala habían otras parejas esperando y una mujer sola con sus manos alrededor de su panza ya bastante grande.
Entraron a la consulta.
-Buenas tardes, mi nombre es Juana Farri. Yo seré tu ginecologa los siguientes siete meses.
Andrea le extendio su mano y le sonrio.
-Yo soy Andrea Brown y el es Blas Mandsward. Somos los padres del bebé.
Los tres tomaron asiento y la doctora le mando no algunos análisis y le indico algunas vitaminas. Luego de eso le realizaron la ecografía y Blas estaba paralizada viendo todo lo que en la pantalla salia. De repente un sonido lleno toda la habitación...
-Ese es el sonido de su corazón.
Ella ya lo había escuchado pero de igual manera le conmovió reconfirmar que dentro suyo había una personita diminuta que dependía de todas sus desisiones.
Miró hacia arriba y encontró a un muy emocionado Blas.
-Pero...es normal que vaya tan rapido...
-Si, tranquilo. El bebé se encuentra en perfectas condiciones.
-Muchas gracias doctora.
-No hay de que. El bebé esta fuerte, su corazón está en desarrollándose muy bien.
-¿Puedo grabar?
-si.
Los ojos de Blas se estaban cristalizando, grabó el sonido unos segundos y luego la doctora le indico que se detuviera.

-Quiero que conozcas a mi madre.
Le dijo a Andrea en el camino de regreso.
-Vale.
Le respondió ella sin dejar de mirar por la ventana.
-Ella..., bueno, mejor conocela tu misma.
Eso llamo la atención de la peliblanca.
-¿Es complicada?
-No...pero es algo parlanchina. Puede que te aturda.
-¿Porqué habría de aturdirme?
-La primera vez que Olivia fue como mi novia a la casa, le grito a mi madre que desearía cocerle la boca.
Andrea no pudo evitar soltar una carcajada.
-Increible.
-No se soportanan.
-No puedo imaginarme el por qué.
-En realidad ni la misma Olivia lo comprende.
Ambos se reían de lo sarcástico que era mencionar eso en semajente momento. Resultaba irónico y hasta divertido.
-Ya se lo que NO, debo decir.
-Esperemos que se lleven bien.
Volvieron a quedar en silencio y a los minutos siguieron conversando.
-¿Cuándo la conocere?
-Si quieres mañana mismo. Ella muere por conocerte.
-Seria bueno que nos lleváramos bien.
-Sería fabuloso.
Respondio él, ella sonrio sabiendo que aunque no lo había manifestado el quería hablar sobre otro tema.
-Blas, ese beso fue un error. Entiendo que fue un impulso y yo me deje llevar, no tengo mucha experiencia en cuanto a relaciones y por eso no se como reaccionar. Puedes estarar tranquilo yo no voy a confundir las cosas. Soy consciente de que esto es necesario.
Blas estaba a punto de gritarle que se equivocaba, que el si quería seguirla conociendo, que quería trabajar para que esa atracción se volvieron algo más grande y fuerte. Pero se dio cuenta de que debía hacer las cosas de otra forma. Debía conquistarla primero.
-Andrea no fue un impulso. Deberás quería besarte. No se si lo sabes pero cuando nos vimos en Barcelona yo quede embobado viéndote bailar. Eres muy hermosa y llamativa, me encantará y me hará sentir muy orgulloso tenerte a mi lado y mostrarle a todo el mundo lo valiosa que eres.
-Blas tengo 18 años. ¿Sabes todo lo que se dirá de mi?
- ¿Sabes lo que se está diciendo? Las adolescentes te ven como una heroína, las madres de sociedad te usan para convencer a sus hijas de que están en edad de casarse, los hombres desearían tener mi suerte y las señoras mayores piensan que te arruine la vida y que debo reponer mi fallo. Nadie habla mal de ti, todos te ven como un angel que fue dañado por mi maldad.
Andrea río por la comparación tan absurda y se enderezó en el asiento.
-Esas jovencitas hicieron un club de fans.
Le dijo ella y el la miro atonito.
-Han llegado a tanto?
Andrea asintio y saco su móvil para mostrarla la pagina en internet.
-Son muchas y tienen una presidenta. Siempre van al café donde trabajo.
-Me impresiona que tengas un club de fans sin ser una artista.
-Bueno....
Ambos rieron y cuando ya no habia sonido de risa Blas desidio intentar algo que sabia le iba a salir mal.
Metió la mano en la guantazo y saco un sobre amarillo sellado. Ella lo miro unos segundos antes de preguntar de que se trataba.
-Son tus tarjetas de credito, tu talonario, algunas propiades que puse a tu nombre y las acciones que se te han sido entregadas.
Ella fue abriendo los ojos de a poco.
-¡Eres increible!,-Exclamó con tono molesto- No soy un objeto y el bebé tampoco. No quiero tu dinero y tampoco lo necesito.
- Deja de ser terca, no quiero comperarte, es lo que te pertenece.
-No pienso aceptar.
Solto el sobre donde mismo lo había cojido y fijo su mirada en la ventana.

Blas suspiro y continuo conduciendo, nadie dijo que sería fácil pero al final el lo lograria, de eso estaba seguro.

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora