La habitacion del hotel estaba poco iluminada y en la gran cama matrimonial había un gran corazón hecho con pétalos de rosas blancas. Andrea había entrado cargada en brazos de su esposo y tenía las mejillas rojas, sentía una gran necesidad de sentir los labios de Blas sobre los de ella.
Milagrosamente se sentía coqueta. Rissa le había aconsejado que en su noche de bodas sedujera a su marido, dijo que ella debía ser su esposa en todos los sentidos y que así el amor llegaria despues. Ella se había negado pero luego de los besos del camino se dio cuenta de que no hay nada que ella quisiera mas. Deseaba con todo su ser enamorarse, ya estaba casada así que mejor si era de su propio marido.
-Espero que te guste.
Ella asintio y sonrio para relajar el tenso ambiente.
-Es muy bonito.
Blas se le acercó y la beso de nuevo y ella no se alejo, ni se nego. Nuevamemte fue un beso intenso que ambos disfrutaron al máximo.
Blas fue bajando lentamemte el cierre del vestido acariciando su espalda con la llena de sus dedos.
Dejo sus labios y acaricio sus hombros, beso su cuello, el lóbulo de su oreja y Andrea por primera vez esa noche gimió de placer.
-Me gustas mucho....
El estaba agitado y eso la éxito aun más, sus manos que hasta ese instante estaban quietas se movieron para ayudarlo a despojarse de su ropa. Blas, termino con el cierre y dejo caer el vestido, miro el cuerpo de Andrea desnudo frente a el, solo con una pequeña tanga blanca y la cinta matrimonial.
-Blas...
Gimió ella y el respondio a eso con otro intenso beso que la de sin respiración, otra vez.
-Quiero que seas mia...
Andrea no escuchaba, no veua, sus pensamientos estaban nublados por el placer y el deseo que estaba sintiendo.
-Blas....
-Volvio a decir ella y el la gio a la cama, se deshizo de la poca ropa que aun tenía y luego dejando un reguero de besos por sus piernas y muslos, le saco a ella las diminutas prendas que le quedaban.
Andrea estaba retorciéndose en la cama y el aun no había hecho mucho. Ella ya sentía que estaba volando pero más alto voló cuando sintió la húmeda lengua de Blas haciendo círculos en su parte más intima. Tuvo que sugetarse de las sabanas para no sucumbir y desmayarse cuando sintió su primer órgasmo explotar en la cara de su marido.
-Quiero que seas...mia.
Ella no podía decir nada, su voz había desaparecido hacia algunos minutos, su mente estaba viajando lejos de ahí.
-si...
Fue lo único que pudo pronunciar.
Blas se posicionó en su entrada y ella gimió nada mas sentirlo. En ese momento el recordo que ella aun era estrecha, aun era muy estrecha para el y ese pensamiento hizo que su miembro se pusiera el doble de duro.
-Dilo...
Le pidio, pero ella no podía decir nada.
El jugo en su entrada y ella abrió los ojos para mirarlo.
-Por favor, necesito sentirte.
Esas palabras hicieron que entrará una peuqeña parte. Ella enterró sus uñas en su espalda y lanzó un grito.
-¿Te duele?
-No.
-¿Te gusta?
-Si.
El siguio entrando poco a poco hasta estar en su interior por completo. Pero no se movio ni rapido, ni duro, sus movimientos era circulares y muy lentos. Ella sentía que en cualquier momento moriria.
-Has algo.
-Dilo, di que eres mia.
-Soy tuya, soy toda tuya y de nadie más.
Con eso basto para que Blas se comenzará a mover marcando embestidas rápidas que la hacían perder la cabeza. En todo momento tuvo cuidado de no dañar la integridad de su hijo,.pero aun asi disfruto cada gemido de placer que ella le regalaba. Casi de inmediato Andrea sintió su segundo órgasmo y el tercero no tardó en llegar. Estaba viviendo la mayor experiencia sexual de su vida y la estaba disfrutando al máximo.
A los minutos los dos juntos explotaron en un órgasmo enceguecedor que envio a Andrea muy lejos, al país de nunca jamás diría ella.
-Fue...
-Fue maravilloso.
Termino él y ella lo miro. Estaba sudado, y jadeante y ella se encontraba igual, los dos estaban desnudos sobre aquella cama. Se miraron y fue como si de sus ojos salieran chispas, el quería más y ella lo sabia, por un minuto penso que estaba haciendo algo malo, pero cuando vio la argolla en su dedo recordo que el no era cualquier hombre, el era su esposo.
-Eres muy vigoroso.
-Y tú eres una maravilla de mujer.
-Es que no logro entender como ya, de inmediato vas por más. Ella lo miro a los ojos y luego fue bajando, sus chocaron con su miembro, grande, venoso y muy duro solo por ella.
-Me gustas mucho.
-Es enorme.
El siguio el circo de su mirada y se sonrojo al ver de que se trataba.
-No te asustes.
Ella lo.miro a los ojos y luego de algunos segundos lo volvió a besar.
Otro bes que fue un detonante para que el volviera a hacerla suya por segunda vez aquella noche.Olivia estaba frente a su espejo observando su reflejo. Una lagrima cayo de sus ojos al darse cuenta de lo demacrada que se veia. De aquella chica hermosa ya no quedaba nada. Tenía ojeras por las noches sin dormir y sus ojos estaban enrojecidos debido a los grados de alcohol consumidos en las últimas semanas. El pelo estaba desgreñado y en el espejo tenía una foto de Andrea que había salido en la revista Sensación. Quería con todas sus fuerzas matarla, acabarla, destruirla, pero por alguna razón no podia. Ella era muy debil, ella no era capaz de hacer nada.
-Buenas noches.
Salvador entro al cuarto con una bandeja llena de comida que ella rechazo, como siempre. Lo primero que ella dijo en cuanto lo vio no fue buenas noches.
-¿Como fue?
El suspiro, dejo la bandeja en la mesita y se acercó a ella, beso su frente y luego se sentó en la cama.
-Fue bonito.
La sangre le hirvio, odiaba a esa chica que le había arrebatado su última oportunidad de ser feliz.
-¡La odio!-Lanzó un pomo de perfume que había en su coqueta. Sentía rabia-Ella tiene lo que debió ser mio.
-Estaba bella. Blanca diseño y confeccionó su vestido y Blas estaba feliz.
-La odio, la quiero matar es una maldita ella me lo quito todo ella...
-Basta ya....¡¡Estoy harto de que mueras por Blas!!- Olivia se quedo en shok por el tono que su amigo habia usado, ella nunca lo habia visto molesto- Él no te quiere, el nunca te quiso.... si en serio piensas en ti como mujer respetate un poquito más. Eso es lo que más le gusta a Blas de Andrea.
-Es una maldita niña. No es nadie.
-Si, si es, es la esposa del hombre que tu querias para ti y en este momento debe estar con el en la cama, ahora mismo deben estar haciendo el amor. Ella es la que estará con el y no tú, resignate de una vez por todas.
Olivia dejo que sus lagrimas bañaron su rostro y se sentó en el piso hecha un ovillo, por alguna razón que no sabia esas palabras le habían dolido demasiado.
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Sueños
Romance''Una mujer puede vivir toda la vida como una niña y una niña puede convertirse en una mujer para poder vivir toda la vida'' Los golpes de la vida han convertido a Andrea en una chica fuerte y segura de si misma, con sus intensiones más que claras y...