Sueños

34

-Señora la ultima caja la puse en el atico.
-De acuerdo y gracias.
La mudanza había tardado casi toda la mañana, Andrea había comprado cuadros, esculturas, plantas e incluso varios adornos de distintos materiales. La casa estaba lista para ser habitada, pero quedaban algunos detalles aún. Además ya en pocos días sabrían el sexo del bebé y así entre ambos decorarian la habitación. Era lo único que faltaba para poder mudarse por completo. Pero a pesar de todo el trabajo también tenía que descansar, así que salió de la casa para ir a encontrarse con Blas para almorzar.

-Estas preciosa.
Blas la estaba esperando y en cuanto la vio una sonrisa se dibujo en su rostro.
Se levantó para besarle los labios y ella sonrio ante su alago.
-Es que el embarazo me esta sentando de maravilla.
-Creo que tienes razon.
- Pero tranquilo, tu también te vez bien, solo que como no estas embarazado no te puedes ver como yo.
Él solto una carcajada por la forma en la que ella se veneraba a sí misma.
Almorzaron juntos y luego se fueron a caminar.
-Me gustaría quedarme un rato más, pero quiero terminar cuanto antes con todo lo que falta. En un par de horas llegan las candidatas para los puestos libres que tenemos.
-Desearía estar ahí para ver eso.
-No pienso maltratar a nadie.
-Si quieres contratamos a Tania.
Andrea lo miro y entrecerro los ojos.
-¿Por quien me tomas? Ella tiene el puesto de ama de llaves desde antes de nuestra boda.
-Es una maldita traicionera. No me dijo nada cuando volvió a la mansión.
-Es buena en su trabajo, no tengo dudas de que será una gran ama de llaves.
Se despidieron y Andrea regreso a la casa a comenzar a organizar.
Él por su parte volvió a la oficina y en la entrada se encontro con una persona a la que esperaba ver hace mucho.
-Buenas tardes
Lo saludo con su mejor cara.
-Buenas tardes, necesito hablar contigo.
-Yo igual necesito hablar contigo. Así que vamos.
Entraron al edificio y una vez en la oficina, Blas no se sentó en el sofá ni se sirvió un trago, se sentó detrás de su escritorio y Salvador entendio que las cosas no sólo estaban tensas.
-Blas yo....
-Podías habérmelo dicho sabes.
-¿Que habría ganado con eso?
-No lo se, pero preferiría haber sabido que mi mejor amigo estaba enamorado de mi prometida.
-Creí que no te importaría. Además tu lo sabias, lo supiste siempre
-Creí que como todos habías dejado de sentir cosas cuando ella volvió.
-Amigo yo la amo y no quiero que eso acabe con nuestra amistad.
-Salvador lo que me decepciona es que no me lo dijeras y que tuvieras que recurrir a algo tan bajo para quedarte con ella.
-¡Yo estaba desesperado!, No sabia que hacer, tu te ibas a casar con ella y yo no tendría posibilidades de conquistarla.
-Pudiste confiar en mi, somos amigos, nunca me hubiese atrevido a mirarla si hubiese sabido la verdad.
Los dos se quedaron en silencio y Salvador desidio que no le volvería a ocultar algo a sus amigos, eso sí quería mantenerlos.
-Estamos saliendo.
Blas cambio su expresión molesta por una sonrisa, eso era lo que quería, que su amigo le tuviera confianza.
-¿En serio?
-Si.
Se levantó de su silla y rodeo el escritorio para felicitar a su amigo correctamente.
-Felicidades.
Salvador lo miro confundido.
-¿No te molesta?
-Para nada, yo estoy felizmente casado y esperando ansioso el nacimiento de mi hijo. Nunca ame a Olivia y aunque no me gusta su forma de ser creo que merece alguien que la ame y ese alguien eres tú.
Salvador sabía que su amigo hablaba desde el corazon. Había visto como salía de enamorado en las revistas de chismes. Todos estaban felices con la nueva parejita londinense.
-¿Ella sabe que fuiste tu el que ayudó a Andrea?
- Aun no pero se lo dire pronto.
-No le mientas, podrías perderla.
-Se lo dire pronto. En cuanto pueda se lo dire todo.
-¿Qué le diras y a quién? Y ¿Por qué no me invitaron a la reunión?
-No hay reunión Joseph, estábamos hablando de que Salvador tiene una nueva novia.
-¡A sí! ¿quien es la afortunada?
Los dos amigo que estaban uno junto al otro se miraron y juntos respondieron.
-Olivia.
Joseph cambio su sonrisa por un ceño frunzido.
-¿Esa Olivia?
-Si.
-ustedes están locos yo mejor me largo de aquí. Tengo una cita esta noche.
Blas y Salvador se cruzaron de brazos esperando una respuesta y Joseph los miro a ambos divertido.
-¿Con quien?
-Con mi novia.
Salio de la oficina dejando a dos amigos recién reconciliados sorprendidos por la noticia.
-¿Lo escuchaste?
-Blas esa pobre chica sufrira.
-Tal vez esta vez el que sufre es otro.

Esa conjetura quedo en el aire y Salvador quedo pensando en su relación. Ya el había sufrido, pero no quería hacer sufrir a Olivia. Eso lo hizo pensar¿Quien de los dos saldría lastimado?