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El taxi se detuvo en la entrada del hotel Plaza. El bellisimo y magestuoso edificio en el que su vida había cambiado. Entro a paso rápido y en cuanto llego a la recepción la recibió una señorita.
-Buenos dias, bienvenida al hotel Plaza.
-Buenos días, me gustaría ver al señor Qyens.
-Tiene alguna queja.
-No, tengo que hablar con él.
-Permitame un minuto señorita.
La muchacha desapareció por un pasillo y a los pocos minutos regreso tras el señor que aquella noche estuvo en la habitación, el no era un botones, ni un camarero.
-Buenos dias señorita.
La saludo cordialmente y sonrio.
-Buenos días. No sé si se acuerda de mi pero hace un mes y medio estuve aquí.
-Señorita vienen muchos clientes aquí es imposible recordarlos a todos.
-Yo estuve aquí con...bueno...con...
Él la miraba atentamente y de repente sonrio recordando el día en la había visto, ella era demasiado hermosa y llamativa, en el hotel aun se hablaba de su visita. El señor había entrado con ella en brazos y ella había salido sola y muy molesta al día siguiente.
-¡Claro!, usted es la señorita que vino con el señor Mandsward.
Una sonrisa iluminó el rostro de la joven, esto seria mas sencillo de lo que imaginaba.
-Que bueno que me recuerda. Pues yo necesito pedirle un favor.
-Sigame.
En cuanto las palabras salieron de su boca se giró y camino por el mismo pasillo que había llegado, ella fue tras él y llegaron a una oficina un tanto pequeña,  pero acogedora.
-Ahora si, dígame que necesita.
-Pues, cuando estuve aquí el señor...dejo un reloj entre mis cosas, hasta ayer que volví de viaje pude venir. Yo necesito su dirección para poder devolverselo.-El la miro y entre cerro sus ojos, no dudaba que tal vez el haya dejado un reloj pero porque devolverlo ahora y no inmediatamente, ella lo noto y puso su cabeza a trabajar, debía convencerlo- El asunto es que yo soy bailarina y me la paso de gira, aquella vez el reloj se fue entre mis cosas y es muy costoso. Él  me llamo para pedirmelo de regreso pero yo no tengo su dirección y perdí mi teléfono.
-Yo creo que eso es muy difícil,  el señor Blas no estaría muy contento si usted es una loca ex novia y viaja a importunar su matrimonio.
-No señor, tranquilo. No soy una ex novia, y no ire a importunarlo, además mireme, solo tengo diesisiete años, aquella vez me asaltaron y Blas me salvo.
-Pues en ese caso no veo problema. El señor vive en Londres, en la mansión Mandsward. Si se lo envía por correo en dos días le llegará.
-Muchas gracias.
Sonrió ella ampliamente por haber obtenido su cometido.
-Espero no meterme en problemas por esto.
-Tranquilo, y gracias otra vez.
El cielo había confabulado en su contra o a su favor. Cuando hablo con Dalila desidio que si tendría al bebé y que el padre se haría cargo. Lo que no penso es que incluso ya tendría el pasaje. Porque si el vive en Londres podría ir cuando lo tenia pensado, solo que ya no a estudiar, sino a buscar al padre de su hijo.
El viaje era para dentro de un mes,  tiempo suficiente para reunir todas las pruebas que seguramente aquel idiota le pediria. Cuando llegó a casa busco a Angel, él debía saber la verdad.
Toco la puerta y del otra lado le respondio él,  con un simple adelante.
-Ángel tengo que contarte algo.
Se sento frente a él y recibio toda su atención.
-Te escucho princesa.
-Yo...bueno...haber, hace como un mes y medio me intentaron violar y...
-¿¿Que??
Se exaltó y dio con sus manos en la mesa.
-Pues eso, pero no paso nada porque un hombre me salvo. Pero lo golpearon y yo me desmayé, el me llevo a su casa y no se como pero nos acostamos y aho...
-Andrea de que hablas!!! Como diablos se te ocurrio, no sabes lo avergonzada que estaría Eva...Tú..
-Angel deja de interrumpir, como te decía ahora estoy embarazada.
La chica bajo la cabeza esperando un grito pero este no llego.
Cuando levanto la vista, Angel estaba mirándola sorprendido, anonadado, impresionado pero no molesto y eso la asusto.
-Vete de aquí antes de que te mate.
-Yo..
-¡¡Largate!!
Ella se asusto, Angel tenía mal carácter pero a ella nunca le había gritado. Salio del despacho corriendo y se enserro en su  habitacion a llorar. Ya sabia que no reaccionaria bien. Pasadas dos horas alguien le toco la puerta.
-Pase...
Dijo sorbiendo los mocos que le quedaban por haber estado llorando. La puerta se abrió y tras ella apareció Ángel.
-Vienes a decirme que soy una zorra, una puta, peor que las que trabajan aquí. Pues déjame dec...
No pudo terminar porque lo vio sentandose en el borde de la cama.
-Tú.... tú...estas..
Le miro el rostro y lo hallo afligido, eso la hizo bajar la guardia, en el fondo ella sabía que se había equivocado.
- Lo lamento.
-Yo...me dices...que sere...abuelo..
Eso sí que la sorprendio. Lo miro a los ojos y los encontro vidriosos, como esperando una respuesta afirmativa, lo penso y aunque él no era su padre para el bebe si que sería un abuelo. Un gran abuelo.
-Claro que si será tú nieto, que creias.
El sonrio de manera luminosa y la abrazo.
-Gracias Andrea.
-Tú no...estas...molesto.
-No me hables de eso, déjame pensar que te hiciste una inseminación artificial.
Los dos rieron por lo irónico del tema y se abrazaron.
Un mes después ya todo estaba listo, Angel le había depositado mucho dinero en una cuenta en Londres para que al llegar pudiera sustentarse por unos meses, además de haberle comprado un apartamento amueblado. Luego el padre del bebé ya debería encargarse y además ella había aplicado para una universidad, para estudiar derecho en el mismo pais y había aprobado la entrevista y las puerbas, ahí si podría estudiar mientras estaba embarazada.
Ya había reunido pruebas para demostrar que si estaba embarazada. En cuanto pisará Londres y estuviera instalada lo buscaria. Los últimos días  en España fueron increíbles, hacia solo tres días había cumplido dieciocho y la fiesta había sido por todo lo grande, había bailado para su público una ultima vez y ahora mismo estában en el aeropuerto esperando la última llamada.
-Las extrañare.
-Y yo a ti renacuaja.
Rissa le alboroto el cabello para luego besar sus mejillas.
-Yo igual te extrañaré mocosa, vuelve pronto a visitarnos.
-Dal, yo...te extrañaré mucho.
Y dicho esto la abraso.
-Te quiero mocosa.
-Yo igual te quiero, ¿lo sabes no? Le respondio a su demonio personal, que la miraba con añoranza.
-Te visitare dentro de nada. Tranquila, todo ira bien.
-Lo se..
Última llamada para los pasajeros del vuelo Ls-324,Favor de abordar por la puerta cuatro.
La rubia se despidió  por última vez y se encamino a lo desconocido. A buscar lo justo.

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora