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-Blanca en serio no soy capaz de comerme todo esto.
-Linda, debes de tener tres meses, aun no se te nota mucho la barriga, eso es porque estas demasiado delgada. Debes alimentarte.
-Llevo años haciendo dietas y ejercicios, no soy capaz de comer tanto.
-Hagamos algo..-Intervino Blas para rescatar a su prometida-comete lo que más te guste, lo más saludable y un extra. Cuando te llenes dejas de comer.
-¡Esa idea es genial!
Blanca los miro a ambos con una sonrisa en el rostro, ya incluso eran complices eso era un gran avance.
-De acuerdo.
Respondio ella a la pregunta sin palabras que ambos le hacían.
El resto del desayuno se fue en anécdotas de la infancia, Blanca le contaba sobre travesuras que Blas acostumbraba a hacer y ella solo podía reir y reir sin parar.
Fue una bonita mañana. De hecho la primera mañana que Andrea pasaba en familia y pensar en eso, hizo que su corazón doliera. Hasta ese instante no había notado lo importante que era la familia para ella. Ese era el ambiente que quería para su hijo. Un ambiente cálido y familiar. Eso la hizo sentirse orgullosa, porque gracias a la desision que había tomado, eso era una posibilidad.
-Andy,..-Neptali interrumpió la platica un poco apenada pero debía hablar con su amiga.
Andrea la miro y supo que si no era por algo serio la morena no hubiese interrumpido.
-¿Que pasa Nep?
-Sean me llamo, dijo que Alma estaba ahí.
Andrea intento recordar quien era Alma pero por más que intento no supo de quien se trataba.
-¿Quien es Alma?
Blanca escuchaba la conversación callada y dando un sorbo del café que le quedaba en la tasa.
-Alma es la chica que vino contigo a hacer el trabajo de la universidad. Al parecer necesita hablar contigo, Sean dijo que ella esperaria.
Andrea tuvo su ceño frunzio hasta que pudo dilucidar de quien se trataba. Claro la chica timida y amable con la que le había tocado hacer equipo. Era la única con la que había hablado, pero solo fue el día de la tarea, Andrea nisiquiera recordaba su nombre.
-Gracias Nep, ya lo llamare yo para decirle que me demorare.
-¡¡No, no!!Tranquila cariño, si es importante deberías ir.
Blanca se mostró insistente pero Andrea no estaba dispuesta a acabar con ese momento.
-No, Tranquila, sea lo que sea puede hablarse por teléfono.
Saco su celular y marcó el número del portero de su edificio. A los dos timbre la amable voz de Sean se colo en el teléfono.
-Si diga.
Fue su forma de contestar.
-Eh, hola Sean.
-¡Oh,!, señorita Andrea. Buenos dias, perdone que la haya interrumpido pero es que la señori...
-Sean pasamela.
-Si señorita.
-De veras que no es necesario.
Le dijo Blanca mientras ella seguía con el teléfono pegado en el oido.
-Tranquila, mamá, si ella ya desidio que no se irá estoy seguro de que así sera.
Alma se puso al teléfono y le dio a su compañera los buenos dias.
-Andrea perdoname pero es que necesito tus apuntes de la clase del señor Sixens, perdí los mios y...
-Alma, esos apuntes los tengo en la escuela, la asignatura del señor Sixens, es una sola vez a la semana, dejo los apuntes en la escuela.
La chica suspiro con decepción y luego asintio con la cabeza.
-De acuerdo, Gracias Andrea.
Andrea corto la llamada para volverse a concentrar en su desayuno y en la buena compañía que tenia.

La semana volvía a comenzar y entre una cosa y otra Andrea casi no tenía tiempo de nada. Se le estaba haciendo más complicado de lo que había pensado.
El miércoles en la mañana cuando iba camino a la universidad un auto negro se parqueó junto a ella y de él salio un chico alto de ojos azules, musculoso y sonriente. Ella lo miro embobada, no estaba acostumbrada a ver hombres tan guapos. El chico caminaba en su dirección, la miraba a ella e incluso le sonrio.
-Buenos dias.
La saludo y ella que aún estaba en shok lo miro como si el fuese un bicho raro.
-Lo siento pero no te conozco.
El solto una carcajada y le extendio la mano.
-Soy Joseph O'Brien.
Ahí ella cayó en cuenta de que si lo conocia. Jorge O'Brien había sido un gran actor y luego cuando se retiró se dedicó a su empresa de entretenimiento. Actualmente era un gran director de cine.
Abrio grande sus ojos y sonrio por finalmente poder reconocer a las personas de la alta sociedad en Londres.
-Hola.
Fue lo único que pudo decir pero no dejo de sonreir.
-Me alegra que el inepto al menos te haya hablado de mi.
Ahora ella no entendia, de que diablos hablaba. El noto su confusión y entendio que ella lo había reconocido por su apellido.
-¿Quien es el inepto?
Ella era bonita y algo timida. Joseph la estaba detallando, la chica era presiosa.
-Perdona, volveré a empezar.-Le extendio la mano y ella la tomo-Soy el mejor amigo de Blas Mandsward.
Andrea se mostró bastante sorprendida. Sus ojos casi se salía y la sonrisa había desaparecido.
-¿Hablamos de la misma persona? Dudo que semejante prepotente tenga amigos.
Joseph solto una carcajada y la jalo de la mano que aún tenia.
-Te aseguro que si tiene y muy buenos.
-¡Oye! ¿a donde me llevas?
-vamos, llegarás tarde a la universidad.
Ella no entendió sino hasta que se vio sentada en la parte trasera de un auto negro último modelo.
-¿Por que me llevarás a la universidad?
-Por que mi mejor amigo me lo pidio.
-Lo dudo. Blas no sabe a que hora salgo para la Universidad.
-Yo creo que te equivocas. Blas sabe más de lo que te imaginas.
-Diganos que te creo. ¿Porque no me vino a buscar personalmente?
-Digamos que tuve que utilizar la fuerza.
Andrea no entendió pero algo le decía que el no estaba mintiendo.
-Sigo sin saber quien eres pero te agradezco. Odio llegar tarde a la escuela.
Él la miro y sonrio.
-Me agradas.
-Ya, igual.
-Eso es bueno, si nos llevamos bien podré ayudarte a vengarte cuando mi amigo te moleste demasiado. Podremos ser complices.
Ella lo miro y frunzio el ceño.
-No he dicho que me quiero llevar bien contigo.
-Pero ya dijiste que te agrado. Eso es un buen primer paso.
Ella seguía frunciendo el ceño y nego con la cabeza.
-Nunca dije que me agradabas.
Ahora el era el confundido.
-Si lo dijiste.
-Dije que yo también me agrado. Jamás dije que me agradabas tú.
Joseph solto una gran carcajada, definitivamente ella era una chica especial y de veras le agradaba.

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora