Sueños

25

El salón  estaba lleno de gente, Andrea llevaba un vestido rojo un tanto corto pero muy de acorde a la ocasión y sobre todo a su edad. Muchos periodistas le habían hecho muchas preguntas y ella ya tenía los pelos de punta.
-Señorita, diganos, se casa por amor o por el embarazo.
Ella miro a la periodista a los ojos y quedo helada, era una mirada gélida que la paralizo. En ese momento olvido como sonreir, en serio estaba harta,.llevaba media hora intentado escapar de flashes y de las preguntas incomodas. Pero esa mujer, que de hecho era algo mayor, le había provocado ganas de contestar.
- Me casaré por el embarazo.
Todos la escucharon y la grabaron pero la periodista no apartaba los ojos de ella.
-Es decir que no está enamorada de su futuro marido.
-Es imposible amar a alguien al que apenas conozco.
Las caras de todos estaban blancas de asombro, se veían más palidas que Andrea que además de su color normal llevaba un rojo intenso en los labios que la hacia ver más palida.
-Entonces puedo deducir que su amor por su hijo es mayor a su amor propio.
De nuevo la misma periodista pero, se dio cuenta, no intentaba hacerla quedar mal.
-El amor propio se esfuma y él de mi hijo lo tendré por siempre. En la vida hay algo llamado prioridades.
La periodista de pelo rojo, sonrio satisfecha con las respuestas optenidas y desaparecio entre la gente.

Blas la recibió con un beso en el cachete y la gio entre la gente para llevarla junto a su familia.

Blanca lucia un bello vestido azul y Mercedes uno igual de bello de color verde. Ambas mujeres lucían felices y a simple vista complacida con la boda que seria dos días después.

-Te ves muy hermosa.
-Gracias Blanca.
-Te quería pedir tu opinión en una ultima cosa.
-Dime.
-Te gustaría salir en la portada de la revista Sensacion. Tengo una gran amiga de ahí y esta muy interesada en fotografiarte todo el día para luego hacer una especial en la revista. Sería sobre  la boda, pero sobre ti, no sobre Blas.
Andrea se sintió agoviada, no podía creer lo he escuchaba, ella había pasado de ser nadie ha ser una posible candidata pata la edición especial de la revista Sensacion,  y encima en la portada.
Eso era más de lo que ella había imaginado.
-Blanca no me creo capaz de ventilar mi vida hasta ese punto.
-Ok, te entiendo. Solo era una propuesta.
-Discúlpame pero...
-Bueno ya, cambiemos de tema, ¿ya escogieron el lugar para la luna de miel?
-Blas dijo que seria una sorpresa, así que aun no lo se.
-Espero que mi hijo escoja bien.
-Yo espero lo mismo, y hablando de él, a donde se fue.
Andrea lo busco con la mirada pero no lo vio, nisiquiera sintió en que momento él se había alejado de ella.
-No lo se, ahora mismo estaba aquí.
Andrea no lo encontraba, por lo que salió a buscarlo.
El lugar era grande y habían muchas puertas. Ella entro a una que estaba entre abierta y sentada en un sofa con una copa en la mano encontro a alguien que ella no conocia bien pero de quien si  había oído hablar con frecuensia.
-¿Has visto a Blas?
La peli negra la miro y luego nego.
-Es normal que se pierda, siempre lo hace.
Ella se giró para irse pero no lo hizo porque alguien se lo impidio.
-Déjame ir.
Olivia la tenía sujeta del brazo y ella forcejear para liberarse.
-Ven hablemos.
La haló al interior de la habiatacion y cerró la puerta.
-No quiero lastimarte.
Olivia solto una carcajada pero aún así no liberó su brazo.
-Escuchame bien zorra. Si piensas que porque estas embarazada el cambiara, te equivocas, Blas es un hombre que no es de nadie. Él es libre y no dejará su naturaleza atrás por ti.
-Yo no pienso como tú, ahora sueltame que no quiero lastimarte.
-Él es un mujeriego, se acuesta con cuanta zorra le sonrie, sino mira tu ejemplo.
Con su mano libre Andrea le dio una cachetada, ella la solto y de sus manos cayo la copa con la bebida. Llevo sus dos manos al lugar del golpe, que de inmediato se enrojecio.
-Te lo adverti.
-Eres una maldita zorra infeliz.
Olivia intento pegarle pero Andrea la tomó por los pelos con ambas manos y la lanzó al suelo, se sentó sobre ella y le pego otra cachetada.
-No es mi culpa que tu hayas sido  una niñita mimada que no supo mantener a su hombre. Para mi buena suerte yo no soy tú, conmigo, él no necesitará salir a la calle a buscar nada, yo soy su mujer, yo estoy esperando a su hijo, yo soy la que se casará con él y no será ni por chantaje, ni por compromiso y menos por obligacion, sino porque él  así lo quiso. A mi si me insistió para que fuese su esposa, y yo tuve el placer y el honor de decirle que no, de decirle que me lo pensaría y de aceptar cuando se me dio la gana.
Olivia se río y Andrea cayo en su provocación, le dio otra cachetada.
-Sigue creyendo que los cuentos de hadas existen, él no es un príncipe y tú no eres cenicienta.
Andrea se acercó al, ya enrojecido, rostro de Olivia y sonrio.
-Si por eso es que lo digo, yo no creo en los cuentos de hadas, yo se lo que valgo y evidentemente es mucho más de lo que vales tú
Se levantó y salio de la habiatacion dejando tras ella a una Olivia con la cara enrojecida y las lágrimas callendo a borbojones.

Ls fiesta de compromiso continuo su curso según lo pactado. Blas estaba con su madre y su abuela, resulta que se  había alejado para contestar una llamada telefónica.

-¿Y tú donde estabas?
Le pregunto él.
-Buscandote.
Él asintió y ella le sonrio.
-Quieres bailar...
-Hay, si, bailen. Esta canción es preciosa.
Mercedes se sentía como celestina, quería con todas sus fuerzas la felicidad de su nieto.
-Bueno, bailemos.
Los dos se pararon en medio de la pista y él la tomo por la cintura, ella sintió un escalofrío recorrerla cuando ambas manos se tocaron.
-Lo escuche todo.
Otro fuerte escalofrío recorrió a Andrea al sentir su respiracion tan cerca de su cuello, todos los vellos de su cuerpo se erizaron y aunque había escuchado la pregunta en ese momento estaba tan sumida en lo que sentía que olvido el mundo. Bailar siempre había sido fascinante para ella pero esa noche descubrió que bailar con Blas era mejor que volar.