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La música sonaba alto y era casi imposible escuchar algo. La entrada se la habian denegado, hasta que un grupo de chicos la entraron con ellos. Las luces era tenues y aunque miro a todos lados no lo vio. Así, que hizo algo loco, comenzó  a preguntar por él. Nadie contestaba o solo le decían que estaba por ahí, le señalaban direcciones que nunca entendio. Pero al final una muchacha la ayudo.
-Ese de alli-le señaló a un chico que tenía un trago en su mano y sonreía con amargura.-Es uno de sus mejores amigo. Pregúntale a él.
Y así lo hizo, se acerco y lo saludo. Cuando él la miro quedo de piedra, sus ojos color avellana se clavaron en los de ella  y la joven se sintio nerviosa por un momento.
Él le miró el cabello y como todo el mundo abrió la boca sorprendido.
-Es natural.
Le dijo ella anteponiendose q
a la ya muy típica pregunta y él sonrio
-Hola, mucho gusto.
Le extendio una mano que ella no dudo en tomar.
-El gusto es mio, yo...necesito preguntarte por...Blas...
El frunció el ceño y la miró de pie a cabeza como buscando algo. Al cabo de unos minutos su sonrisa desaparecio.
-Eres la chica de Barcelona cierto.
Ahora la confinfundida era otra. Como diabl...
-¿Te lo contó?
-Si, me dijo que tenias el pelo blanco y que tenias los ojos claros como el que se refleja del cielo en la orilla del mar.
-Pues que bueno que me recuerde, yo...necesito localizarlo.
Dijo suavemente y lo miro a los ojos. El sonrio con sarcasmo y dejo de mirarla.
-Él,  esta comprometido.
Dijo depues de unos segundos en silencio.
-Creí que estaba casado.
Respondio ella.
-Pues casi, aun no.
-Mejor así.
-No me digas que te enamoraste y viniste aquí por él.
La cara de Andrea se arrugo en una evidente mueca y neguo rapidamemte con la cabeza. Se  sento junto a él para hablar menos alto.
-Sería muy estupida si me enamoró de semejante imbecil.
Él la miró sorprendido y soltó una carcajada.
-Me caes bien niña.
-Tengo diesiocho, vivo sola, trabajo y estoy embarazada, literalmente no soy una niña.
Ahora si su cara era un poema, abrió sus ojos y su boca en un gesto de evidente sorpresa, más que sorpresa, se quedo lívido por los próximos minutos.
-Estas...estas... embarazada?
Fue lo primero que dijo cuando reacciono.
-Vaya, creí que no me habías escuchado. Si, y por eso quiero ver al idiota de tu amigo, yo tenía una vida planeada y como al muy calenton  no se le ocurrió ponerse un puto condon, mi vida se arruino, y como yo no lo hice solita el se hará cargo de la parte que le toca.
-¿Me estas diciendo que viniste a buscarlo para que se hiciera cargo de tu embarazo?
-Eso mismo, no quiero casarme con él y mucho menos tenerlo cerca, pero quiero que se encargue del bebé como lo que es, su padre.
-Vaya, tienes 18 pero parece que tienes más.
-Bueno, siempre tuve que cuidarme de gilipollas como él,  solo que esa noche estaba aturdida y él se aprovecho.
-Ya, ahora eres un angelito.
-Para nada.
Se volvió a quedar callado unos minutos y luego volvió a hablar.
-Si quieres presentarte ante el necesitas alguna prueba de que es su hijo.
-La tengo.
-Estas segura de que es contundente.
-Claro que si. Ya sabía yo que si es idiota y es rico, querría pruebas de lo que es más que obvio.
-Pues preséntate ante él.
-¿Donde lo encuentro? Quiero verlo lo antes posible.
-Yo te aconsejo que tengas algo que demuestre y que no deje dudas de que ese bebe es hijo de Blas.
-Yo tengo pruebas, pero puedo conseguir más. Si me das algo con lo que hacerme una prueba de ADN.
-¿Puedes?
-Si, se puede hacer en los primeros meses y solo tengo dos meses y medios.
-¿Cuanto demoraria?
Ella rebusco en sus recuerdos la conversación con el doctor que le habia explicado lo que debía hacer.
-Pues en quince días, pero con un pequeño apoyo económico unos tres días.
El sonrio como si acabara de ganar la loteria.
-Mañana mismo iremos a una clinica. Será imposible que reniegue una prueba de ADN,  y siempre se la puede repetir.
-Pero mañana mismo?
-Si, al medio día. En la mañana me reuniré con él y luego iremos a la clinica, ¿te parece a la 1:30?
-Si, pero tiene que ser rapido, porque mañana empiezo a trabajar y mi turno empieza a las 3:30.
-Tranquila.
De repente su humor parecía mucho mejor, estaba sonriendo y sus ojos estaban iluminados. La idea de que esa chica estuviera embarazada le dio más alegría a él que a la misma madre en su  momento.
Media hora después Salvador estaba parqueado en la entrada del edificio. Que para su sorpresa se trataba de un edificio caro y en una zona residencial.
-Creí que eras de bajos recursos.
-Hay muchas cosas en mi que no son lo que parecen.
-Me queda claro. Bueno Andrea, nos vemos mañana. Descansa.
Se despidieron y en cuanto ella entro en su apartamento se sento a comer helado y a ver una película, de repente se sentía más segura. Al rato su teléfono sonó y en la pantalla vio el número de Neptali.
-Hola rubita, estoy abajo de tu edificio.
-¿¡¡Como!!?
-Que estoy aqui, baja a recibirme que el portero no me deja entrar.
-Espera enseguida le doy permiso para que subas. Perdona es que no escuché el telefonillo.
Solo diez minutos después en el apartamento estaba la extraordinaria morena que seria su compañera de piso.
-Bienvenida a mi hogar.
Dijo la rubia nada mas abrir la puerta.
-OMG. Esto es magnífico. Es gigantesco... como haces para trabajar de mesera y mantener semejante lugar.
-Pues es un regalo de...-Penso en decir el diablo, pero recordo que eso sonaría espantoso aquí.-De mi padre. Vine a estudiar, y...estoy...embarazada.
Ella volvió a chichar
-Eres una cajita de pandora. Yo a tu edad aún le pedía dinero a mis padres para comprar un esmalte de uñas.
-Ya, pero a algunos les toca diferente.
-Imagino que con lo joven que estas habrá sido difícil aceptar ese hecho.
-Pues no tan difícil, mi bebé es mi único compañero en este viaje.
-disculpa si soy indiscreta pero tengo curiosidad. ¿Y el padre?
-Eso aun no te lo puedo decir, pero tranquila que pronto todos lo sabrán. Pero ven, te enseñaré tu habitación.
Ella quedo muy contenta y la noche acabo con las dos en el sofá viendo una película y comiendo helado.

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora