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Lyanna enfrentó de todo cuando viajo a Casterly Rock, la comida se le acabó pronto y sobrevivió durmiendo en posadas de mala muerte, en el bosque de manera precaria y visitando tabernas de paso llenas de borrachos y hombres que al verle el rostro ...

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Lyanna enfrentó de todo cuando viajo a Casterly Rock, la comida se le acabó pronto y sobrevivió durmiendo en posadas de mala muerte, en el bosque de manera precaria y visitando tabernas de paso llenas de borrachos y hombres que al verle el rostro veían la oportunidad de someterla, pero en cada ocasión Lyanna había sido más lista y ágil que ellos, escapando del peligro.

Sus vestidos lo habían transformado en camisas y había conseguido robar ropa de hombre. Por lo que escondía su cabello rubio en una capucha y se presentaba como un joven pobre.

Se tardó casi tres semanas en llegar y vio perecer a su yegua Rhaenys en la segunda semana por falta de comida y a causa del exceso de cansancio, Lyanna lloró mucho esa noche, mientras la acariciaba intentándole hacer más fácil la muerte y cuando por fin llegó ante los soldados que tenían puesta la armadura del león Lannister, no le creyeron.

—Mira, preciosa si lo que quieres es una cama en donde dormir, yo estoy dispuesto a dártela, a cambio tendrás que dejarme chuparte esas tetas que ocultas debajo de esas camisas tan grandes. —el soldado se le acercó peligrosamente a la chica que acostumbrada a escuchar aquellas vulgaridades de todo el que se topaba en el camino, ni siquiera se inmutó. —O chupármela, como tú decidas.

Lyanna no se dejó intimidar y volvió a exigir que le llevarán ante su abuelo.

—Soy Lyanna Baratheon nieta de Tywin Lannister Lord de Casterly Rock, si él se llegase a enterar de que le hablaste así a su nieta puedes irte despidiendo de tu lengua. —le amenazó, con la mano puesta en su daga.

Estaba dispuesta a usarla, no lo había hecho con nadie en el camino, pero estaba tan cerca de llegar que no se rendiría ahora, estaba en un campamento militar cerca de Casterly Rock, sabía que ahí se encontraban su abuelo y su tío Jaime.

—Eres muy lengua floja, niña. Te costarán unos azotes en mi cama. —siguió con la misma postura y los otros dos soldados lo veían, burlándose. —¡Vamos! Te llevaré a mi tienda.

La tomó del brazo obligándola a avanzar fue cuando Lyanna saco la daga y la paso por la mano del soldado haciéndolo sangrar, ella se zafó de su amarre y se echó a correr hacia las tiendas rojas del ejército del León.

Buscó la más grande y céntrica suponiendo que ahí se hallaba su abuelo, pero no fue lo suficientemente rápida pues los soldados la tomaron de la capucha soltando así su largo cabello dorado descuidado y sucio, intento soltarse, pero la jalaron, grito y le taparon la boca, lo tres pretendían llevarla a una de las tiendas pequeñas y ella sabía que ocurriría si eso pasaba.

La arrastraron a pesar de que luchó por mantenerse libre.

Cuando estaban a punto de ingresar, un hombre con la armadura roja y el yelmo de León se acercó a ellos montado en un corcel blanco, desmontó y desenvainó con pericia la espada que llevaba, amenazando a sus captores, quienes al reconocer al León de Casterly Rock también apodado Matarreyes, la soltaron.

Lyanna al ver como su tío se quitó el yelmo con forma de León, dejando al descubierto sus ojos verdes y hermoso cabello rubio, se lanzó a sus brazos y él le correspondió.

—Tío Jaime, te extrañe tanto. —le susurró entre lágrimas.

—Anna ¿Qué haces aquí? ¡Por los Siete! Ni siquiera pareces tú, ¿qué ocurrió? —las preguntas la asolaron, pero lo único que le importaba era ver a su querido tío, ver por fin a su familia le daba la fuerza para seguir adelante.

—Anna ¿Qué haces aquí? ¡Por los Siete! Ni siquiera pareces tú, ¿qué ocurrió? —las preguntas la asolaron, pero lo único que le importaba era ver a su querido tío, ver por fin a su familia le daba la fuerza para seguir adelante

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