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—¡Vamos Robb Stark golpea más fuerte! ¡Intenta derribarme! —gruño Lyanna alzando su escudo ante los débiles golpes de su esposo

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—¡Vamos Robb Stark golpea más fuerte! ¡Intenta derribarme! —gruño Lyanna alzando su escudo ante los débiles golpes de su esposo. —¿Eso es todo? ¡Quiero que me derribes! ¡Como en una batalla! ¿Así golpeas a los hombres de mi abuelo? ¡Con razón estamos perdiendo la guerra!

Robb se sintió herido con aquel último comentario, sin pensarlo, pateó el escudo lanzando a Lyanna un metro más lejos de donde se encontraba, cayó de espaldas golpeando su cabeza contra el suelo de piedra y los gritos de parte de Lady Catelyn no se hicieron esperar, todos veían aquel entrenamiento con miedo y sorpresa.

—¡Basta ambos! ¡Es suficiente! —se apresuró a decir Catelyn acercándose a la chica que aún yacía en el suelo, tenía un labio partido.

Robb al ver lo que le hizo a su esposa corrió a auxiliarla, pero no fue necesario, la joven se levantó tomando su espada de madera y el escudo, y apuñaló a Robb cuando esté venía corriendo hacia ella.

—¡Estás muerto, Robb Stark! —declaró Lyanna.

—Si, lo estoy y tú, herida, es suficiente por hoy. —afirmo provocando bufidos de parte de su esposa.

—Llevamos menos de una hora, dijiste que entrenaríamos más, lo prometiste. —le reclamó.

—No debió prometerte cosas que te llevarán a la tumba prematuramente, Lyanna, acabas de dar a luz y de salvarte de un fuerte veneno, deberías estar en cama reponiendote. —acuso Lady Catelyn.

—¿En cama? ¿Haciendo exactamente qué? ¿Llorando a mi hijo? ¡Al que ese vil anciano me arrebató! ¡oh no Lady Catelyn! Me disculpará, pero lo último que necesito es estar en cama, llorando.

—Lyanna, es todo por hoy. —declaró Robb firme.

—¡Ustedes dos quieren que este llorando en mis aposentos todo el día! Les tengo una mala noticia, la idiota que se la pasaba  en su carpa tejiendo  e intentando suicidarse ¡No era yo! Lo único que me mantiene con vida es las ganas de ver a ese ruin hombre con la cabeza en un palo, me quitó todo, ¡Parte de mi vida y ahora a mi amado hijo! ¡Me uso a su antojo! ¡Abuso de mi! ¿Escuchaste Robb Stark? ¡Tu dulce ciervo copuló con un anciano!  —sonrió amargamente Lyanna.

—¡Ya basta Lyanna! —grito Robb. —¿Quieres hacerme sentir el peor hombre del mundo? ¡Ya lo hiciste! ¡Lamento no haberte conocido lo suficiente para saber que esa no eras tú! ¡Lo lamento! Pero no puedo regresar el tiempo y te recuerdo que Eddard también es mi hijo, y su secuestro también me duele, pero no puedo demostrarlo porque soy el Rey en el Norte y no puedo permitirme no pensar en el Norte.

—Dirás el Rey que perdió el Norte, ¡Ah eso sí lo recuerdo! ¿Cuándo va ser la ejecución de Rickard Karstark? ¡Quiero ver a alguien pagar por sus crímenes para variar! —dijo con sarcasmo Lyanna.

Lady Catelyn veía a su hijo bajar la mirada ante los comentarios hirientes de su esposa, Lyanna llevaba un par de días entrenando con Robb y su relación se había deteriorado, básicamente porque Lyanna sentía que su esposo la había dejado a su suerte con el maestre Cailin, al depositar su confianza ciega en él.

—Bien, es suficiente, Lyanna Stark. Robb es tu esposo, le debes respeto, no voy a soportar otro comentario así…

—Lady Catelyn, por favor, siempre me ha detestado porque soy la viva imagen de mi madre, quisiera ser como ella, pero no lo soy, si lo fuera, nada de esto hubiese pasado —espeto la joven lanzando el escudo y la espada al suelo y quitándose la armadura gris que el herrero de Aguasdulces había hecho para los entrenamientos del Rey y la Reina en el Norte.  —Usted me considera la perdición de su hijo, la maldad hecha mujer, lo veo en sus ojos, la zorra que le arrebató el respeto de su hijo, que le arrebató la cordura al Rey en el Norte y le doy la razón. —el joven lobo la miró sorprendido, Lyanna se dirigió hacia él y colocó sus manos en las mejillas de su esposo. — Robb Stark nunca debiste confiar en mí, solo regrese para mandarle cuervos a Tywin Lannister de tus estrategias y movimientos, si el maestre Cailin no me hubiese intoxicado con esencia de Argucias, habrías perdido la guerra por culpa de tu reina.

Robb la tomó de los brazos con brusquedad.

—Estás enojada, lo entiendo, pero no mientas con eso Lyanna, no lo hagas. —Robb estaba desesperado, intentaba controlarse y Lady Catelyn nunca lo había visto tan agresivo con su esposa.

—Robb, los problemas maritales se arreglan en privado. —siseó Catelyn reprendiendo a su hijo, al notar como aquella discusión había atraído muchas miradas.

—¿Usted los arreglaba así con Lord Eddard? ¿Cuándo discutieron el apresar a mi tío Tyrion sin prueba alguna iniciando así la maldita guerra? —escupió Lyanna dispuesta a soltar todo lo que había estado guardando durante tanto tiempo, sin importarle nada ni nadie.

—¡Mira niña! ¡He tenido que soportar muchas cosas entre ellas que el bastardo de tu hermano matará a mi esposo! ¡La guerra la desató tu madre al procrear bastardos con el Matarreyes! No quieras culparme de ello, ¡De lo que tú familia hizo! —le acusó con severidad Lady Catelyn.

Lyanna estaba dispuesta a seguir discutiendo, pero Robb se interpuso.

—¡Basta las dos! Lo último que necesitamos es reabrir viejas heridas con cosas del pasado, lo hecho está hecho y no hay nada que podamos hacer. —afirmó Robb Stark.

—Es lo que me digo cada mañana al despertar a tu lado. —susurro Lyanna para después retirarse, Robb alcanzo a escucharla.

Después del final de GOT siento un vacío emocional tremendo😥😩, pretendo acabar este fanfic

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Después del final de GOT siento un vacío emocional tremendo😥😩, pretendo acabar este fanfic.
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