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Caminaba hacia el septón y Robb

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Caminaba hacia el septón y Robb. Tenía puesto un vestido blanco propio de las bodas norteñas con detalles en plateado y a su padre algo más bebido de lo normal tomándole del brazo, las cosas no podían estar peor.

La parte más importante de la vida de una dama era aquella y no la estaba disfrutando en lo absoluto sobre todo por la cara de indiferencia que Robb le daba.

-Cuídala mucho muchacho es mi cervatillo. -le dijo el rey con el aliento impregnado en vino. Robb y Lyanna se las arreglaron para sonreír y él para asentir ante la petición del rey aún cuando tenía ganas de gritar ahí mismo.

La ceremonia continúo su curso dijeron las palabras al mismo tiempo mirándose a los ojos: "Padre, Herrero, Guerrero, Madre, Doncella, Viejo, Desconocido. Soy suyo y ella es mía, desde hoy hasta el día que me muera".

Lyanna quería llorar, porque sabía que Robb no las sentía sola las recitaba porque así debía hacerlo, ella lo amaba, nunca pensó llegar a hacerlo, pero lo hacía. Él era un buen hombre, no como su padre ni siquiera como su tío Tyrion al que apreciaba mucho, pero sabía tenía muchos errores y debilidades, Robb era honorable, un buen hijo, hermano y sabría que sería un buen padre y Lord. Lo amaba y él la odiaba y no podía remediarlo.

En cuanto el septón les puso el lazo que los uniría para siempre, Robb le dio un beso rápido.

Lyanna sabía que era por compromiso, no aguanto más y comenzó a llorar, las lágrimas le inundaron los ojos y las mejillas, las seco tan pronto salían una detrás de la otra.

Su madre se dio cuenta y fue la primera en acercarse a la pareja recién casada, para darle un pañuelo a su hija, Robb tomó el pañuelo para limpiar las mejillas de su esposa y acercó sus labios a su oído.

-Deja de llorar y sonríe, recuerda que esto es tu maldita culpa, ahora sé esa persona valiente que todos dicen que eres y enfrentalo. -le susurró.

Lyanna sorbió por la nariz y esbozo una sonrisa.

-No te preocupes madre son lágrimas de felicidad. - y Cersei no creyó en absoluto eso, pero igual le siguió la corriente.

 - y Cersei no creyó en absoluto eso, pero igual le siguió la corriente

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