▶Lyanna Baratheon, hija de Robert y Cersei Lannister, hermana mayor del príncipe Joffrey, es separada de su familia por órdenes de su padre, el Rey.
Robert desea que su hija sea casada con el primogénito de su mejor amigo y compañero de guerra Eddar...
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Lyra se hallaba sentada junto con Lyanna al borde de la cama, habían ido a los aposentos de esta última y pedido el desayuno, Jay estaba ahí con ellas y Lyra al recordar los dos cadáveres de Martyn y Willen Lannister rompió a llorar.
-¡Ayer estábamos hablando con ellos! -exclamo Lyra sin poder creerlo. -¡Ahora están muertos!
Lyanna abrazo a su dama de compañía mientras Jay seguía ahí sin saber que hacer, mirándolas.
-Lyra no te alteras, tu bebé lo sentirá. -le pidió Lyanna.
-¡Solo pasan cosas horribles! ¡Una y otra vez pasan cosas horribles y no puedo hacer nada para evitarlo! ¡estoy harta! -grito sin parar de llorar.
-¡Ten fe! Sé que es terrible pero intento no alterarme por mi hijo, hazlo por el tuyo Lyra. -le recordó Lyanna que entre más pensaba en Willen y Martyn sin vida, más le daba la razón a Lyra.
-¡No! ¡No quiero que nazca! ¡No lo quiero dentro de mi! ¡Será un maldito monstruo! ¡Una bestia horrible! ¡Lo odio! Es producto de una violación, su padre es un hombre cobarde, traicionero y vil. ¡Quiero que muera! -escupió Lyra al vientre mientras se levantaba alterada.
Lyanna estaba asustada, tenía que hacerla entrar en razón, la criatura no tenía la culpa de lo que le había pasado.
-Lyra, el bebé siente tu rechazo por eso tú vientre es tan pequeño, no te alimentas bien, no duermes bien, por favor Lyra, el bebé no tiene la culpa de nada, cálmate. -le pidió Lyanna intentando acercarse a ella nuevamente.
Lyra tomo su pequeño vientre abultado y le gritó. -¡Te odio! ¡Te odio!
Cerca de la mesa junto al desayuno estaba el cuchillo de la carne, dispuesta a acabar con la vida de aquel ser que crecía en su vientre como un parásito, lo tomó y decidió apuñalarse la barriga.
Lyanna gritó horrorizada y Jay que vio venir la escena, inmovilizo a Lyra con rapidez y le arrabato el cuchillo, lanzándole al otro extremo del lugar. Lyra rompió en llanto nuevamente y se aferró a Jay, quién la rodeó con sus brazos, consolándola.
-Soy un monstruo, no puedo sentir amor por mi hijo, no puedo, lo odio. -dijo entre lágrimas.
Lyanna permaneció ahí mientras sentía como las piernas le temblaban y las enaguas se le empapaban, no quería voltear para ver la sangre impregnada en la tela, no quería ver cómo había perdido a su bebé finalmente, después de tantos cuidados y amor que le había dedicado, de todos los sueños e ilusiones que su amado lobo y ella habían depositado en su primer, y quizá, único hijo.
Fue cuando Lyra y Jay la miraron.
-¡Mi lady, rompió fuente! -exclamo Jay.
Lyanna se atrevió a mirar, tenía el vestido empapado de agua.
-¡Es muy pronto! -dijo Lyra preocupada secándose las lágrimas mientras ambos se disponían a auxiliar a su Lady.
Jay corrió hacía la puerta en busca del maestre Cailin.
Lyra se acercó a Lyanna, está última no podía creerlo.
El parto se había adelantado demasiado y ella sabía que eso era muy grave.
-Tranquilícese, lady Lyanna, el maestre Cailin sabrá que hacer. -le susurró Lyra a la joven mientras los dolores de parto comenzaron.
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¡Ya vamos a ver al cachorro! ¿Niño o niña? ¡L@s leó!
